Señal COPARMEX: Julio 23, 2018
El País experimenta
una intensa discusión pública, respecto de posibles cambios en la
organización institucional del gobierno federal, y sus implicaciones
administrativas y políticas.
En el centro de este
debate se encuentra una de las propuestas emanadas del futuro
Presidente, según la cual a partir del 1 de diciembre próximo se
eliminarían los delegados federales de cada dependencia y se
instituirían coordinadores estatales del Gobierno Federal,
seleccionados directamente por el Ejecutivo.
La propuesta, tal
cual se ha justificado, pretende concentrar las facultades y
funciones de los numerosos delegados federales adscritos a una
entidad federativa, en un solo funcionario, que tendría por ello
múltiples y heterogéneas funciones administrativas y técnicas, y
desde luego políticas.
De prosperar la
iniciativa, cada Coordinador Estatal serviría de enlace entre el
gobernador del estado y el gobierno federal, y de facto se
convertiría en la autoridad rectora de la aplicación de recursos e
implementación de los programas federales.
En Coparmex
coincidimos en la necesidad de mejorar la eficiencia y la
transparencia del ejercicio de los recursos públicos federales, y en
el gran desafío que representa para la próxima administración,
prevenir y combatir frontalmente la corrupción vinculada a la
aplicación indebida de los mismos por parte de varios gobiernos
estatales.
El diagnóstico es
correcto y el problema muy grave, por lo que reconocemos se busquen
alternativas para resolverlo.
Respaldamos por ello
la eliminación de los delegados federales. Más aún, proponemos se
analice la desaparición de muchas de las delegaciones cuya
existencia no se justifica, y cuyas tareas pueden realizarse a través
de convenios de coordinación con los gobiernos locales.
Sin embargo, la
designación de Coordinadores Estatales del Gobierno Federal, no es
la solución pertinente a la problemática de la corrupción y a la
aplicación deficiente de los fondos federales.
La designación de
Coordinadores Estatales supondría una involución en la solidez del
sistema federal, debilitando los equilibrios y contrapesos en la
relación de los gobiernos estatales y municipales con la Federación.
Es irrefutable que
el País necesita de gobiernos locales y municipales fuertes, pues en
esos órdenes de gobierno es donde pueden potenciarse las capacidades
para identificar las necesidades de la población y contar con las
mejores aptitudes para atenderlas a través de la tarea de gobierno.
México debe
fortalecer la descentralización mediante el traslado ordenado de
facultades de la Federación a los Estados y los Municipios.
De forma especial,
preocupa que los coordinadores sean los encargados de las acciones de
seguridad emprendidas por el Gobierno Federal, lo que pondría en
riesgo la cadena de mando en las autoridades militares y la eficacia
del mando único del gobernador sobre las fuerzas armadas.
Por otro lado, se
aprecian inconvenientes administrativos graves para la implementación
de la estructura de los Coordinadores.
La concentración
del liderazgo de las tareas de más de veinte dependencias federales
en una sola persona, supone una pérdida de especialidad y de
pericia, lo cual podría traducirse en decisiones erráticas.
Aún con aptitudes
personales sobresalientes, sería muy difícil que el Coordinador
tenga la capacidad para dar seguimiento puntual a tan amplio número
de tareas y dependencias en los Estados.
Responsabilidades
tan disímbolas como impulsar la agricultura o normar las
comunicaciones, mejorar la operación aduanera y la calidad de los
servicios de salud, o enfrentar los retos de la seguridad pública y
promover las actividades culturales, requieren de conocimientos y
competencias muy diversas.
Además, el
Coordinador debería encontrar tiempo para ser enlace con las
oficinas centrales de cada una de las dependencias, que de acuerdo a
lo propuesto recientemente, tendrían su sede en diversos lugares del
País.
La medida podría
generar incentivos para que se desarrolle en los cuadros medios del
Gobierno Federal un enfoque partidario y con cálculo electoral de
los programas federales, lo que puede traducirse en una severa
afectación a la garantía democrática de equidad en futuras
contiendas, en la medida que las fronteras entre el gobierno federal
y el partido en el poder, se podrían estar desdibujando.
En Coparmex hemos
insistido en la importancia del fortalecimiento institucional en
todos los órdenes de gobierno, para detonar la eficiencia
gubernamental e inhibir la corrupción.
Que no quede ninguna
duda: Apoyaremos decididamente las políticas públicas del gobierno
federal 2018-2024 enfocadas a promover la eficiencia, el
adelgazamiento del aparato gubernamental, el equilibrio
presupuestario, la eliminación de los dispendios, y desde luego, en
el combate a la corrupción.
Sin embargo,
consideramos que las estrategias que se adopten para lograr esos
nobles retos, deben analizarse cuidadosa y reflexivamente, en lo
jurídico, en lo político y sobre todo, en su conveniencia y
sustentabilidad administrativa en el largo plazo.
El federalismo, la
pluralidad democrática, la soberanía de los estados y el
fortalecimiento municipal, son especialmente vulnerables a los
cambios propuestos. Hoy existen alternativas que pueden ser
altamente eficaces para cumplir los objetivos sin afectar esos
valores.
Hacemos por ello un
llamado al futuro gobierno para fortalecer los mecanismos
institucionales de monitoreo y seguimiento de la eficiencia en la
gestión pública federal.
Existe una gran
oportunidad de dinamizar y fortalecer las instituciones del Sistema
Nacional de Fiscalización, el Sistema Nacional de Transparencia y el
Sistema Nacional Anticorrupción.
El próximo
Presidente de la República, y el Estado mexicano todo, pueden
encontrar allí las herramientas adecuadas para garantizar un
gobierno eficaz, austero, íntegro, transparente y que rinda cuentas,
tal y como se ha ofrecido y respaldamos en Coparmex.
Exhortamos al futuro
Jefe del Ejecutivo y a su equipo de trabajo a que ponderen los
riesgos de su propuesta y consideren las múltiples alternativas
institucionales a su disposición.
Respaldamos la
eliminación de los delegados federales. Valoremos también la
posible desaparición completa de muchas delegaciones. Pero
reflexionemos en las inconveniencias de las Coordinaciones Estatales.
El voto le ha dado a
la próxima administración federal el poder de transformar al País
con una legitimidad democrática sin precedentes. El camino a seguir
debe ser fortalecer el régimen republicano y el federalismo, y con
ello, el poder transformador de la democracia.
Muchas gracias,
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