• Es Rehabilitación Infantil Equinoterapéutica una Institución de
Asistencia Privada, constituida desde hace ocho años y cuenta con el
respaldo de la JAPEM.
• Ofrece rehabilitación equina a 132 niñas y niños con alguna discapacidad; a la mitad de ellos de forma gratuita.
• Brinda JAPEM apoyo para la mejora satisfactoria de las áreas de trabajo de esta organización.
Metepec, Estado de México, 20 de junio de 2018. Cada
día, en Rehabilitación Infantil Equinoterapéutica (RIE), convergen
historias de niños, desde ocho meses, hasta personas de 45 años de edad,
donde los caballos son el medio para brindarles terapia que los sanen
física, mental y emocionalmente, al elevar su autoestima y mejorar su
capacidad de desarrollo en su entorno social.
Constituida legalmente en el año 2010 ante la Junta de Asistencia
Privada del Estado de México (JAPEM), organismo sectorizado a la
Secretaría de Desarrollo Social, RIE atiende a 132 pacientes, a la mitad
de ellos de forma gratuita, quienes padecen diferentes patologías como
síndromes de Down, Pallister Killian y West, así como trastornos del
espectro autista, déficit de atención, problemas conductuales y
emocionales.
Ahilen Nájera es madre de la pequeña Elissa, de cuatro años de edad,
quien padece retraso motriz con daño neurológico, ella comenta que nunca
antes imaginó que un día llegaría a RIE, donde los terapeutas de su
niña se llaman “Coronel”, “Bayo”, “Bimbo”, “Marlina”, “Candy”, “Luna” y
un pony de nombre “Chupón”.
“Nunca pensé que llegara a convivir en un ambiente como éste, hasta
ahora que soy madre de una niña con discapacidad; gracias a la
equinoterapia mi hija no le teme a los animales y juega con ellos, los
acaricia, les habla y abraza.
“Mucho antes de que Elissa comenzara a recibir su terapia a caballo, no
hablaba, sus articulaciones estaban rígidas y ella se pasaba el tiempo
“hecha bolita”, parecía un trapito, me dijeron los neurólogos que nunca
se iba a mover y ahora ya casi camina sola. Cuando viene aquí está muy
contenta y sale muy feliz, todo el esfuerzo ha valido la pena”, expresó.
Mientras observa la terapia de su hijo Samuel, de dos años, quien padece
Síndrome de West, que involucra retraso psicomotor y espasmos
epilépticos, Linda Pérez platica que el niño comenzó la terapia equina
desde hace un año y seis meses.
“Cuando inició no tenía control de cuello ni de cabeza, no comía nada
sólido, sólo leche, al mes de su terapia empezó a tener control de
cuello y ha ido avanzando progresivamente, ahora ya está en proceso de
gateo, come solo y próximamente abordará su terapia de lenguaje.
“Socialmente ha mejorado mucho, antes ni cuenta se daba de la presencia
de las demás personas, ahora es muy sociable, juega, ríe, también
expresa sus necesidades, ya dice mamá, papá, pan, cada día va avanzando,
él ya no convulsiona, no tiene espasmos”, explicó.
Refiere que tras conocer la situación de su hijo, el niño comenzó a
recibir terapia física desde los tres meses, pero no se veía ningún
avance, de manera que investigó otras alternativas en internet y
encontró a Rehabilitación Infantil Equinoterapéutica, Institución de
Asistencia Privada, lo que ha resultado muy beneficioso para su
neurodesarrollo.
“RIE ha sido de gran beneficio para mi hijo, cumple todas mis
expectativas y me da mucha confianza dejar a mi hijo en manos de los
terapeutas, para mi familia ha representado mucho bienestar emocional y
sobre todo la satisfacción de que está desarrollando sus capacidades
para tal vez, en un futuro, llegar a ser independiente, que es nuestra
principal preocupación”, indicó.
Rosa María Hernández García, terapeuta de RIE, detalló que la
equinoterapia tiene dos beneficios fundamentales, el primero de ellos,
es el control de tronco y cuello de los pacientes mediante la
transmisión de los impulsos rítmicos de la marcha del caballo, ya sea a
paso, trote o galope, lo que mejora el tono muscular en los pacientes.
Por ejemplo, si se utiliza en menores con trastorno en el espectro
autista, se aplica la marcha del animal a paso, a fin de que el paciente
logre adaptarse, haya interacción con su montura y mediante el calor
corporal del caballo los músculos rígidos del paciente se relajen,
explicó.
El segundo beneficio, destacó, es el vínculo que el paciente genera con
su caballo, ya que mediante el abrazo, el apapacho y el calor corporal,
se relaciona con el seno materno, lo que permite concebir una relación
emotiva, especialmente con pacientes con alguna dificultad en el área
psíquica.
Al ser una Institución de Asistencia Privada, RIE cuenta con el apoyo de
la Junta de Asistencia Privada del Estado de México, con quien trabaja
marcando los lineamientos para las mejoras satisfactorias en todas las
áreas, de esta manera, la JAPEM respalda y fortalece su trabajo,
puntualizó Rosa María Hernández.
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