Los métodos tradicionales de
protección contra fraude pueden no ser eficaces para proteger a la población no
bancarizada o subbancarizada, por lo
que se requiere una estrategia más meticulosa
Por: Szymon Morytko, principal consultant de Fraude
en FICO
La búsqueda
global de la inclusión financiera ha llevado al desarrollo de productos
financieros innovadores diseñados específicamente para la población no
bancarizada y subbancarizada. Estas personas, que tradicionalmente han sido
excluidas del sistema financiero formal, ahora están obteniendo acceso a una
variedad de servicios, incluyendo cuentas bancarias, billeteras electrónicas,
tarjetas prepagadas, préstamos y plataformas de pago digital. Si bien este
progreso es sin duda positivo, también expone a estos grupos vulnerables a
riesgos de fraude nuevos y únicos.
Los
estafadores son rápidos para aprovechar cualquier vulnerabilidad en el sistema,
y la población no bancarizada y subbancarizada es
particularmente susceptible debido a una combinación de factores, incluyendo
baja alfabetización financiera, falta de educación financiera y experiencia
limitada con los servicios financieros formales. A medida que trabajamos para
expandir la inclusión financiera, es crucial que también que prioricemos
proteger a estas personas contra el fraude y la explotación financiera no sólo
a través de las estrategias existentes, sino también de soluciones nuevas,
innovadoras y personalizadas.
Equilibrar el crecimiento y la protección contra
fraude
La rápida
expansión de los pagos en tiempo real, de los bancos digitales y de los
proveedores de servicios de pago (PSP) ha creado nuevas oportunidades para la
inclusión financiera, pero también ha generado inquietudes respecto a la
priorización del crecimiento sobre la protección contra el fraude. A medida que
estas instituciones se centran en adquirir nuevos clientes y aumentar su
participación de mercado, existe el riesgo de que pasen por alto la importancia
de implementar medidas sólidas de prevención de fraude.
Los métodos
tradicionales de protección contra fraude pueden no ser eficaces para proteger
a la población no bancarizada o subbancarizada, la cual posee vulnerabilidades
únicas y experiencia limitada con los servicios financieros formales. Es
fundamental que los bancos y los PSP desarrollen modelos y reglas antifraude
que estén diseñados para las necesidades y circunstancias específicas de este
sector demográfico.
Las medidas
de prevención de fraude deben considerar el posible impacto de incluso pequeñas
pérdidas para las personas y hogares de bajos ingresos. Lo que puede parecer
una cantidad nominal para una institución financiera puede ser devastador para
alguien que vive con recursos limitados. Por lo tanto, los umbrales de fraude y
los protocolos de respuesta deben ajustarse para minimizar el daño ocasionado
por las actividades fraudulentas.
Las instituciones financieras deben encontrar un equilibrio sutil entre
facilitar el acceso a los servicios financieros y proteger a los usuarios
contra el fraude. TJ Horan, vicepresidente de gestión de productos en FICO, sugiere
la "fricción sensata", es decir, equilibrar la facilidad y rapidez
del movimiento de dinero con los controles adecuados y la comunicación con el
cliente para identificar y abordar las posibles señales de alerta.
Esto
requiere un enfoque proactivo en torno a la prevención del fraude que aproveche
tecnologías avanzadas, como el machine learning y la inteligencia
artificial (IA), así como una comunicación y compromiso eficaces y
personalizados con el cliente para detectar y prevenir las actividades
fraudulentas en tiempo real.
Algunas de
las consideraciones que ameritan tenerse en mente se enfocan en el trato y la
comunicación:
- Si se deseas
atraer una mayor parte de la población no bancarizada, ¿cómo adaptarás tu
mensaje y trato?
- ¿Tienes
la flexibilidad para segmentar tu base de clientes y abarcar varios grupos
de clientes para:
- diferentes
límites
- estrategias
antifraude personalizadas
- flujos
de mensajes antifraude personalizados
- ¿En
qué etapa deja de recibir el cliente un trato de cliente no bancarizado?
- ¿Cómo
es el proceso del cliente en alfabetización financiera y experiencia
bancaria?
- ¿Cómo
evolucionas tu trato y comunicación conforme a lo anterior?
La importancia de la alfabetización financiera
Uno de los desafíos más significativos para proteger a los no
bancarizados y subbancarizados contra el fraude es la enorme falta de
alfabetización financiera. Un estudio internacional conducido por la OCDE
encontró que solo el 17% de los adultos encuestados (tanto bancarizados como no
bancarizados) consideran tener un buen conocimiento financiero. Y aunque la
gran mayoría estaba al tanto de los productos financieros disponibles para
ellos, el 20% aún recurría a familiares y amigos para pedir prestado o ahorrar.
Esta falta de conciencia o comprensión dificulta que las personas naveguen por
el sistema financiero y tomen decisiones informadas sobre su dinero.
El informe Findex encontró que cerca de dos tercios de los adultos no
bancarizados necesitarían ayuda para usar una cuenta si abrieran una en una
institución financiera. Esto destaca la necesidad de programas de educación
financiera accesibles y completos que puedan ayudar a las personas a comprender
y utilizar los servicios con efectividad.
La falta de confianza en las instituciones financieras es una barrera
significativa para la inclusión financiera, especialmente entre la población no
bancarizada. La confianza es esencial para convertir a los no bancarizados en
bancarizados, y los controles antifraude deficientes pueden erosionar
rápidamente esta confianza, lo cual alejaría a las personas del uso de los
servicios financieros formales.
Los gobiernos y los legisladores desempeñan un papel fundamental para
abordar este problema. Deben invertir en regulaciones y gobernanza que
garanticen la disponibilidad de productos financieros seguros, accesibles y
convenientes para todos, así como centrarse en iniciativas de alfabetización
financiera dirigidas que cumplan las necesidades específicas de la población no
bancarizada y subbancarizada. Estos programas deben ser un esfuerzo
colaborativo entre los reguladores y las instituciones financieras y estar
diseñados para ayudar a las personas a desarrollar las habilidades y la
confianza que necesitan para interactuar con el sistema financiero formal y
protegerse del fraude y la explotación.
El papel de la identidad digital en la
inclusión financiera
Esta falta de estandarización puede reforzar las disparidades
existentes, con lo cual aquellos que carecen de acceso a recursos y
oportunidades quedarían excluidos de los beneficios de la inclusión financiera.
La adopción de una identidad digital puede ayudar a abordar este problema, ya
que se fomentaría una mayor inclusión y se mejoraría la entrega de los
servicios financieros. La identidad digital crea una representación digital
segura de la identidad de una persona a través de su información personal y datos
biométricos y puede utilizarse para autenticar y autorizar a las personas
cuando accedan a los servicios o realicen transacciones.
Para impulsar la adopción de la identificación digital, los gobiernos y
el sector privado deben colaborar para desarrollar y promover estándares de identidad
digital, financiar iniciativas para promover la innovación y tomar medidas
legislativas y regulatorias para simplificar los esfuerzos y evitar la
fragmentación. Al hacerlo, pueden liberar todo el potencial de la identidad
digital para fomentar la inclusión financiera y proteger contra el fraude a los
no bancarizados y subbancarizados.
¿Cómo beneficia la identificación digital a las estrategias antifraude? Tiene
varias ventajas sobre las identificaciones tradicionales porque:
- Ofrece una manera más segura de
verificar la identidad y dificulta a los estafadores crear identidades
falsas o robar la identidad de alguna persona.
- Tiene la capacidad de realizar
verificaciones de identidad en tiempo real, lo que permite detectar y
prevenir las actividades fraudulentas más rápido.
- Proporciona información importante
para la ingesta, agregación y enriquecimiento de otros datos para proteger
mejor a los clientes.
Cómo proteger a los no bancarizados y subbancarizados contra el fraude
Proteger a los no bancarizados y subbancarizados contra el fraude es un
desafío complejo y multifacético que requiere la colaboración de gobiernos,
instituciones financieras y proveedores de tecnología. Algunos de estos
desafíos sólo pueden superarse mediante la colaboración entre diferentes
instituciones; sin embargo, hay cosas que las organizaciones pueden hacer hoy
para no sólo prepararse para el flujo futuro de los no bancarizados, sino
también para atender mejor a los nuevos clientes bancarios.
1. Medidas personalizadas de prevención de fraude
Para proteger eficazmente a los no bancarizado y subbancarizados contra
el fraude, es necesario invertir en tecnologías y procesos avanzados de
prevención de fraude.
Esto incluye implementar sistemas de monitoreo en tiempo real capaces de:
- Desarrollar reglas flexibles
- Implementar estrategias de trato
personalizado
- Construir modelos que puedan
adaptarse a los hábitos únicos de los diferentes sectores demográficos
- Simular estrategias nuevas para
grupos diferentes
- Entablar una comunicación
personalizada con los clientes
2. Infraestructura de identidad digital
Las identidades digitales desempeñarán un papel crítico en la promoción
de la inclusión financiera y la prevención del fraude. Para maximizar sus
beneficios, es necesario enfocarse en mejorar la infraestructura de identidad
digital. Esto implica invertir en capacidades de ingestión y orquestación de
datos para garantizar que los datos de identidad relevantes se recopilen,
verifiquen e integren en los procesos de prevención de fraude de manera óptima
y en el momento adecuado. Al hacerlo, es posible generar una visión más
completa y precisa de las identidades de los clientes, lo que permite un
servicio más rápido y eficaz, así como una mejor detección y prevención del
fraude.
3. Programas de alfabetización financiera
Es fundamental proporcionar a los no bancarizados y subbancarizados el
conocimiento y las habilidades que necesitan para protegerse contra el fraude.
Deben priorizarse las iniciativas de alfabetización financiera, tales como
campañas de comunicación dirigidas a los clientes y programas educativos que
ayuden a las personas a conocer los riesgos del fraude y cómo evitarlo. En el
Reino Unido, los requisitos regulatorios comienzan a exigir que las
instituciones financieras proporcionen mensajes y educación personalizados a
los clientes en riesgo de caer víctimas de estafas. Si se adoptan enfoques
similares para los subbancarizados, es posible crear una base de clientes más
resistente al fraude y promover una mayor confianza en los servicios
financieros formales.
A medida que el mundo continúa digitalizándose y más personas acceden a los
servicios financieros formales, las instituciones que prioricen estas áreas se
posicionarán adecuadamente para alcanzar un mayor crecimiento a través de la
inclusión financiera, al tiempo que protegen a sus clientes y sus resultados
finales contra la evolutiva amenaza del fraude.
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