Nuestra lectura del mercado.
Hace 10 años el
mundo padeció ante la caída de Lehman Brothers, y hoy en día los
inversionistas están atentos a los efectos que pueda tener una guerra
comercial EUA-China. La semana fue positiva y
los mercados se recuperaron por las intenciones de reiniciar
negociaciones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.
Sin embargo, al parecer el presidente D. Trump ha ordenado imponer
nuevos aranceles.
A 10 años de Lehman Brothers.
El
15 de septiembre se cumplen 10 años del colapso de Lehman Brothers, uno
de los bancos de inversión más grandes de Estados Unidos. Su caída
desató la segunda crisis financiera más grave, sólo superada
por la gran recesión de 1929. Diez años se dicen fácil, pero lo cierto
es que aún se sienten los estragos de la crisis, basta ver los abultados
balances de los grandes bancos centrales del mundo. Al tomar en cuenta
el mínimo de la crisis financiera alcanzado
en marzo de 2009 el mercado de Estados Unidos ha subido 327% vs. 109%
de todos los demás mercados sin Estados Unidos (MSCI Ac World ex US).
Basándonos únicamente en los retornos, consideramos que, a pesar de que
EUA fue el epicentro de la crisis, es el único
mercado bursátil que ha salido de ella, por lo que nos preguntamos ¿qué
está haciendo bien EUA a diferencia del resto del mundo?
Perspectiva económica de EUA.
De
acuerdo con nuestra economista, Dana M Peterson, el escenario central
es que haya un Congreso dividido tras las elecciones de medio término en
noviembre, lo que hace pensar en pocas sinergias legislativas.
Con el Congreso dividido, son improbables los cambios significativos en
el código fiscal, pero habría margen para que el presidente Trump
busque un acuerdo para el gasto en infraestructura. Independientemente
de las elecciones, en los próximos 5 años señalan
como riesgo de recesión: 1) el esperado precipicio fiscal de EUA, y 2)
las disputas comerciales. El destino del inminente precipicio fiscal en
2020 es independiente de las elecciones de medio término, ya que
probablemente habrá una decisión bipartidista de
retrasarlo. Si no lo retrasan, el PIB promediaría 1.8% en 2020-2021, y
de hacerlo, lo impulsarían a un rango de entre 2% y 2.2% para esos años;
sin embargo, el precipicio fiscal es inevitable y reaparecería en 2022,
desacelerando el crecimiento a 1.2%.
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