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Este 29 de
septiembre se celebra en México el “Día Nacional del Maíz”
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La agricultura
mexicana, en grave estado deficitario
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Dejó de recibir apoyo
del gobierno; rezagos en productividad financiamiento, capacitación e
infraestructura de riego y temporal
Si en
un sexenio gubernamental se deja a la deriva el desarrollo rural –así ha
ocurrido en cinco años de esta administración federal— se explican las razones
por las cuales México es deficitario en alimentos en más del 50 por ciento. Por
lo cual, ha recibido observaciones de ONU y FAO, para crear condiciones que
permitan avanzar en autosuficiencia alimentaria. “El futuro en este tema, es
incierto.
Hoy 29
de septiembre se ha instituido esta fecha como el “Día Nacional del Maíz”, para
honrar a nuestros antepasados por su inteligencia y capacidad de crear, a
partir de un vegetal silvestre, un grano alimenticio, mismo que se ha
convertido en una de las principales fuentes nutritivas que permiten contar con
alimento para miles de millones de personas en el mundo.
La
decisión gubernamental de destinar recursos económicos insuficientes a los
productores campesinos mexicanos, y darlos a manos llenas para construcción de
aeropuertos, Refinería de “Dos Bocas” y “Tren Maya, determinó que el
Presupuesto Anual de Egresos de la Federación, se pusiera en manos de los
viajeros y turistas extranjeros que, en el mediano y largo plazos, suponen, llegarán
a “montones” a la región de la península de Yucatán.
El
gobierno de Andrés Manuel López Obrador suspendió inversiones para infraestructura
de riego y temporal, canceló programas de investigación agrícola; suspendió esquemas
financieros; favoreció el desvío de recursos para pago de precios de garantía
de las cosechas, y no hay vigilancia rígida en la aplicación de los recursos fiscales
de apoyo. Así, el campo mexicano productor de maíz y frijol, arroz y trigo, está
condenado a caer, de forma endémica, en falta de alimentos, desnutrición,
pobreza extrema y, sin exagerar, en un plazo perentorio, en hambruna.
Actualmente
se presenta un panorama incierto en el campo mexicano, frente al avance
sostenido en países con similares condiciones socioeconómicas a las nuestras en
materia de desarrollo agrícola, sobre todo en cuanto a productividad y
promoción de esquemas de comercialización.
Existe
en esta administración desprecio por el aspecto científico en el campo y las
herramientas tecnológicas como herbicidas y plaguicidas son satanizadas desde
la cúpula del poder.
Expertos
en estas materias, proponen la formación de alianzas entre instituciones
federales y estatales, que venían ofreciendo servicios institucionales al
campo, junto con los cuerpos docentes de las universidades y escuelas técnicas
agronómicas, con el propósito de inducir a los estudiantes a ir al campo y
convivir con los productores, sobre todo pequeños, sobre la necesidad de
aplicar tecnologías eficientes, nuevas prácticas de fácil comprensión por los
productores.
Debe
haber conciencia de que el futuro de la agricultura mundial no es promisorio.
Si consideramos que actualmente existe una población de 7 mil 500 millones de
habitantes en el Planeta Tierra, se sabe que, aproximadamente, mil millones de
personas, padecen hambre y desnutrición. Esto, de acuerdo con cifras de la
Organización de las Naciones Unidas y de la FAO. La pregunta obligada sobre
este panorama: ¿Qué podemos esperar para el año 2050? ¿O para dentro de 25
años, cuya población mundial se estima en 9,500 millones de terrícolas?
Consideramos
que es momento de que, en México, el gobierno retome su responsabilidad de
apoyo al campo. ¡Fuera necedades! El apoyo a los productores rurales es una
responsabilidad primaria que le corresponde. No puede, “por corazonada”,
suspender inversiones, créditos, semillas mejoradas, extensionismo, maquinaria,
fertilizantes, comercialización honesta.
En otro
orden, a pesar de que, con frecuencia, se informa sobre efectos del “cambio
climático” mundial, es notable la reducción de lluvia y a “destiempo” para los
vegetales, además de que las luchas por el agua entre zonas urbanas y rurales
son una realidad en nuestros días. Sin embargo, es necesario reflexionar sobre
la urgencia de ampliar áreas de agricultura “controlada”; es decir, de pequeños
invernaderos. Ya es casi imposible dejar pasar el agua de lluvia sin captarla.
El año
pasado y el presente, los registros de lluvia en determinadas regiones del
país, han disminuido de manera notable. Simplemente en los estados donde
predomina el clima semi-seco, no llovió lo suficiente, con las consecuentes
pérdidas de los campesinos más pobres. En eso, el señor presidente López
Obrador no ha dicho, tan siquiera, “esta boca es mía”.
En
condiciones normales, “el mes de septiembre es el mes más lluvioso de la
historia”. Desaparecieron, como por arte de magia, las tormentas tropicales y
huracanes en el Golfo de México. ¿Será porque se construyó la Refinería “Dos
Bocas” y el “Tren Maya”? ¡Vaya usted a saber!!!.