Continúa
la exploración de otra pieza homónima tridimensional que reaparece con
múltiples variantes en la obra de Sonia Falcone. Encarna aquella idea de
una misma obra que se recrea de modo incesante en el trabajo artístico.
La
pieza inicial contenía en el interior de pequeñas “ventanas” o
aperturas geométricas, la fascinante reverberación de la luz sobre
aceites de colores, como metáfora del alma que deja atrás una prolongada
noche oscura. Era una visión de la transformación interior.
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