• Está encargado de rescatar el Sarape Saltillero Virreinal del siglo XVIII.
• Ha expuesto su trabajo en Brasil, Estados Unidos y en países de Europa.
• Aprendió técnicas del artista plástico Alfredo Zalce, la
alquimista española Ana Roquero y la investigadora japonesa Yoshiko
Shirata Kato.
Tianguistenco, Estado de México, 3 de junio de 2018.
Lana y pigmentos naturales son las materias primas que Modesto Nava
Vega, más conocido como Don Efrén, utiliza para crear gabanes, capas y
sarapes que elabora desde hace más de 48 años.
El esmero, la dedicación y el amor a su oficio son la marca
característica de su trabajo, el cual ha sido reconocido en numerosos
concursos nacionales y destacado en diversas publicaciones, tanto en
México como en el extranjero.
Entre sus actividades destaca el rescate del Sarape Saltillero Virreinal
del siglo XVIII, considerado entre los más difíciles de elaborar dadas
sus amplias dimensiones y porque para su realización se utilizan 24
hilos por pulgada, entre ellos, hilos de oro, de plata y 14 colores
naturales, trama en seda y el fondo guinda debe ser teñido con la grana
cochinilla.
“Nunca tuve miedo de decir no a algún cliente y con materiales finos,
siempre estuve aprendiendo, siempre estuve abierto a aprender y hacer
las cosas”, aclaró.
En 1967, a la edad de 20 años, Don Efrén se integró de manera formal al
sencillo taller de su padre y su tío, Julio y Fidel Nava Medina,
respectivamente, quienes, con un pequeño telar, le inculcaron la pasión
por la urdimbre y el telar de pedal, que se ha acrecentado con el paso
de las décadas.
“Yo nazco en una familia artesana y deportista, a los siete años me
involucré en la artesanía, sobre todo en el bastidor, tejiendo
cinturones y bolsas, cosas pequeñas, luego por la invitación de mi padre
me compró un telarcito ahí en pagos y la verdad empecé a conocer lo que
es el textil, el telar, lo que hacían mis tíos, mi papá”, comentó.
Ya cautivado por las formas y los colores, el joven artesano se puso
nuevos retos al trabajar con diferentes materiales como la lana de
Argentina, la de Nueva Zelandia, la australiana y la inglesa.
Asimismo, contó con maestros como la alquimista española Ana Roquero,
quien le enseñó a pigmentar la lana con colores vegetales, o el artista
plástico mexicano Alfredo Zalce y la investigadora japonesa Yoshiko
Shirata Kato, quien hizo profundos estudios sobre la flora mexicana como
colorante.
“Hice también el tapiz con el maestro Alfredo Zalce, tuve que aprender
los colorantes vegetales, precisamente una de mis maestras fue una
japonesa Yoshiko Shirata Kato, que estuvo aquí en el Estado de México,
ya se retiró, se fue para Japón ya, pero hizo un gran estudio en las
plantas de aquí del Estado de México”, recordó.
Este camino lo condujo a convertirse en uno de los maestros del arte
textil más importantes con que cuenta México y América Latina.
Sus piezas, llenas de alegorías y armoniosos colores que evocan tanto a
las culturas precolombinas como a escenas cotidianas de la provincia
mexicana, han sido adquiridas por instituciones como Fomento Cultural
Banamex y reconocidas con premios como el Galardón Grandes Maestros de
Iberoamérica, Leyendas Vivientes del Arte Popular, Grandes Maestros del
Arte Popular Mexicano, la Presea Estado de México, el Salón de Maestros
del Arte Popular, así como en el certamen Diseño y Vida en el Arte
Popular.
Algunos de sus mejores trabajos, junto con las obras de otras maestras y
maestros artesanos de México e Iberoamérica, han sido expuestos de
manera itinerante en países como Brasil, Estados Unidos, específicamente
Nueva York, y en varias naciones de Europa, consiguiendo el
reconocimiento internacional.
A la fecha comparte sus conocimientos en el desarrollo de la tradición
textil en el Estado de México, con sus dos aprendices, Gabriela Cuevas
Hernández, de 33 años de edad, y José Eduardo Serrano de 30 años de
edad, con tres y seis años de experiencia respectivamente en este
oficio.
“Capacitar a la gente, darles cursos de capacitación es muy importante
para que esto no se pierda porque es, creo, parte de nuestra cultura y
nuestras raíces”, recalcó con orgullo, pues para él siempre será un
honor elaborar estas piezas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario