Por
Óscar Chávez, Director de Planeación
y
Nuevos Negocios de Grupo Gayosso
Vivimos
en un mundo de 7,300 millones de personas, y de acuerdo a
proyecciones del World
Population Prospects
(WPP), se estima que para el año 2030 el número de personas en el
mundo aumente mil millones más. Este crecimiento tan drástico
implica, proporcionalmente hablando, un aumento exponencial en los
decesos y un significativo impacto para el Medio Ambiente.
Sin
duda los seres humanos nos hemos vuelto más conscientes y receptivos
en el cuidado del medio ambiente, sin embargo, pocos pensamos en
nuestro destino final y la reintegración de nuestros restos en
armonía con el medio ambiente, una decisión que, multiplicada por
miles de millones de personas en el mundo, sin duda impacta
exponencialmente a la madre tierra. Por ejemplo, si elegimos ser
inhumados la elección entre un tipo de ataúd y otro puede marcar la
diferencia entre una desintegración de 100 años o un par de años
Los
dos métodos funerarios tradicionales son dignos para un debate
amplio y profundo, sobre todo por su costo ambiental.
Las
consecuencias de las actuales practicas funerarias
A
nivel mundial la inhumación representa el principal método
funerario con el 79% de los casos, seguido por la cremación con el
20% y la Aquamación® con el 1%, de los cuales se estima una
proporción de 60% madera y 35% metal y 5% otros materiales para los
ataúdes y urnas que acompañan cada ceremonia.
En
México,
la
incineración representa cerca de un 35% Vs. 65% inhumación. Año
con año la cremación va ganando terreno en nuestro país con un
crecimiento anual del 2%, principalmente por un tema de ahorro
económico al no requerir de un lote en el panteón ni costos
adicionales como exhumación, lápida o cuotas de mantenimiento. En
países con poco espacio, como Japón,
la cremación representa poco más del 90%, y
a diferencia de México donde las urnas se almacenan en mausoleos, en
este país asiático la costumbre es enterrar la urna bajo tierra.
La
cremación del cuerpo humano es realizada en hornos crematorios que
alcanzan de 870 a 980 grados Celsius de temperatura, durante un
proceso que puede durar entre una y cinco horas. Gran parte de estos
hornos se alimentan de gas natural, por lo que se estima que para
incinerar un cuerpo se utiliza cerca de 92 metros cúbicos de gas, lo
equivalente a un viaje en auto de 800 kilómetros.
En
cuanto al proceso de inhumación, su impacto medioambiental tiene
también sus matices. Lo que más daña al Medio
Ambiente
en este proceso es el material
del ataúd.
Un ataúd
metálico
requiere entre 24 y 45 kg de acero, se emplean 4 personas para su
fabricación y toma cerca de 100 años su proceso de desintegración.
Se estima que, a nivel mundial, la producción de ataúdes metálicos
es de 100 millones al año aproximadamente.
Sector
funerario eco-friendly.
Con
el drástico aumento de la población a nivel mundial y la inevitable
huella de carbono que deja el ser humano durante su paso, el futuro
del sector funerario en el mundo se centrará en la concientización
ambiental, buscando la forma de una reintegración de los restos
humanos en armonía con el Medio
Ambiente
a través de nuevas
tecnologías limpias, y nuevos productos que faciliten nuestra
desintegración,
preservando los hábitos y costumbres en los rituales funerarios de
cada región o país.
Una
interesante solución ecológica en caso que prefieras la inhumación
es el ataúd
de mimbre,
un material ligero y robusto que abunda en diferentes regiones de
México y que facilita la reintegración de los restos humanos al
Medio
Ambiente
con un muy bajo impacto ambiental, ya que este se desintegra en un
periodo de un año o año y medio (dependiendo de la humedad del
subsuelo).
Recientemente
llegó a México el
tercer método funerario,
que actualmente representa el 1%, para despedir a nuestros seres
queridos es conocido como Aquamación®,
una nueva práctica funeraria ecológicamente innovadora. Una
tecnología que hasta hace poco sólo era posible en países como
Estados Unidos, Canadá o España, pero que recientemente introdujo,
por primera vez, Grupo Gayosso en México y Latinoamérica.
Aquamación®
está basada en una novedosa combinación de agua y temperatura, que
a través de un método físico-químico de hidrólisis permite
acelerar el proceso natural de la desintegración de las células.
Además de su innovadora tecnología, Aquamación® es una técnica
limpia que brinda beneficios tangibles para el Medio
Ambiente
al utilizar 90% menos de energía que la cremación tradicional y al
emitir 160 veces menos de partículas finas.
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