CITIBANAMEX: Informalidad versus Formalidad: Asimetría Perniciosa
Presentamos un perfil de la diferenciación entre la formalidad y la informalidad de la economía mexicana.
La complejidad del análisis de la informalidad en México y en el mundo
requiere al menos de un panorama claro de las características
principales de la informalidad de cara al sector formal, pues varían no
solo de país a país o de región a región, sino que
además la informalidad es un fenómeno multifacético que a menudo es
difícil de diferenciar de su contraparte formal.
La población ocupada en la informalidad supera al segmento formal.
Tomando
como base las estadísticas de la Encuesta Nacional de Ocupación y
Empleo (ENOE) elaboradas por el INEGI, la ocupación informal en 2017
ascendió a 57% de la población ocupada
(PO), es decir, de los 52.9 millones de personas que trabajan en
México, 30.2 millones se ubicaron en la informalidad. Al interior de
ésta 14.2 millones fueron trabajadores informales que trabajaron en el
sector informal y 15.9 millones se ubicaron en la categoría
de otros informales.
La
superioridad de la informalidad en el empleo y su baja participación en
la producción ?bajo nivel de productividad? se observa casi de manera
generalizada a nivel sectorial.
Solo
el sector primario parece ser la excepción, ya que la informalidad
participa con más de la mitad del PIB del sector. Su preponderancia casi
absoluta en el empleo ?al igual
que en la industria de la construcción? obedece a que la problemática
de estos sectores es muy distinta de los demás, por el alto contenido de
auto-consumo de su producción.
Dos ejes fundamentales coexisten en la economía mexicana: el sector informal y el sector formal.
Ambos segmentos con una significativa importancia en el contexto del
empleo y la producción nacional. Las diferencias entre ambas esferas
productivas explican buena parte del atraso y la falta de crecimiento
del conjunto de la economía mexicana. Si bien la
informalidad es un problema económico de carácter global, y
paralelamente su peso en el empleo ha venido disminuyendo en México
durante los últimos años, sus dimensiones todavía son preocupantes.
La
preponderancia de la informalidad en el empleo y su poca ponderación en
la producción son factores que implican un bajo nivel de productividad
por persona, muy por debajo
de lo observado en el sector formal.
Las asimetrías entre ambos polos de la producción nacional formal
versus informal se manifiestan en diferentes aspectos de la vida
económica.
El lastre de la baja productividad del sector informal refleja algunas
de las problemáticas más urgentes para el país: las diferencias entre el
norte y sur del país, el hecho de que la mayor parte de los jóvenes y
los viejos trabajen en el sector informal,
y que además corresponden a la población con menor nivel de educación, y
consecuentemente se ubiquen en los niveles de menor ingreso.
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