La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos
(CMDPDH), junto con otras organizaciones nacionales e internacionales,
presentaron una comunicación a la Fiscalía de la Corte Penal
Internacional (CPI) el pasado 11 de junio, como parte de la base para
solicitar que se abra el examen preliminar sobre los crímenes graves
cometidos en México, denunciando aquellos que se cometieron por
elementos del Ejército Mexicano durante el periodo de la primera fase
del Operativo Conjunto Chihuahua (OCCH) que comprendió de marzo-2008 a
enero-2010.
La estrategia de seguridad empleada por el expresidente Felipe
Calderón dio paso a una militarización de la seguridad pública que se
tradujo en un ambiente de violencia que crecía de forma exponencial,
sobre todo en aquellos estados en los que se dio la implementación de
los llamados Operativos Conjuntos, mismos en los que se dio el
involucramiento directo de las Fuerzas Armadas de México (FAM) en
conjunto con otras unidades o autoridades federales y locales, para el
supuesto combate frontal al narcotráfico.
De acuerdo con el documento entregado a la Fiscalía de la
CPI, existen elementos suficientes para considerar que el personal del
Ejército Mexicano que tenía actividad en el Estado de Chihuahua y el que
se encontraba bajo el mando del Operativo Conjunto Chihuahua (OCCH),
participó en la comisión de crímenes graves en contra de población
civil, principalmente en la modalidad de asesinatos, torturas,
privaciones graves de la libertad física, violencia sexual y
desapariciones forzadas, cometidos en el marco de una política de
seguridad que justifica y legitima dichos crímenes. Los casos demuestran
la existencia de una política clara de actuación de las fuerzas
militares, misma que era conocida y promovida incluso por los más altos
mandos militares.
En la primera mitad de 2008, a tres meses de iniciado el OCCH, se
presentaron a la CNDH 199 quejas de abusos perpetrados por militares en
el estado de Chihuahua. Mientras que la Comisión Estatal de Derechos
Humanos informó en 2009, haber recibido más de 1,450 quejas en las que
se señaló como autoridades responsables a las fuerzas de seguridad que
participaron en el marco del OCCH.
Para la elaboración de la denuncia fueron analizados 35 casos, los
cuales comprenden un total de 121 víctimas directas de crímenes que se
cometieron en el marco de la primera fase del OCCH por elementos
militares. Dichos casos dan muestra de patrones claros de actuación que
permiten afirmar que se han cometido crímenes bajo la competencia de la
CPI en dicho Estado fronterizo, principalmente crímenes de lesa
humanidad, mismos en los que los máximos responsables continúan sin ser
investigados, procesados y enjuiciados.
Todo esto da cuenta de una escena criminal en donde ese hace uso de
recursos oficiales, personal e instalaciones militares, para la comisión
de múltiples crímenes en contra de la población, que quedan cobijados
por la impunidad y la constante inacción del sistema de justicia
mexicano; por ello la CMDPDH en conjunto con otras ONG ha recurrido ante
la Corte Penal Internacional para que se reconozca la existencia de
crímenes en contra de la humanidad, dejando que desde la misma Corte se
determine si se tiene jurisdicción y que acciones legales se deberán
tomar para juzgar a los perpetradores y cómplices de dichos crímenes.
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