• Deriva de enfermedades crónico-degenerativas como diabetes y EPOC.
• Se caracteriza por dificultad respiratoria, agotamiento excesivo y episodios de vértigo y desmayos.
Toluca, Estado de México, 4 de mayo de 2018. En el
marco del Día Mundial de la Hipertensión Pulmonar, la Secretaría de
Salud del Estado de México informa que este padecimiento deriva de otras
enfermedades crónico-degenerativas como enfisema pulmonar y Enfermedad
Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), y se estima que en la entidad ocho
de cada 10 casos se presentan en mujeres.
Esta enfermedad, que se conmemora el 5 de mayo, es consecuencia de malos
hábitos, ya que el sobrepeso, la obesidad y la diabetes son factores de
riesgo para desarrollarla y una vez presente genera incapacidad y
dependencia permanente de oxígeno.
La misma también deriva de presión alta en las arterias pulmonares, así
como de males autoinmunes como esclerodermia, que es el endurecimiento
de piel y tejidos, artritis reumatoide, VIH y anormalidades congénitas
del corazón.
Los síntomas de la hipertensión pulmonar son debilidad general,
dificultad respiratoria, palpitaciones, agotamiento excesivo ante
actividad física, coloración azul en la piel por falta de oxigenación,
hinchazón de piernas y tobillos, así como episodios de vértigo y
desmayos.
Una vez que se diagnostica, el paciente requiere seguimiento y control
mediante exámenes físicos, electrocardiograma, tele de tórax y atención
con especialistas en cardiología y neumología. En etapas avanzadas
suelen requerir de cirugía en sala de hemodinamia para liberar las
arterias.
La Secretaría de Salud estatal señala que para la hipertensión pulmonar
no hay tratamiento ni cura, lo importante es atacar el problema de
origen, si se presenta obesidad se debe perder peso, en el caso de los
diabéticos o con enfermedades autoinmunes deben llevar un control
puntual de su enfermedad.
Asimismo, la recomendación para evitar complicaciones es que quien lo
padece no viaje a lugares con altitudes mayores a los dos mil metros
sobre el nivel de mar, ya que ello genera presión y puede complicar el
cuadro.
Finalmente, la dependencia indica que este mal se presenta
principalmente en personas entre 45 y 50 años y la esperanza de
sobrevida es de dos a cinco años.
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