Sombrero típico
con cintas extendidas sobre soporte circular de madera
Interviniendo objetos artesanales
encontrados Sonia Falcone puede crear piezas formalmente bellas que integran el
folclor a prácticas como el arte povera, pero que además contienen elementos
del lenguaje de colores en el cual integra tradiciones culturales y elementos
biográficos. Particularmente estas piezas circulares construidas con un
sombrero típico, utilizado en fiestas populares, con largas cintas de vivísimos
colores en rededor, evoca la forma más sutil e irrompible del amor: los
vínculos del amor filial entre una madre y sus hijos.
“En casi todas mis obras hago dos
piezas complementarias. Pero esta vez hice tres: cada una para uno de mis tres
hijos. Creo que el amor es el único poder en el universo que es perfecto y que
si bien es multifacético —como los muchos colores de las cintas— es un amor que
sólo puede seguir creciendo. Por eso la forma circular: no termina”.
A la vez, este sombrero de largas
cintas encontrado en México tiene, como los juegos o danzas del palo con
cintas, una larga historia en el folclor del mundo. Según figura en los
Archivos de la Casa de Aragón, citados por Tomás Lozano (2007) en Cantemos al
alba antes del siglo XII se ejecutaba la danza de palos, que se hizo en 1150
para las fiestas de las bodas del conde de Barcelona Era una versión de una mucho más antigua
danza ritual religiosa unida a simbolismos ancestrales de fecundidad en los
campos. Los casamientos suponen la prolongación de un reino por la fertilidad.
En la danza de palos con cintas las figuras entrelazadas que los danzantes
construyen buscaban provocar el crecimiento de la vegetación. Posteriormente se
incorporaron a fiestas sagradas como el Corpus Cristi, y se fueron adaptando a
diversas celebraciones rituales en América, desde la Navidad hasta los
Carnavales que en Semana Santa enfrentan el bien y el mal, o a juegos con palos
de cintas relacionados con los casamientos. En Bolivia eran típicas las
“trenzadas” y tenían también variantes. El baile de las cintas acabó siendo un
símbolo de unión entre los pueblos. Hombres y mujeres, casi siempre ocho,
bailan formando un trenzado. El palo hace referencia a la tierra que reverdece.
En todo caso, se trata de ritos que hablan de los vínculos entre las gentes y
el mundo natural. Dos aspectos esenciales en la obra de Sonia Falcone.
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