jueves, 25 de noviembre de 2021

Minuta número 88 Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 11 de noviembre de 2021

https://www.banxico.org.mx/canales/%7BE9378379-A381-27FF-C23D-2DAB7ADF7CBE%7D.pdf

 1. LUGAR, FECHA Y ASISTENTES
1.1. Lugar: Reunión celebrada por enlaces virtuales.
1.2. Fecha de la sesión de la Junta de Gobierno:
10 de noviembre de 2021.
1.3. Asistentes:
Alejandro Díaz de León Carrillo, Gobernador.
Galia Borja Gómez, Subgobernadora.
Irene Espinosa Cantellano, Subgobernadora.
Gerardo Esquivel Hernández, Subgobernador.
Jonathan Ernest Heath Constable, Subgobernador.
Rogelio Eduardo Ramírez de la O, Secretario de
Hacienda y Crédito Público.
Gabriel Yorio González, Subsecretario de Hacienda
y Crédito Público.
Elías Villanueva Ochoa, Secretario de la Junta de
Gobierno.
Se hace constar que en fechas anteriores a la
celebración de esta sesión, se desarrollaron trabajos
preliminares en los que se analizó el entorno
económico y financiero, así como la evolución de la
inflación, sus determinantes y perspectivas (ver
anexo).
2. ANÁLISIS Y MOTIVACIÓN DE LOS VOTOS DE
LOS MIEMBROS DE LA JUNTA DE GOBIERNO
Entorno Externo
La mayoría mencionó que la actividad económica
mundial continuó recuperándose durante el
tercer trimestre, aunque a un ritmo menor y con
heterogeneidad entre países por la evolución de
la pandemia y los estímulos al gasto. Algunos
detallaron que el aumento reciente de contagios
afectó negativamente a la actividad en varias
economías. Al respecto, uno destacó la menor
creación de empleos. Otro señaló la moderación en
la recuperación del sector servicios. Profundizó en
que la escasez de suministros está frenando la
producción en ciertos sectores, lo cual es inusual en
una etapa temprana y ascendente del ciclo
económico. Agregó que lo anterior puede observarse
en el incremento de los tiempos de entrega de las
manufacturas y de los costos del transporte
marítimo.
La mayoría destacó la revisión a la baja de los
pronósticos de crecimiento a nivel global.
Algunos subrayaron la heterogeneidad de dichas
revisiones entre regiones y países. Notaron los
ajustes al alza para 2021 para la zona del euro y
América Latina, y a la baja para Estados Unidos,
Japón, Reino Unido y algunas economías
emergentes asiáticas. Uno señaló que de acuerdo
con el Fondo Monetario Internacional se prevé que
durante 2022 las economías avanzadas recuperen
la trayectoria de la tendencia de crecimiento que
tenían previo a la pandemia, mientras que para las
emergentes, con excepción de China, se espera que
el crecimiento se mantenga por debajo de las
previsiones anteriores a la pandemia, incluso hasta
el 2024. Algunos apuntaron que hay preocupación
sobre la recuperación económica. Uno consideró
que ante la persistencia de las afectaciones quedan
dudas sobre la velocidad de la recuperación. Agregó
que la heterogeneidad en las perspectivas de
crecimiento es motivo de inquietud. Otro enfatizó
que el ajuste en las expectativas indica la fragilidad
de la recuperación y sugiere riesgos para la
actividad.
Entre los riesgos globales, la mayoría mencionó
los asociados a la pandemia, las presiones
inflacionarias y los ajustes a las condiciones
monetarias y financieras. Algunos destacaron los
desequilibrios entre la oferta y la demanda como
resultado de la reapertura, de los programas de
estímulo económico, del cambio en los patrones de
consumo y de la disrupción en las cadenas de
suministro globales. Uno notó que la naturaleza
atípica de la recuperación está creando fricciones
que han detonado riesgos para el crecimiento y la
inflación.
Otro destacó el papel de la pandemia en las
presiones inflacionarias que pueden dividirse en dos
etapas. En la primera: i) choques sin precedente con
errores de pronóstico en la actividad económica y la
inflación; ii) el cierre abrupto de actividades indujo a
las empresas a reducir costos, inventarios, inversión
y plantilla laboral; iii) afectaciones sociales y
tensiones políticas, que propiciaron cuantiosos
estímulos al gasto en economías avanzadas; iv) una
recomposición del gasto de los hogares, de servicios
hacia mercancías; y v) afectaciones profundas en el
mercado laboral. En la segunda: i) una recuperación
más acelerada y un incremento considerable de los
apoyos fiscales en Estados Unidos, generando
cuellos de botella y presiones sobre el comercio
mundial y los precios de bienes durables; ii) una
recuperación en los servicios ante la disponibilidad
de vacunas; iii) limitaciones en la producción; y iv) un
alto apalancamiento tras un periodo prolongado de
tasas históricamente bajas, que aunado a la
expansión fiscal, implica retos para la estabilidad
financiera. Sobre la falta de flexibilidad en la
producción destacó las afectaciones a las cadenas
de suministro, la falta de inversión en hidrocarburos

1. LUGAR, FECHA Y ASISTENTES
1.1. Lugar: Reunión celebrada por enlaces virtuales.
1.2. Fecha de la sesión de la Junta de Gobierno:
10 de noviembre de 2021.
1.3. Asistentes:
Alejandro Díaz de León Carrillo, Gobernador.
Galia Borja Gómez, Subgobernadora.
Irene Espinosa Cantellano, Subgobernadora.
Gerardo Esquivel Hernández, Subgobernador.
Jonathan Ernest Heath Constable, Subgobernador.
Rogelio Eduardo Ramírez de la O, Secretario de
Hacienda y Crédito Público.
Gabriel Yorio González, Subsecretario de Hacienda
y Crédito Público.
Elías Villanueva Ochoa, Secretario de la Junta de
Gobierno.
Se hace constar que en fechas anteriores a la
celebración de esta sesión, se desarrollaron trabajos
preliminares en los que se analizó el entorno
económico y financiero, así como la evolución de la
inflación, sus determinantes y perspectivas (ver
anexo).
2. ANÁLISIS Y MOTIVACIÓN DE LOS VOTOS DE
LOS MIEMBROS DE LA JUNTA DE GOBIERNO
Entorno Externo
La mayoría mencionó que la actividad económica
mundial continuó recuperándose durante el
tercer trimestre, aunque a un ritmo menor y con
heterogeneidad entre países por la evolución de
la pandemia y los estímulos al gasto. Algunos
detallaron que el aumento reciente de contagios
afectó negativamente a la actividad en varias
economías. Al respecto, uno destacó la menor
creación de empleos. Otro señaló la moderación en
la recuperación del sector servicios. Profundizó en
que la escasez de suministros está frenando la
producción en ciertos sectores, lo cual es inusual en
una etapa temprana y ascendente del ciclo
económico. Agregó que lo anterior puede observarse
en el incremento de los tiempos de entrega de las
manufacturas y de los costos del transporte
marítimo.
La mayoría destacó la revisión a la baja de los
pronósticos de crecimiento a nivel global.
Algunos subrayaron la heterogeneidad de dichas
revisiones entre regiones y países. Notaron los
ajustes al alza para 2021 para la zona del euro y
América Latina, y a la baja para Estados Unidos,
Japón, Reino Unido y algunas economías
emergentes asiáticas. Uno señaló que de acuerdo
con el Fondo Monetario Internacional se prevé que
durante 2022 las economías avanzadas recuperen
la trayectoria de la tendencia de crecimiento que
tenían previo a la pandemia, mientras que para las
emergentes, con excepción de China, se espera que
el crecimiento se mantenga por debajo de las
previsiones anteriores a la pandemia, incluso hasta
el 2024. Algunos apuntaron que hay preocupación
sobre la recuperación económica. Uno consideró
que ante la persistencia de las afectaciones quedan
dudas sobre la velocidad de la recuperación. Agregó
que la heterogeneidad en las perspectivas de
crecimiento es motivo de inquietud. Otro enfatizó
que el ajuste en las expectativas indica la fragilidad
de la recuperación y sugiere riesgos para la
actividad.
Entre los riesgos globales, la mayoría mencionó
los asociados a la pandemia, las presiones
inflacionarias y los ajustes a las condiciones
monetarias y financieras. Algunos destacaron los
desequilibrios entre la oferta y la demanda como
resultado de la reapertura, de los programas de
estímulo económico, del cambio en los patrones de
consumo y de la disrupción en las cadenas de
suministro globales. Uno notó que la naturaleza
atípica de la recuperación está creando fricciones
que han detonado riesgos para el crecimiento y la
inflación.
Otro destacó el papel de la pandemia en las
presiones inflacionarias que pueden dividirse en dos
etapas. En la primera: i) choques sin precedente con
errores de pronóstico en la actividad económica y la
inflación; ii) el cierre abrupto de actividades indujo a
las empresas a reducir costos, inventarios, inversión
y plantilla laboral; iii) afectaciones sociales y
tensiones políticas, que propiciaron cuantiosos
estímulos al gasto en economías avanzadas; iv) una
recomposición del gasto de los hogares, de servicios
hacia mercancías; y v) afectaciones profundas en el
mercado laboral. En la segunda: i) una recuperación
más acelerada y un incremento considerable de los
apoyos fiscales en Estados Unidos, generando
cuellos de botella y presiones sobre el comercio
mundial y los precios de bienes durables; ii) una
recuperación en los servicios ante la disponibilidad
de vacunas; iii) limitaciones en la producción; y iv) un
alto apalancamiento tras un periodo prolongado de
tasas históricamente bajas, que aunado a la
expansión fiscal, implica retos para la estabilidad
financiera. Sobre la falta de flexibilidad en la
producción destacó las afectaciones a las cadenas
de suministro, la falta de inversión en hidrocarburos

incremento de tasas en 2022. Uno detalló que el
mercado anticipa que el primer incremento de tasas
podría ocurrir en el último trimestre de 2022.
Mencionó que las expectativas de mercado son
consistentes con las de los miembros del Comité
Federal de Mercado Abierto (FOMC), por lo que
ambos anticipan que el estímulo monetario
continuará siendo sustancial por un tiempo
prolongado. Por su parte, otro destacó que, pese a
que las expectativas del FOMC aún señalan un
incremento de tasas en 2023, las extraídas de
instrumentos financieros señalan que esto ya podría
ocurrir en 2022. Algunos puntualizaron que la
comunicación de la Reserva Federal ha mitigado el
riesgo de una sorpresa de política monetaria.
Uno argumentó que el mayor espacio monetario en
Estados Unidos y otras economías avanzadas, que
por muchos años presentaron una inflación y sus
expectativas por debajo de sus metas, les permite
ser más pacientes, aunque corren el riesgo de
erosionar su credibilidad si se percibe que toleran
inflaciones elevadas. Por otro lado, mencionó que en
las economías emergentes, y en particular en
México, la formación de precios puede verse
rápidamente contaminada por los choques que han
afectado a la inflación. También destacó que las
economías emergentes abiertas al comercio están
muy expuestas a las presiones globales y que las
más integradas a los mercados financieros
internacionales resentirán en mayor medida los
efectos de condiciones monetarias y financieras más
restrictivas.
La mayoría mencionó que los bancos centrales
de economías emergentes siguen reduciendo su
estímulo monetario. Algunos notaron que los
mayores aumentos en la tasa de referencia se han
observado en aquellas economías con desbalances
macroeconómicos. Uno comentó que los bancos
centrales
de
economías
emergentes
han
reaccionado de manera heterogénea, aunque la
mayoría ha continuado con posturas acomodaticias
y tasas reales ex-ante negativas. Mencionó que, si
bien algunos bancos centrales han reaccionado a las
presiones inflacionarias con aumentos más
significativos en sus tasas de interés, aclaró que se
trata de países que llevaron a cabo políticas fiscales
muy expansivas y que ahora requieren de posturas
monetarias más conservadoras. Otro detalló que
sólo en los casos donde la inflación se ha conjuntado
con distintos desbalances macroeconómicos, y ha
habido una mayor elasticidad de las expectativas de
inflación a los choques de la pandemia, ha sido
necesario retirar los estímulos provistos el año
pasado. Adicionalmente, comentó que algunas
estimaciones sugieren que, este ha sido el caso de
algunas economías de América Latina, donde
alrededor de un tercio de la varianza de la inflación
estaría explicada por factores idiosincrásicos y un
tercio adicional por las expectativas de inflación.
Algunos mencionaron que desde la última reunión
los
mercados
financieros
internacionales
presentaron cierta volatilidad. Algunos señalaron
que las tasas de interés, particularmente las de corto
plazo, se incrementaron. Uno notó que ello refleja,
en parte, las presiones inflacionarias recientes.
Consideró que los mercados cambiarios y
accionarios presentaron un comportamiento mixto y
variaciones moderadas en los precios de los activos.
Algunos subrayaron que después del anuncio de la
Reserva Federal los mercados se vieron
favorecidos. Al respecto, uno destacó que las tasas
de interés de largo plazo de economías avanzadas y
emergentes disminuyeron, a pesar del inicio de la
reducción del programa de compras de activos de la
Reserva Federal. Indicó que las tasas de interés de
corto plazo también se ajustaron a la baja, aunque
de manera diferenciada, ante las distintas
expectativas sobre la trayectoria de política
monetaria de cada economía. Añadió que hacia el
final del periodo se registró cierta volatilidad por la
publicación del dato negativo de inflación en Estados
Unidos.
Otro comentó que en las economías emergentes los
mercados
financieros
presentaron
un
comportamiento mixto con un sesgo negativo ante
una mayor aversión al riesgo. Agregó que los flujos
de capital destinados a activos de renta fija
registraron importantes salidas mientras que los
destinados a renta variable continuaron presentando
entradas. Uno añadió que la mayoría de las divisas
de estas economías se apreciaron frente al dólar
después del anuncio de la Reserva Federal.
Algunos mencionaron que hacia delante estas
economías enfrentarán riesgos derivados de
condiciones financieras globales más astringentes,
de una posible recomposición de los portafolios de
inversión, así como de factores idiosincrásicos.
Actividad Económica en México
Todos mencionaron que la información oportuna
indica que la actividad económica se contrajo en
el tercer trimestre y que se mantiene una
evolución
heterogénea
entre
sectores.
Destacaron que la contracción obedeció al
aumento de contagios, las disrupciones
persistentes de las cadenas de suministro y el
efecto de la nueva regulación en materia de
subcontratación laboral sobre los servicios. Uno

señaló que la contracción del PIB en el tercer
trimestre fue de 0.2% respecto del trimestre previo,
cuando se esperaba un crecimiento de 0.8%. Otro
comentó que aun sin contabilizar el efecto de la
reforma en materia de subcontratación laboral, la
economía está enfrentando un proceso de
desaceleración significativo. Por su parte, uno
consideró que el mal desempeño de la actividad
económica refleja la fragilidad de la recuperación en
México, la cual aún está lejos de completarse.
En cuanto a la oferta, todos resaltaron la
contracción de los servicios en el tercer
trimestre, en parte como reflejo de la nueva
regulación a la subcontratación laboral. Algunos
especificaron que la nueva regulación implicó una
caída en los servicios profesionales. Uno agregó que
estos representan alrededor del 9% de las
actividades terciarias. Por otro lado, la mayoría
mencionó que la producción industrial ha
seguido
recuperándose,
si
bien
con
heterogeneidad
entre
sus
componentes.
Comentó que las manufacturas no automotrices
han registrado un mejor desempeño, mientras
que las automotrices han resentido la escasez de
insumos. Uno precisó que los paros técnicos,
debido a la falta de insumos, repercutieron sobre la
producción y exportación de vehículos ligeros
durante todo el año, y recientemente sobre la de los
vehículos pesados. Agregó que, desde una
perspectiva de mayor plazo, la producción industrial
ha comenzado a estabilizarse en niveles bajos.
Por el lado de la demanda, todos resaltaron la
debilidad del consumo y de las exportaciones
automotrices. Algunos apuntaron que, en
contraste, las exportaciones no automotrices
siguieron avanzando. Uno detalló que en septiembre
las exportaciones automotrices se ubicaron 12% por
debajo de su nivel de febrero de 2020, mientras que
las no automotrices 12% por arriba. Otro resaltó que
en agosto el consumo registró tres meses
consecutivos de contracción a tasa mensual. Uno
destacó que el consumo de bienes duraderos y
semiduraderos ha sido el más afectado. Otro resaltó
que indicadores adelantados, como el gasto en
tarjetas de crédito, ventas al menudeo y la compra
de vehículos ligeros, muestran atonía. Agregó que,
en contraste, las ventas de la ANTAD y la confianza
del consumidor crecieron en el margen. Algunos
señalaron que las remesas y la masa salarial han
aumentado. Respecto de la inversión, la mayoría
mencionó que registró una ligera recuperación
desde julio. Uno puntualizó que ello estuvo
apoyado por la construcción. Otro mencionó que la
inversión ha permanecido prácticamente estancada
en los últimos seis meses y se ubica 15% por debajo
de su nivel máximo alcanzado en 2018.
La mayoría reconoció que, si bien el mercado
laboral continúa recuperándose, aún presenta
condiciones de debilidad. Uno destacó que el nivel
de empleo formal ya recuperó su nivel observado en
enero de 2020. Otro notó que la tasa de
desocupación ha venido disminuyendo. Uno
comentó que la tasa de subocupación continúa
estancada en un nivel que casi duplica lo observado
en tiempos normales y que no muestra señales de
mejoría. Algunos notaron que la tasa que contempla
a los subocupados, desocupados y los inactivos
disponibles para trabajar aumentó en septiembre.
Uno precisó que esta se ubicó en 26.6% de la
Población Económicamente Activa (PEA) extendida
y otro mencionó que se encuentra por encima de los
niveles pre-pandemia. Uno destacó que la
recuperación del mercado laboral sigue siendo
desigual en cuanto a género.
Todos
coincidieron
en
que
persisten
condiciones de holgura en la economía. Algunos
notaron que incluso durante el tercer trimestre del
año la brecha del producto se amplió en el margen.
Uno precisó que el Indicador Global de la Actividad
Económica (IGAE) se ubica 5% debajo de su nivel
máximo. Otro señaló que, considerando el dato
oportuno del PIB del tercer trimestre, la economía se
encuentra alrededor de 2.5 puntos porcentuales por
debajo de su nivel pre-pandemia. Algunos
resaltaron que la desviación de la actividad
económica con respecto a la tendencia que se
hubiera presentado en ausencia de la pandemia es
de alrededor de 10%. Hacia delante, la mayoría
señaló que se prevén condiciones de holgura
con marcadas diferencias entre sectores. Uno
detalló que, ante la previsión de reactivación
económica, se anticipa una reducción en las
condiciones de holgura.
Algunos indicaron que se espera que la actividad
económica retome su recuperación a partir del
cuarto trimestre. Uno detalló que esta estará
impulsada por la demanda externa y la recuperación
del gasto interno. Precisó que esto último estaría
apoyado por los avances en la vacunación, el
aumento en la masa salarial y las remesas. No
obstante, destacó que la estimación oportuna del
PIB del tercer trimestre implicará una revisión a la
baja para el crecimiento de todo el año. Otro
mencionó que, por la inserción de México en las
cadenas globales de valor, los términos de
intercambio han comenzado a verse afectados,
particularmente mediante las exportaciones no

petroleras no automotrices, lo que implicaría una
restricción externa al crecimiento económico.
Agregó que probablemente la velocidad de la
recuperación económica comenzará a normalizarse
hacia el promedio histórico de crecimiento. Estimó
que, si la economía crece a su nivel promedio de los
últimos 15 años, no sería posible alcanzar antes del
2025 el nivel de actividad que habría en ausencia del
COVID-19. Algunos señalaron que se mantiene un
entorno incierto para la actividad económica. Uno
comentó que el balance de riesgos para el
crecimiento se ha deteriorado y está sesgado a la
baja.
Inflación en México
Todos
mencionaron
que
las
presiones
inflacionarias globales e internas continúan
afectando a las inflaciones general y subyacente.
La mayoría afirmó que, en lo que va del año, la
inflación ha resentido las disrupciones en las
cadenas de producción, los incrementos
generalizados en los precios de las materias
primas y alimentos, así como el cambio en los
patrones de consumo. Uno señaló que, en cuanto
a las presiones externas, el reto es entender la
extensión de las disrupciones en las cadenas y
costos de producción, dada la expectativa de que la
inflación sea menos transitoria y más difícil de
revertir. Por su parte, en cuanto a las presiones
internas, señaló que se tiene que monitorear la
contaminación de estos choques en el proceso de
formación de precios. Otro añadió el efecto de la
reversión a la tendencia en los precios de algunos
bienes y servicios. La mayoría indicó que, debido
a la profunda integración económica con
Estados Unidos, la mayor inflación en este país
ha contribuido al repunte de la inflación en
México. Uno resaltó que lo anterior ha impactado
particularmente a los precios de las mercancías
alimenticias. Consideró que ello es relevante, ya que
en México el ponderador de alimentos es alto en la
canasta de consumo, lo que amplía su influencia en
las inflaciones general y subyacente.
Algunos comentaron que recientemente las
presiones inflacionarias se han observado en una
variedad de bienes y servicios y que ya no parecen
reflejar solamente cambios transitorios en precios
relativos. Uno señaló que la economía se enfrenta a
un fenómeno de aumentos generalizados y
sostenidos dado que los precios de la mayoría de los
rubros
principales
muestran
incrementos
significativos. Puntualizó que se observan
incrementos mensuales anualizados en más del
50% de los genéricos del índice general. Otro detalló
que, en octubre, más del 75% de los genéricos
registraron una inflación mensual anualizada mayor
a 3%, mientras que hace un año este porcentaje era
de alrededor de 50%. Uno apuntó que el 54% de los
genéricos de la inflación general tienen una variación
anual mayor a 4%, y de estos el 91% tiene una
variación de más de 5%. Agregó que se observa algo
similar para la inflación subyacente y aun en mayor
medida al interior de las mercancías.
La mayoría destacó que en octubre la inflación
general mostró una elevada variación anual,
explicada principalmente por un incremento del
componente subyacente. Algunos notaron el
elevado nivel de la brecha de inflación. Uno agregó
que esta es una de las mayores dentro de las
economías emergentes. Otro subrayó que la
inflación anual alcanzó el nivel más elevado durante
casi cuatro años, por encima de las previsiones de
analistas y del Banco de México. Uno afirmó que es
muy importante distinguir entre las cifras anuales
que incorporan la información de choques
acumulados en el pasado de las cifras en el margen,
las cuales proporcionan información de la dinámica
más reciente. En ese sentido, consideró que las
presiones en el margen en las inflaciones general y
subyacente disminuyeron entre agosto y septiembre,
mientras que en octubre volvió a registrarse cierta
presión ante la disminución de contagios y la
reactivación del gasto. Otro indicó que la inflación
mensual de octubre sorprendió al alza y registró el
nivel más elevado para un mes de octubre desde
1998. Uno señaló que de marzo a la fecha el
crecimiento mensual de la inflación ha estado muy
por encima de los promedios históricos. Añadió que
este incremento sostenido en la inflación se da ante
una recuperación incompleta, frágil y difícil. Resaltó
que la ampliación de la brecha negativa del producto
y las amplias condiciones de holgura no han podido
contrarrestar
las
presiones
inflacionarias
ocasionadas por la continuación de tantos choques.
Otro apuntó que el indicador de media truncada para
la inflación general es 5.22% y el de la subyacente
es 4.69%. Subrayó que en octubre el índice de
precios al productor tuvo una variación anual de
8.6%.
La mayoría destacó que la inflación subyacente
se vio afectada considerablemente por mayores
presiones en los precios de las mercancías. Uno
resaltó que acumula 11 incrementos mensuales
consecutivos. Mencionó que la inflación anual de las
mercancías fue la mayor desde 2009, cuando se
presentaron depreciaciones cambiarias de hasta
26.9% anual. Otro señaló que recientemente la
inflación de las mercancías alimenticias aumentó a

niveles cercanos a 8% y la de las no alimenticias
cerca de 7%. Uno indicó que las presiones en las
mercancías alimenticias han comenzado a ceder, en
línea con la estabilidad observada en los precios
internacionales de las materias primas alimenticias.
Añadió que las mercancías no alimenticias continúan
estando presionadas en el margen, en congruencia
con las restricciones de oferta y con el cambio en los
patrones de consumo. La mayoría mencionó el
alza reciente en la inflación de servicios. Uno
estimó que los precios de estos han continuado con
un proceso de reversión a la tendencia, lo cual
responde al declive en los contagios. Agregó que la
inflación bienal anualizada de servicios se mantuvo
en 3%, por lo que no parece existir un choque nuevo
o una fuente adicional de presiones en este
componente. Otro destacó que la inflación de los
servicios distintos a educación y vivienda supera el
5%. Afirmó que, a pesar de las condiciones de
holgura de la economía, la inflación subyacente
fundamental muestra una fuerte tendencia al alza.
Algunos mencionaron que la inflación no
subyacente también ha enfrentado presiones. Uno
notó que las mayores sorpresas de la inflación
respecto de las previsiones del Banco de México se
han
concentrado
en
este
componente,
principalmente por el lado de los energéticos y
algunos productos pecuarios. Otro indicó que los
precios de los energéticos siguieron estables en el
margen, mientras que se registraron ciertas
presiones en el componente de agropecuarios, si
bien consideró que estas suelen corregirse en un
periodo relativamente corto.
La mayoría señaló que las expectativas de las
inflaciones general y subyacente para 2021, los
próximos 12 meses y el cierre de 2022 volvieron
a incrementarse, mientras que las de mayor
plazo se han mantenido estables en niveles
superiores a 3%. Uno puntualizó que las
expectativas para 2022 están muy cercanas al límite
superior del intervalo de variabilidad. Añadió que, si
bien las expectativas para 2023 en adelante no se
han deteriorado, no se puede suponer que la
divergencia entre las expectativas de corto y largo
plazos perdure ante la prolongación de la burbuja
actual y la dificultad en combatirla. Otro sostuvo que
los niveles de inflación creciente observados al
menos durante los últimos 11 meses han propiciado
efectos de segundo orden y están contaminando las
expectativas de corto plazo y que han comenzado a
afectar a las de mediano plazo. Uno apuntó que las
expectativas de inflación extraídas de instrumentos
de mercado para el corto plazo se han deteriorado.
Otro comentó que las de seis a diez años han
continuado ancladas alrededor de 3%. Algunos
mencionaron que las expectativas implícitas en
bonos de mediano y largo plazos se han
incrementado. Uno indicó que la compensación por
inflación y riesgo inflacionario implícita en bonos a
diez años acumula un aumento de más de 100
puntos base en el año, mientras que la prima por
riesgo inflacionario se ubicó por encima del pico
observado en enero de 2017.
La mayoría señaló que los pronósticos de las
inflaciones general y subyacente se revisaron al
alza, especialmente los de corto plazo. Algunos
mencionaron que ello obedeció a presiones
inflacionarias adicionales. Uno comentó que se
prevé una inflación alta en noviembre como
resultado de la baja base de comparación del año
pasado, atribuible, entre otras cosas, a un programa
de descuentos más prolongado en 2020. Algunos
notaron que la inflación general al cierre de este año
alcanzaría su máximo nivel en 20 años. Agregaron
que la subyacente podría ubicarse alrededor de 6%.
Uno destacó que esta última sería la cifra más
elevada desde el cuarto trimestre de 2001. Otro
apuntó que se prevé que las inflaciones general y
subyacente disminuyan en mayor medida a partir de
un año. Añadió que la velocidad de convergencia de
la inflación ha mostrado ser incierta y que las
expectativas de inflación serán clave para configurar
dicha tendencia. Uno observó que, pese a que la
brecha negativa de producto prevalecerá durante la
mayor parte de 2022, no se espera que esto
contrarreste las presiones en precios. Agregó que, a
pesar de que la presión fiscal en México es menor
que en otros países, ello tampoco aliviará las
presiones en los precios internos provenientes de la
oferta y de fuentes externas.
La mayoría resaltó que los choques que han
incidido en la inflación son principalmente
transitorios. Uno afirmó que estos deberían
comenzar a desvanecerse a medida que se avance
en el control sanitario. Añadió que, si bien ha sido
difícil estimar su duración y profundidad, se espera
una reducción de estos hacia la segunda mitad de
2022. Agregó que las expectativas de mediano y
largo plazos siguen ancladas, lo que es consistente
con la transitoriedad de las presiones. Indicó que hay
indicios de que algunos componentes de la inflación
han comenzado a ceder. Otro notó que al inicio de
este año las presiones se asociaron a efectos base,
a cambios en los patrones de consumo y a un ajuste
de precios relativos como consecuencia de un
choque de oferta que tenía la característica de ser
asimétrico. Agregó que a mediados de año se
añadieron la reapertura, la recuperación de los
6precios de servicios, las tensiones en los energéticos
y la persistencia en la inflación de mercancías.
Apuntó que en septiembre se presentaron alzas
adicionales en los precios de las mercancías
alimenticias por una mayor inflación importada,
afectando a las inflaciones general y subyacente por
la importancia de los alimentos en la canasta de
consumo. Así, el número de choques se incrementó
en la segunda mitad del año, principalmente por
efectos de oferta que no tienen efectos
permanentes. Uno consideró que, a pesar de que se
plantea que las presiones actuales son resultado
fundamentalmente de choques de oferta que se
revertirán conforme se normalicen las operaciones
de las cadenas globales de producción, dicho
argumento no toma en cuenta que estas también son
consecuencia de una expansión de la demanda
debido a los estímulos globales y a una
recomposición del gasto que podría tener efectos
más permanentes. Agregó que sin la intervención de
las autoridades monetarias la interacción de estos
dos fenómenos podría llevar a que la inflación se
ubique en un nivel de equilibrio superior al que tenía
antes de la pandemia. Otro indicó que el debate
sobre la temporalidad de las presiones sobre la
inflación es irrelevante dado que, a diferencia del
choque de precios de energéticos en 2017, el
episodio inflacionario actual es resultado de un
cúmulo de choques continuos que comenzaron
antes de la pandemia y cuyos efectos trascenderán
a esta. Por ello comentó que la discusión debería
centrarse en la duración y persistencia de la inflación
elevada. Uno señaló que, si bien se prevé que los
efectos de las presiones inflacionarias sean
transitorios, prevalecen riesgos considerables para
la formación de precios a nivel global, y su posible
influencia en la inflación en México, debido a que
persiste la incertidumbre sobre la duración de los
choques. Ello aunado a que dichas presiones han
afectado a los precios de un amplio rango de
productos en una magnitud significativa. opinó que aumentó la probabilidad de que las
presiones inflacionarias en el país y a nivel global
sean más persistentes de lo anticipado. Entre los
riesgos a la baja, algunos apuntaron la ampliación
de la brecha negativa del producto, mayores
medidas de distanciamiento social y una apreciación
cambiaria. La mayoría consideró que el balance
de riesgos para la inflación en el horizonte de
pronóstico se deterioró respecto de la última
decisión y que está sesgado al alza.

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