El
Centro de Derechos Humanos “Zeferino Ladrillero” (CDHZL) pidió al
Estado mexicano garantizar y proteger a un grupo de seis indígenas
náhuas de la comunidad de San Pedro Tlanixco, que se encuentran en
prisión con acusaciones falsas y dolosas desde, hace 15 años en
territorio mexiquense, al defender su territorio y agua.
“El
gobierno del estado de México, través de sus tres Poderes —Legislativo,
Ejecutivo y sobretodo el Judicial— tienen el reto de emitir una
revisión a la sentencia con un alto estándar internacional. Es una
oportunidad para que haya apego a derecho, ya que con relación a la
protección de personas indígenas el gobierno mexicano tiene una deuda
histórica con este sector de la población”, expresó.
El abogado interpuso este lunes un recurso de apelación a la sentencia en contra de los defensores de la tierra y el agua Dominga González Martínez, Marco Antonio Pérez González, Lorenzo Sánchez Berriozábal, Pedro Sánchez Berriozábal, Teófilo Pérez González y Rómulo Arias Mireles, por defender su derecho a la justicia y el derecho humano al agua.
“La apelación de los presos políticos de San Pedro Tlanixco busca hacer realidad el control de convencionalidad al que está obligado el Estado mexicano para armonizar el derecho interno con los tratado internacionales que protegen derechos de pueblos y personas indígenas”, explicó.
Hizo ver que durante
décadas, los recursos naturales de San Pedro Tlanixco son utilizados
para la industria, situación que ha provocado que los habitantes de esa
comunidad se hayan organizado para asignar el vital líquido para fines
personales y domésticos, como un bien social, cultural, y no
fundamentalmente como un bien económico.
Con este razonamiento, detalló, la comunidad de San Pedro Tlanixco ha mantenido una lucha desde los años ochenta, cuando grandes empresas floricultoras llegan al municipio de Villa Guerrero. En 2002 se agudizó la disputa entre ambas comunidades por el uso y disfrute del río Texcaltenco, el cual nace en San Pedro Tlanixco.
Recordó que 1 de
abril 2003 los pobladores de San Pedro Tlanixco fueron agredidos por
grupos paramilitares, financiados por el presidente de los floricultores
–de origen español– que argumentaban que el agua del rio llegaba sucia,
provocando daños a sus productos. Al repeler la agresión resultaron
lesionados varias personas y el empresario resultó muerto.
Después
de estos hechos, policías mexiquenses, en apoyo a los grupos
paramilitares, iniciaron una fuerte represión contra los habitantes de
la comunidad, los cuales fueron sacados de sus domicilios –sin orden
judicial–, amenazados de ser asesinados y violadas sus mujeres, para
finalmente llevarse presos a Dominga González Martínez, Marco Antonio
Pérez González, Lorenzo Sánchez Berriozábal, Pedro Sánchez Berriozábal,
Teófilo Pérez González y Rómulo Arias Mireles, quienes no participaron
en el enfrentamiento.
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