Anuncio de Política Monetaria
En el primer
trimestre de 2018, la economía mundial siguió expandiéndose de
manera generalizada, si bien registró
cierta moderación. La reducción en la holgura de las economías
avanzadas se ha empezado a reflejar en varias de ellas en un aumento
gradual de la inflación y sus expectativas. En Estados Unidos, se
espera que la actividad económica crezca a un ritmo sólido en los
próximos trimestres. Como era de anticiparse, la Reserva Federal
mantuvo sin cambio el rango objetivo para la tasa de fondos federales
en su reunión de mayo. Adicionalmente, reiteró su previsión de
aumentos graduales para dicho rango objetivo y destacó que la
inflación se ubicará alrededor de su objetivo simétrico de 2 por
ciento. A su vez, se han observado aumentos en las tasas de interés
en dicho país, especialmente en las de corto plazo, así como un
fortalecimiento generalizado del dólar. Cabe señalar que los
pronósticos de crecimiento para la economía mundial para 2018 y
2019 se han mantenido sin cambio respecto a los dados a conocer a
principios de este año. No obstante, existen diversos riesgos a la
baja para el crecimiento global, particularmente en el mediano y
largo plazos, entre los que destacan un entorno de mayor volatilidad
en los mercados financieros internacionales, ante la presencia de
presiones inflacionarias mayores a las esperadas, un escalamiento de
las medidas proteccionistas o la materialización de algunos eventos
geopolíticos. En este contexto la cotización de la mayoría de las
divisas de las economías emergentes registró una depreciación
considerable y un aumento en su volatilidad. En el caso de México,
el debilitamiento del peso también se vio afectado por factores de
índole interno. Por su parte, las tasas de interés presentaron
incrementos, especialmente en los plazos más largos.
La información
disponible indica que en el primer trimestre de 2018 la actividad en
México continuó mostrando una
reactivación, registrando incluso una tasa de crecimiento mayor a la
observada en el trimestre previo.
Las exportaciones siguieron presentando una trayectoria positiva,
mientras que el consumo privado ha
continuado expandiéndose, si bien a un menor ritmo, en tanto que se
registró un repunte de la
inversión. En cuanto a la posición cíclica de la economía, las
condiciones de holgura se mantuvieron
estrechas. Si bien las cifras más recientes de actividad económica
muestran un mayor dinamismo, se
considera que el balance de riesgos para el crecimiento continúa
sesgado a la baja, dada la incertidumbre que
aún prevalece en la economía.
La postura de
política monetaria adoptada para mantener ancladas las expectativas
de inflación de mediano y largo
plazos, aunada al cumplimiento de las metas fiscales y a la
resiliencia que ha mantenido el sistema financiero, han contribuido a
que la economía mexicana esté en mejor posición para enfrentar
posibles escenarios adversos. Hacia adelante, se prevé que la
economía seguirá transitando por un panorama complejo, tanto en el
ámbito externo como en el interno, lo que hace particularmente
relevante que, además de seguir una política monetaria prudente y
firme, se impulse la adopción de medidas que propicien una mayor
productividad, y que se consoliden sosteniblemente las finanzas
públicas.
La inflación
general anual continuó disminuyendo, al pasar de 5.04 por ciento en
marzo a 4.55 por ciento en abril, reflejando reducciones tanto de la
inflación subyacente, como de la no subyacente. En particular, en
este periodo la inflación subyacente se redujo de 4.02 a 3.71 por
ciento, como resultado de las acciones de política monetaria y del
desvanecimiento de los choques que la afectaron el año pasado. Por
su parte, la no subyacente disminuyó de 8.03 a 7.07 por ciento en el
mismo periodo, derivado en buena medida de reducciones en los precios
de las frutas y verduras y del gas L.P., las cuales fueron
parcialmente 1contrarrestadas por incrementos en los precios de las
gasolinas. Las expectativas de inflación general para el cierre de
2018 disminuyeron de 4.09 a 3.98 por ciento de marzo a abril,
mientras que las de mediano y largo plazos permanecieron alrededor de
3.50 por ciento.
La disminución de
la inflación registrada en los primeros cuatro meses de 2018 es
congruente con la previsión que este
Instituto Central dio a conocer en el Informe Trimestral
Octubre-Diciembre 2017.
Hacia adelante, con
base en la información disponible y tomando en cuenta la postura
monetaria actual, se estima que el comportamiento que presentará la
inflación, en el horizonte en el que opera la política monetaria, está en
línea con dichos pronósticos. Lo anterior supone un comportamiento
ordenado del tipo de cambio, la ausencia de presiones provenientes
del mercado laboral y que la inflación no subyacente continúe
disminuyendo en lo que resta de 2018 al ritmo previsto.
El escenario
anterior está sujeto a riesgos y a una marcada incertidumbre. Entre
los principales riesgos al alza, destaca que
la cotización de la moneda nacional continúe presionada en
respuesta, tanto al entorno de mayores
tasas de interés externas y la fortaleza del dólar, como a la
incertidumbre asociada
a la renegociación
del TLCAN y al proceso electoral del presente año. En caso de que la
economía enfrente un
escenario que requiera un ajuste del tipo de cambio real, el Banco de
México estará atento a que este se dé de
manera ordenada y sin efectos de segundo orden sobre el proceso de
formación de
precios. Por otro
lado, persiste el riesgo de enfrentar choques en los precios de los
bienes agropecuarios y presiones al alza
en los precios de algunos energéticos. Adicionalmente, considerando
las condiciones cíclicas de la
economía, la evolución de los costos unitarios de la mano de obra
podría presionar a la inflación. En
cuanto a los riesgos a la baja, destaca una posible apreciación de
la moneda nacional en caso de un resultado
favorable en las negociaciones del TLCAN. El balance de riesgos para
la inflación
respecto a la
trayectoria esperada mantiene un sesgo al alza asociado a los riesgos
descritos, en un entorno con un alto
grado de incertidumbre.
Para guiar sus
acciones de política monetaria, la Junta de Gobierno da seguimiento
cercano a la evolución de la inflación respecto a su trayectoria
prevista, considerando la postura monetaria adoptada y el horizonte
en el que esta opera, así como la información disponible de todos
los determinantes de la
inflación y sus
expectativas de mediano y largo plazos, incluyendo el balance de
riesgos para estos.
Con la información
más reciente acerca de los elementos anteriores, y tomando en cuenta
que la postura de política monetaria actual es congruente con la
tendencia descendente de la inflación general anual hacia su meta,
la Junta de Gobierno ha decidido por unanimidad mantener el objetivo
para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en un nivel de 7.50
por ciento.
Hacia adelante, la
Junta mantendrá una postura monetaria prudente y continuará dando
un seguimiento especial al traspaso
potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, a la
posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos y a la
evolución de las condiciones de holgura en la economía.
Ante la presencia de
factores que, por su naturaleza, impliquen un riesgo para la
inflación y sus expectativas, de ser
necesario la política monetaria actuará de manera oportuna y firme
para lograr la convergencia de esta
a su objetivo de 3 por ciento y fortalecer el anclaje de las
expectativas de inflación de mediano y largo
plazos.
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