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La formación superior tendrá
componentes que se fusionarán entre lo presencial y lo virtual, que se podrán
aprovechar al máximo con los avances tecnológicos y las plataformas de
productividad.
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El uso de las nuevas tecnologías debe
destinarse al desarrollo de competencias digitales de alumnos y profesores, más
que sólo aprender a utilizar aplicaciones y plataformas..
Ciudad de México, 28 julio de 2020. Con el Covid-19 vigente en el mundo por un
tiempo indeterminado, diferentes medidas gubernamentales de protección,
modificarán las dinámicas sociales, donde la educación también tendrá cambios.
Para evitar la propagación del virus, la educación híbrida surge como una de
las herramientas para que las personas puedan seguir desarrollando sus
estudios. Los modelos online de la
educación superior han tenido un crecimiento de 30% interanual, según el
informe ‘La educación superior a distancia en América Latina y el Caribe’, por
lo que tienen suficientes argumentos para complementarse con la presencial.
Al respecto, Miguel Ángel Suvires
García, Director del Área de Educación de la Universidad Internacional de Valencia
(VIU), destacó: “En
los nuevos escenarios educativos que nos encontramos, donde la brecha entre
docencia presencial y online se ha acortado; ambas están cada vez más
entrecruzadas y sus diferencias quedan difuminadas, el papel docente debe ser
-hoy más que nunca- diseñar experiencias de aprendizaje bajo la educación
híbrida”.
Así mismo, Suvires, expresó que los
alumnos ya no necesitan una figura relevante como los docentes para que les
transmitan conocimiento, ya que los contenidos de enseñanza pueden encontrarse
en diversas fuentes y a través de Internet. Los profesores deben crear
contextos de aprendizaje donde los estudiantes deben desarrollar distintas
competencias.
Estas situaciones de aprendizaje
para el desarrollo de aptitudes, pueden realizarse tanto en la docencia
presencial como virtual, por ejemplo, en VIU, existe el modelo virtual, pero se
ponen en práctica las competencias por medio de metodologías activas como el
diseño de proyectos, la resolución de problemas, el estudio de casos y las
simulaciones, entre otras. Muy en sintonía con otras instituciones de educación
superior que están dando la teoría por medio de las aulas virtuales y para el
caso de los talleres o laboratorios, sí asisten de forma presencial, para
disminuir de esa manera los desplazamientos en transporte público, algo que
buscan los gobiernos bajo la coyuntura de la pandemia.
Uno de los desafíos del modelo
híbrido, es que la competencia digital de los maestros debe estar en continua
actualización, pero no debe enfocarse en el aprendizaje del uso de herramientas
que pueden quedarse rápidamente obsoletas y ser sustituidas por otras nuevas.
Esta ‘actualización’ de habilidades, debe desarrollarse en dos aspectos claves:
las metodologías activas en contextos digitales y el uso de las tecnologías
digitales para evaluar.
“En la formación inicial y continua de los profesores de
VIU, también se potencia otro aspecto que consideramos fundamental para que los
maestros puedan mantenerse actualizados: el desarrollo de los entornos
personales de aprendizaje, que consiste en enriquecer los recursos que tenemos
disponibles para aprender, de esa forma, cada docente, de manera autónoma,
tiene la capacidad de saber encontrar los recursos necesarios para resolver los
problemas a los que se enfrenta o de colaborar con otras personas para
solventarlos”, precisó el Director.
De igual manera, el uso de las
nuevas tecnologías no debe aplicarse a ciertos contenidos o asignaturas, sino
que debe destinarse al desarrollo de una competencia digital de los alumnos de
forma transversal, al igual que se desarrollan otras competencias como el sintetizar,
los trabajos en equipo o las habilidades para hablar en público, entre otras.
La interiorización de tecnologías
digitales ya no se limita a prepararse para realizar trabajos de índole
tecnológica; sino de ser digitalmente competentes, para poder desarrollarse
plenamente como ciudadanos en un contexto de la sociedad digital, donde
claramente, las nuevas generaciones tienen ciertas ventajas.
Alumnos y profesores que aún se
encuentran en una brecha digital, no solo tendrán afectaciones laborales o académicas,
sino que también tendrán enormes desafíos en la vida cotidiana, al punto, de
quedarse aislados en ciertas circunstancias o entornos, quien digitalmente no
sea competente para informarse, comunicarse, realizar gestiones o incluso para
el ocio, se verá en serios problemas, más en la actualidad que ha generado el
coronavirus.
Para concluir, Suvires García
advirtió: “Las tecnologías se desarrollan
a una velocidad que apenas nos permite asimilarlas y dominarlas para poder
utilizarlas en la docencia, por ello, la importancia de la competencia digital
de los profesores no reside en el uso de herramientas o aplicaciones concretas,
sino de tener la capacidad de catalogarlas en áreas de competencia digital: ya
sea para buscar y gestionar la información, comunicarnos y colaborar en
contextos digitales o para crear contenidos digitales. Los maestros no deberán
ser expertos en manejar herramientas concretas, sino en adaptar cualquier
tecnología o aplicación en la docencia y en proponer la realización de actividades
que desarrollen estas áreas de competencia digital”.
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