Nuevo
informe de ambos organismos plantea que solo aplanando la curva de
contagios será posible la reactivación económica,
y propone tres fases para controlar la pandemia, reactivar la economía
con protección y reconstruir de manera sostenible e inclusiva.
(30 de julio, 2020) Un
nuevo informe conjunto de la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Panamericana
de la Salud (OPS) señala que solo si se aplana la curva de contagio de
la pandemia por COVID-19 se podrán reactivar las economías de la región.
El reporte propone un enfoque con tres fases
que incluyen la adopción de políticas de salud, económicas, sociales y
productivas dirigidas a controlar y mitigar los efectos de la pandemia,
reactivar con protección y reconstruir de manera sostenible e
inclusiva.
Algunos
países han llevado a la región a convertirse en el epicentro actual de
la pandemia, encabezando las estadísticas mundiales de casos. Al 29 de
julio, se han registrado
más de 4,5 millones de casos de COVID-19 y casi 190 mil muertes en
América Latina y el Caribe. Una importante cantidad de países está lejos
de alcanzar un aplanamiento sostenido y significativo de la curva de
contagios. En el plano social y económico, la pandemia
ha desatado una inédita crisis económica y social, y si no se toman
medidas urgentes, podría transformarse en una crisis alimentaria y
humanitaria.
Según el informe titulado Salud
y economía: una convergencia necesaria para enfrentar el COVID-19 y
retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina y el
Caribe, la
pandemia ha afectado profundamente no solo la vida diaria de las personas en la región sino también sus medios de vida.
En
lo inmediato, la pandemia ha provocado la recesión más abrupta de la
historia que, de acuerdo con las proyecciones de la CEPAL, implicará una
caída del crecimiento regional
de -9,1% en 2020, acompañado de un alza en el desempleo alcanzando una
tasa cercana a 13,5%, un incremento de la tasa de pobreza de 7,0 puntos
porcentuales para alcanzar el 37,3% de la población y una agudización de
la desigualdad con un alza promedio en el
índice de Gini de 4,9 puntos porcentuales.
Por
su parte, los sistemas de salud de los países de la región, que ya
estaban subfinanciados y fragmentados antes de la llegada de COVID-19,
enfrentan la respuesta a la
pandemia con debilidades en el ejercicio de la función de rectoría de
las autoridades de salud. El gasto público en salud solo alcanza en
promedio el 3,7% del PIB, por debajo del 6% recomendado por la OPS como
base. Una tercera parte de la población todavía
enfrenta algún tipo de barrera para acceder a los servicios de salud
que necesita.
De
acuerdo con el informe dado a conocer hoy en una conferencia de prensa
conjunta encabezada por Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la
CEPAL, y Carissa F. Etienne,
Directora de la OPS, los altos grados de desigualdad acompañados por
elevados niveles pobreza, informalidad, desprotección social y limitado
acceso a salud oportuna y de calidad, explican los altos costos sociales
que la pandemia está teniendo en la región.
En
la dinámica de los contagios también influye el alto grado de
urbanización y metropolización -más de un tercio de la población vive en
ciudades de un millón o más habitantes-
y los déficits acumulados en las urbes en materia de hacinamiento,
falta de servicios de agua y saneamiento, y transporte público atestado.
Y más allá del compromiso y entrega del personal de salud, las
debilidades históricas del sistema público de salud también
contribuyeron a la vulnerabilidad de la región.
El
informe sostiene que la matriz de desigualdad en la región posiciona a
ciertos grupos en especial situación de vulnerabilidad, entre ellos las
personas mayores (85 millones),
trabajadores informales (54% del empleo regional), mujeres (mayoría en
actividades informales, con trabajo no remunerado aumentado y mayor
exposición a violencia doméstica), pueblos indígenas (60 millones de
personas y con comunidades que pueden desaparecer),
personas afrodescendientes (130 millones de personas en 2015), personas
con discapacidad (70 millones de personas) y migrantes. Todos estos
grupos requieren una atención especial que mitigue sus condiciones
especiales de vulnerabilidad.
En
materia de salud, los hogares financian más de un tercio de los gastos
en atención de salud con pagos directos de su bolsillo, cerca de 95
millones de personas deben
afrontar gastos catastróficos en salud y casi 12 millones se empobrecen
debido a estos gastos. La disponibilidad promedio de médicos y de camas
hospitalarias no llega ni a la mitad de la que tienen países más
desarrollados, como los de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que representa
barreras de acceso importantes. Por otro lado, y debido a la pandemia,
la atención de otras enfermedades se ha pospuesto o interrumpido, lo
cual empieza a reflejarse en un exceso de mortalidad
que señala los profundos efectos del desplazamiento tanto de la oferta
como en la demanda de servicios.
Control, reactivación y reconstrucción
Para
enfrentar la pandemia y sus efectos de corto y largo plazo, CEPAL y OPS
proponen un conjunto de principios para la acción y políticas, y una
amplia gama de medidas
de salud, sociales y económicas a desplegarse en tres fases no lineales
e interrelacionadas: control, reactivación y reconstrucción.
Tres
mensajes articulan las medidas que plantean ambas organizaciones para
enfrentar la pandemia: No hay apertura económica posible sin que la
curva de contagios haya sido
controlada, y no hay reactivación posible sin un plan claro tendiente a
evitar el repunte de los contagios; las medidas sanitarias dirigidas a
controlar la pandemia (entre ellas cuarentena y distanciamiento social)
deben implementarse articuladamente con las
medidas sociales y económicas dirigidas a atenuar los efectos de la
crisis, pues estas últimas facilitan el cumplimiento de las medidas
sanitarias; y reconstruir mejor implica promover el desarrollo
sostenible e inclusivo con la igualdad en el centro, avanzando
en la transformación productiva y en la creación de un estado de
bienestar.
“Avanzar
en la igualdad es fundamental para el control eficaz de la pandemia y
para una recuperación económica sostenible en América Latina y el
Caribe. Debemos atender
la emergencia e implementar una estrategia para superar las debilidades
estructurales de las economías y sociedades. Por ello cambiar la
estrategia de desarrollo es esencial en la región”, señaló Alicia
Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
“Nos
enfrentamos a un desafío sin precedentes, que requiere de sistemas de
salud sólidos y bien financiados para superar esta crisis y así poder
recuperarnos. Invertir en salud pública hasta alcanzar al menos un 6%
del PIB, con particular énfasis en la atención primaria en salud es
proteger los logros alcanzados en salud, pero también asegurar el
desarrollo sostenible y hacer frente a la creciente
pobreza y desigualdades en la región”, indicó Carissa F. Etienne, Directora de la OPS. “La
salud es un derecho humano fundamental y el acceso debe ser universal,
sin que nadie quede atrás. La salud de nuestras comunidades, pero
también de nuestras economías dependen de ello”, agregó.
Finalmente,
en el informe se indica que el listado de medidas que sugieren ambos
organismos descansa en la necesidad de articular las políticas de salud
con las económicas,
sociales, y productivas. Entre ellas destacan las de testeo,
seguimiento de contactos y medidas de salud pública como cuarentenas o
de distanciamiento social, y el fortalecimiento de los sistemas de
salud, con un enfoque en la atención primaria de salud y
garantizando el cumplimiento de las funciones esenciales de salud
pública.
Estas
medidas deberían ser acompañadas de políticas de Ingreso Básico de
Emergencia (IBE), Bono Contra el Hambre y protección al sector
productivo, que apoyan las medidas
de salud. Junto a estas medidas inmediatas, se esboza un conjunto de
planteamientos estratégicos para la reconstrucción con el reconocimiento
de la salud como derecho humano y bien público garantizado por el
Estado, el robustecimiento de la salud pública,
la consolidación de sistemas de protección social universales e
integrales, la implementación de una política fiscal progresiva y un
gasto público suficiente, eficiente, efectivo y equitativo, aceleración
en la transformación digital, la reducción de la dependencia
regional de productos médicos importados y cambios en la matriz
productiva, junto a un impulso de la inversión verde.
Más información:
·
Documento CEPAL-OPS completo. Salud
y economía: una convergencia necesaria para enfrentar el COVID-19 y
retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina y el
Caribe.
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