miércoles, 6 de enero de 2021

En peligro la libertad de prensa


Emiliano Mejía Reséndiz

Con el juicio de extradición de Julian Assange, la libertad de prensa a nivel mundial corría un grave peligro. El pasado lunes 4 de enero la Juez británica Vanessa Baraitser rechazó la solicitud de extradición de Julian Assange a Estados Unidos, que lo reclama por 18 delitos de espionaje e intrusión informática, lo cual hubiera sentado las bases para amordazar los principios de la libertad de prensa que sustenta derechos fundamentales, como la libertad de expresión y el derecho de la ciudadanía a acceder a la información. “Es curioso que décadas atrás se premiara a periodistas por la publicación del caso Watergate y actualmente se persiga a periodistas por publicar crímenes de guerra. La involución es evidente…” comentaron los abogados Baltasar Garzón y Aitor Martínez, coordinadores de la defensa del fundador de Wikileaks.

El lector recordará que la plataforma de Wikileaks publicó información veraz, a lo largo de casi 12 años (2001 a 2012), que exhibía crímenes internacionales cometidos en Irak y Afganistán, etc. De haber sido extraditado, el imperialismo lo hubiera condenado a por lo menos 175 años de cárcel. Recientemente diversos médicos suscribieron un informe en el que aseveran que Assange podría llegar a morir en prisión debido a su delicado estado de salud. Por ello su defensa solicitó el arresto domiciliario, mientras se dilucidaba la extradición. Sin embargo, las solicitudes de arresto domiciliario fueron denegadas por las autoridades judiciales británicas.

El mismo lunes, el presidente de México, en su mañanera afirmó que pedirá la libertad del fundador de Wikileaks. Puntualizó: “Voy a pedirle al Secretario de Relaciones Exteriores que haga los trámites correspondientes para que se solicite al Gobierno de Reino Unido la posibilidad de que el señor Assange quede en libertad y que México le ofrece asilo político” además sostuvo que México ofrece protección, pero con “la responsabilidad de cuidar que el que recibe el asilo no intervenga ni interfiera en asuntos políticos de ningún país”. Al escuchar esta noticia no pude evitar acordarme de aquel refrán popular que dice: “Candil de la calle, oscuridad de su casa”. Y es que si bien es cierto que el imperialismo se ha ensañado con Julian Assange teniéndolo en permanente asedio durante diez años, México “no canta mal las rancheras” si de represión a la libertad de prensa nos referimos. En efecto, en nuestro sufrido país al año mueren asesinados más de 60 periodistas, siendo ¡el primer lugar a nivel mundial! La magnitud de este hecho es muy grave, ya que basta con comparar las estadísticas de países en conflicto armado y resulta que México, que oficialmente no está en guerra, los supera a todos ellos en número de periodistas asesinados. Pero aún hay más, como decía Raúl Velásco, la sorpresa ante estos escalofriantes datos se transforma en desgarradora indignación cuando uno se entera de que del total de asesinatos, sólo se está investigando un 4 0 5%. La impunidad para este delito campea en todo su esplendor a lo largo y ancho de México. En ese contexto ¿qué protección le está ofreciendo AMLO al señor Assange? Ojalá no sea aceptado el ofrecimiento, no vaya a ser que tan distinguido y valiente periodista venga a nuestro país sólo para caer acribillado ante las balas de sicarios contratados por el imperialismo. Y ojalá que también se multipliquen por doquier las voces de protesta que le exijan al gobierno de la 4 T que ya haga algo para disminuir los índices de violencia tan altos que han llevado a México a tan deshonroso primer lugar y a que deje de ser candil de la calle y tenebrosa oscuridad en su casa.

 

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