Por: Emmanuel Lagarrigue, Chief Strategy Officer de Schneider Electric
En
todo el mundo, las redes eléctricas están experimentando la
transformación más grande en un siglo. La
eficiencia energética y la sostenibilidad se han vuelto las mayores
preocupaciones para las empresas, ya que se preparan para un futuro bajo
en carbono. El costo de la tecnología sigue disminuyendo rápidamente
mientras que las capacidades de computación, almacenamiento
y banda ancha están mejorando exponencialmente. Los sensores diminutos,
económicos, de gran potencia y comunicación habilitada se están
volviendo elementos integrados en todo lo que nos rodea, lo cual lleva a
una interconexión de activos cada vez mayor conforme
crece el Internet de las Cosas (IoT).
Cuando
se trata de energía, la combinación de innovaciones emergentes que
producen, transmiten y consumen
energía, se traduce en un gran cambio: la descentralización, es decir,
la transformación de “la calle de un sólo sentido” de la energía, en una
carretera de múltiples sentidos y múltiples carriles.
La generación de energía centralizada cada vez más da lugar a lo descentralizado, ya que nuevas tecnologías
siguen permitiendo distintas formas de generación, almacenamiento y transmisión de energía.
Esto
significa que las redes eléctricas como las conocemos, y todo lo
relacionado con las mismas, están cambiando
rápidamente. La descentralización es una revolución extrema en nuestra
forma de generar, almacenar trasladar y consumir energía.
De consumidor a prosumidor
En
una tradicional red eléctrica centralizada, los productores, los
operadores de transmisión y distribución
y los proveedores de energía, trabajan en conjunto para llevar
electricidad a los consumidores. No obstante, los avances en los
recursos de energía distribuida y la energía renovable, los dispositivos
conectados a IoT y las redes de pares, están reformando
ese paradigma drásticamente. En 2016, los recursos de energía renovable
contribuyeron más de un 30% a la capacidad total de generación
energética instalada global1.
Hoy
ya podemos ver a consumidores en numerosas industrias exigiendo más
control. Los compradores en línea,
por ejemplo, con frecuencia compran o venden productos en línea en la
misma plataforma. En el nuevo panorama energético, los dispositivos que
consumen energía se volverán, en muchos casos, activos capaces de
almacenar y redistribuir energía cuando sea necesario.
Para
los que actualmente sólo consumimos energía, ya sea en nuestros hogares
o negocios, la descentralización
significa que nos involucraremos más y más en la producción de energía y
también, en su almacenamiento. Evolucionaremos de consumidores
energéticos unilaterales a prosumidores energéticos multidireccionales.
De esta forma, las luces terrestres son activos
conectados al ecosistema de redes.
Un mercado energético abierto
Consideremos
un ejemplo hipotético utilizando energía solar. Los prosumidores
podrían instalar medidores
con sensores y tecnología inteligente, dichos medidores inteligentes
miden la energía de la red solar y envían información a una aplicación
móvil sobre la producción y el consumo de energía, así como sobre la
energía sobrante. Posteriormente, el prosumidor
informado vende el sobrante al mercado de consumidores mediante una
plataforma comercial en línea. La transacción sería completamente
automatizada con base en contratos inteligentes, mientras que una red
basada en cadena de bloques registraría las ventas.
La red eléctrica (asistida, quizás, por servicios previsores) brinda la
energía comprada a los consumidores u otros prosumidores. Mediante el
uso de cadenas de bloques es posible visualizar una red eléctrica
descentralizada que facilita la producción, distribución
y comercialización de energía renovable por parte de dueños de hogares
locales.
De
hecho, en un futuro descentralizado todas las grandes organizaciones
necesitarán volverse una compañía
energética, capaz de producir, almacenar y vender energía en tiempo
real. Esto traerá complejidad y numerosas oportunidades financieras, ya
que las compañías que cuenten con generación, almacenamiento y
dispositivos de IoT necesarios para participar, podrán
abrir nuevas fuentes de ingresos mediante la venta de energía sobrante a
sus iguales. Por otro lado, esto también implicará contar con personal
in situ o subcontratado para gestionar energía en este nuevo entorno dinámico.
La
descentralización significa que los consumidores y negocios similares
continuarán obteniendo nuevas oportunidades
y además, los propios servicios tendrán la oportunidad de evolucionar a
algo nuevo a fin de volverse facilitadores de y en el nuevo mundo de
energía.
Una oportunidad para los servicios
Para
los servicios energéticos, la descentralización presenta una
oportunidad enorme. Como un actor clave
en las redes eléctricas establecidas y centralizadas, los servicios
cuentan con mucha de la experiencia necesaria para facilitar la
transición del actual flujo energético unidireccional al flujo
multidireccional del futuro. Algunas de las compañías energéticas
estadounidenses más importantes están invirtiendo en un futuro
descentralizado.
Esto no significa que los servicios no enfrentarán desafíos, que incluyen:
- Integrar recursos de energía distribuida (DER)
- Enfrentar la cambiante demanda energética debido a que los recursos de energía distribuida ya están creciendo
- Garantizar seguridad y confiabilidad para clientes conforme evoluciona la red eléctrica
- Evolucionar sus propios modelos comerciales para adaptarse a un nuevo mercado energético
Los servicios enfrentan los desafíos que presenta la descentralización y capitalizan todas las oportunidades
mediante su propia transformación digital.
El ecosistema MeshGrid
¿Qué
hay del otro lado de la descentralización? ¿A dónde se dirige esta
revolución? Aún no están claros todos
los detalles, pero el futuro que resulte de la red eléctrica, el
producto final de la descentralización es a lo que llamamos ecosistema
MeshGrid™. Este ecosistema creará una red entre el mundo físico y el
virtual, permitiendo que la generación de energía,
su almacenamiento y su consumo sean optimizados continuamente mediante
la automatización. Las bases de este ecosistema ya se están
estableciendo mediante la llegada de tecnología que habilita microrredes
y nanoredes interconectadas capaces de producir, utilizar
y almacenar energía, además de hacer negocios energéticos con otros.
Mientras
que un ecosistema MeshGrid plenamente realizado y activo aún está en el
futuro, la descentralización
ya está aquí, y no hace más que crecer. Como cualquier revolución, la
descentralización es disruptiva; nos enfrenta a todos a nuevos retos y
nos presenta nuevas oportunidades muy importantes. Las compañías y los
servicios que actualmente adoptan la descentralización
y que se preparan para el próximo ecosistema MeshGrid, tendrán una
fuerte ventaja tanto ahora como en el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario