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Incrementó en 25% el número de operativos e inspecciones contra tráfico ilegal
de pericos, loros y guacamayas listados en la NOM-059-SEMARNAT-2010.
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Acciones gubernamentales permitieron la recuperación y reinserción de especies
como la Guacamaya Roja, virtualmente desaparecidas hace 70 años.
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Apoyo y participación de instituciones de investigación y ONG ambientales,
clave fundamental para la conservación y recuperación de poblaciones silvestres.
La Procuraduría Federal de Protección
al Ambiente (PROFEPA) informa que la veda impuesta para el aprovechamiento
extractivo de pericos, loros y guacamayas decretado en 2008 por la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), disminuyó en 24% el tráfico
ilegal de psitácidos.
Asimismo, de acuerdo a un reporte
elaborado por las ONG Teyeliz y Defenders of Wildlife, dicha medida ha
permitido también que se implementen otros proyectos de conservación como el
monitoreo de nidos en la costa del estado de Jalisco, lográndose también
detener el saqueo ilegal y destrucción de nidos por 4 años consecutivos, en lo
que va de la presente administración federal.
En ese mismo periodo, incrementó en
casi 25% el número de inspecciones y operativos que permitieron el
aseguramiento de esas especies listadas en la Norma Oficial Mexicana
NOM-059-SEMARNAT-2010 en alguna categoría de riesgo, logrando evitar en algunos
caso su desaparición por el saqueo ilegal que enfrentaban hasta la década
pasada.
Las organizaciones ambientalistas
destacan que hace apenas 70 a 50 años, las guacamayas habían literalmente
desaparecido en algunos estados del sureste mexicano. Mientras que hoy, en
cambio, con la suma de esfuerzos de instituciones de investigación, como la
UNAM, y la iniciativa privada representada por el Parque Xcaret, se logró la
reproducción de ejemplares en cautiverio que, con el apoyo de instituciones federales, pudieron ser reintroducidos al
medio silvestre.
El cumplimiento a las acciones
dispuestas a las reformas y modificaciones hechas por el Congreso de la Unión a
la Ley General de Vida Silvestre (LGVS), en octubre del 2008, quedó prohibida
toda captura de psitácidos para fines comerciales o de subsistencia.
Asimismo, quedó impedida también su
exportación e importación, por lo que quienes infrinjan esta legislación serán
acreedores a prisión y a multas que van de los 50 a las 50 mil Unidades de
Medida y Actualización.
Los pericos, loros y guacamayas están
considerados además por ambientalistas en nuestro país como “íconos de la
cultura mexicana”, por lo que autoridades gubernamentales como la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente desarrollan diversas acciones contra el
tráfico ilegal, que incluye su comercio y posesión de estas especies.
En México se distribuyen de forma
natural 22 especies de pericos,
excluyéndose sólo una a condiciones de riesgo de extinción, por lo que es
necesario evitar toda forma de extracción de sus sitios de origen, ya que esta
clase de fenómenos es causa además de un alto índice de mortandad de aves.
La veda que impidió la renovación de
estos permisos fue impulsada por la SEMARNAT, PROFEPA, la Comisión Nacional de
Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y el Instituto Nacional de Ecología (INE),
así como destacadas ONG ambientalistas, entre las que se encuentra Teyeliz A.C.
y Defenders of Wildlife de México.
Esta acción de gobierno permite así
desde el 2008 que se críen psitácidos en cautiverio sólo con fines de
conservación. Asimismo, gracias a la veda, por primera vez en México ejemplares
en peligro de extinción, provenientes de criaderos, fueron utilizados con éxito
para proyectos de reintroducción.
Un caso ocurrió en Palenque, Chiapas,
con ejemplares de Guacamaya Roja criados en Xcaret, Quintana Roo. Esta especie
había desaparecido del lugar hace 70 años por el excesivo saqueo humano.
Recientemente fueron liberadas en el sitio 97 ejemplares que ya se reproducen
en total libertad.
Otro ejemplo sucedió en la Reserva de
la Biósfera de Los Tuxtlas, en el estado de Veracruz, donde esa especie esta
formalmente desaparecida desde hace 50 años, y en fecha reciente fueron puestas
en libertad más de 100 Guacamayas, además de que están más por liberarse.
Cabe resaltar que ambos proyectos han
duplicado el número de poblaciones silvestres de Guacamaya Roja en México y
aumentado su población en más del 30%, además permitieron disminuir el tráfico
ilegal y salvado a miles de ejemplares, pero sobre todo lograr el
aprovechamiento sustentable de psitácidos en México.
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