· El estereotipo hace que los ingenieros
especializados sean retratados como personas carentes de habilidades sociales
· Un estudio único en su categoría
muestra que tales habilidades constituyen casi una tercera parte de la
efectividad de los empleados
· Ford va a implantar en Europa
formación en inteligencia emocional
· Los servicios de inteligencia de los
países también ponen énfasis en la necesidad de inteligencia emocional y un alto
coeficiente intelectual
México,
29 de marzo 2017– En las películas, James Bond resuelve problemas con sus puños
y la ayuda de la inteligencia privilegiada de Q, cuyos gadgets futuristas y
mortales suponen una gran ayuda. Ser bueno escuchando no forma parte del
conjunto de habilidades de 007.
Del
mismo modo que los equivalentes de James Bond en la vida real precisan en la
actualidad toda una gama de habilidades sociales, ocurre lo mismo con los
compañeros de Q en el sector de la automoción, los ingenieros que trabajan en
los coches del futuro*.
Ford
va a implantar formación en materia de inteligencia emocional para sus
empleados en Europa, a través de un curso con la Universidad RWTH de Aachen,
entidad colaboradora de Ford en materia de investigación en Alemania.
“Tradicionalmente,
los ingenieros siempre han sido vistos como colaboradores individuales,
centrados en las habilidades técnicas, los conocimientos y la imaginación”,
asegura el profesor Richard Boyatzis de la universidad Case Western Reserve de
Ohio. “Al contrario de la percepción común, los ingenieros no trabajan solos.
Lo hacen en equipos multidisciplinares con clientes diversos. La habilidad para
trabajar con otros es un factor que debe considerarse”.
Según
un nuevo estudio pionero en su sector, escuchar, entender e inspirar a
compañeros de trabajo puede suponer hasta un 31 por ciento de la efectividad de
un trabajador. Este fue un hallazgo clave en el estudio realizado con
ingenieros de Ford -y sus compañeros e informes- cuando se les preguntó si les
gustaba su lugar de trabajo y cómo cooperan y debaten sobre ideas para el
futuro. El estudio también concluyó que era posible predecir el entusiasmo de
los ingenieros acerca de los diversos proyectos con solo saber cómo se
comunicaban éstos.
“La
inteligencia emocional busca identificar emociones en ti y en otros, y saber
cómo manejarlas y gestionarlas”, afirma Rocío Luna, mediadora y coach de
equipos de Formación y Consultoría de Ford Europa. “Buscamos ofrecer una mejor
formación a nuestros ingenieros para que puedan reconocer sus propios
sentimientos y leer los de otras personas, para que puedan gestionar mejor
cuando una persona enojada pueda ser una fuente potencial de problemas, una
persona feliz esté más predispuesta a colaborar o una persona estresada quiera
hablar”.
En
una era en la que la importancia de la inteligencia artificial y los robots es
cada vez mayor, se espera que la gente se centre en habilidades y capacidades
que la inteligencia artificial tiene problemas para replicar: entender, motivar
e interactuar con seres humanos.**
Ford
cuenta con una red de diez centros de investigación e ingeniería en todo el
mundo -incluidos Merkenich en Alemania, Dunton en Reino Unido y Goldcuk en
Turquía- que reúnen el talento de 25.000 ingenieros. La compañía inauguró
recientemente el centro de Innovación de Merkenich, que ofrece a los empleados
talleres específicos bajo demanda, formación y concursos de ideas, acceso
anónimo a investigación e información en profundidad personalizada, así como consulta
de patentes.
“En
muchas escuelas de ingeniería y programas se otorga poca atención a la
inteligencia emocional y social. Pero las compañías se enfrentan a una crisis
de motivación, ya que tres de cada cuatro empleados aseguran no sentirse
implicados en su trabajo. Nuestra investigación muestra lo importantes que son
las emociones”, ha añadido el profesor Boyatzis.
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