- El objetivo: mostrar al productor la posibilidad de evitar aplicaciones de insecticidas contra la plaga si se mantiene la presencia en abundancia de los insectos benéficos que favorecen el cultivo.
- En la actualidad se observa el impacto de las liberaciones controladas de insectos benéficos y evaluación del daño a la fibra; la última etapa, en 2021, comprenderá estudios de evaluación de resistencia en los organismos para identificar los insecticidas que no surten efecto en la plaga y evitar su uso en el campo.
El Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) impulsa esquemas integrales
de trabajo orientados a reducir la presencia de mosca blanca en el
algodón, a través de acciones de control biológico
orientados a disminuir el manejo de insecticidas y los costos de
producción en este cultivo.
El especialista del Centro de
Investigación Norte Centro del Instituto, Jorge Maltos Buendía,
responsable del Proyecto Manejo Integrado de Mosca Blanca, Bemisia spp,
para incrementar la productividad económica del algodonero en
el norte de México, explicó que las alternativas propuestas a los
productores están enfocadas a la convivencia con el insecto, sin
ocasionar daños en la planta y al medio ambiente, ni erogaciones a los
productores.
Señaló que el manejo integrado se refiere
a la convergencia de todas las estrategias que permiten combatir la
mosca blanca, dejando como última opción el control químico.
Se conjugan el control cultural -con la
eliminación de hospederos al término de la cosecha del cultivo que
colabora en la multiplicación de la plaga- y el control biológico, y se
monitorea la población, tanto de la plaga como de
insectos benéficos presentes en el algodón, abundó.
Es importante, dijo, relacionar el
incremento de la mosca blanca respecto a sus depredadores y mostrar al
productor la posibilidad de evitar aplicaciones de insecticidas contra
la plaga si se mantiene la presencia en abundancia
de los organismos benéficos que favorecen el cultivo, como arañas,
catarinas, chinches y avispitas parasitoides –larvas que se alimentan y
desarrollan en el cuerpo de otro-, sin contaminar la fibra.
Por la contaminación que generan las
excreciones de la mosca blanca en las fibras del algodón expertos del
INIFAP estudian metodologías adecuadas para cuantificar el grado de
afectación que provocan las poblaciones de esta plaga,
así como su manejo, ya que la infestación, repercute en la economía de
los productores, principalmente, en el norte de México, donde se ubica
la mayor parte del cultivo de algodón.
En 2019, durante el ciclo, se trabajó en
la Comarca Lagunera para conocer la dinámica de la población de la mosca
blanca en el algodón y en cultivos que son hospederos, como el melón,
refirió.
Destacó que se realizan evaluaciones de
liberaciones controladas de insectos benéficos, traídos de laboratorios,
para reforzar de forma natural la fauna existente en los predios,
conocer la dosis de benéficos liberados e intervalos
de liberaciones para señalar los efectos sobre la mosca blanca, y
mantener el equilibrio natural, sin uso de insecticidas.
Sobre los comentarios de los productores,
recordó que ellos, al observar el aumento de la mosca blanca aparejado
al número de fumigaciones hechas, notaron que las acciones con tóxicos
tenían bajo impacto en la plaga y alto en los
insectos útiles, depredadores de la plaga.
Un escenario diferente fue cuando el uso
de insecticida se redujo, ya que la mosca blanca se mantuvo sin rebasar
los niveles de acción, debido a la conservación de la fauna benéfica
presente en el cultivo de manera natural.
Precisó que es importante el monitoreo
semanal por parte de los técnicos para actuar de manera oportuna frente
al problema, y que se busca inculcar la vigilancia de los insectos
benéficos para dejar que hagan su parte frente a
la plaga, sin necesidad de aplicaciones tóxicas.
Señaló que la primera etapa del proyecto
se dio con la concientización de los productores y capacitación para el
muestreo en los predios.
En la actualidad, añadió, se observa el
impacto de las liberaciones controladas de insectos benéficos y
evaluación del daño a la fibra.
La última etapa, en 2021, será realizar
estudios de evaluación de resistencia en los insectos para señalar los
insecticidas que no surten efecto en la plaga y evitar su uso en el
campo, manifestó el experto.
El algodón es un cultivo rústico,
tolerante a la sequía en la primera etapa, que requiere de tres riegos,
fertilización y cuidados contra la maleza y buen control de plagas.
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