Villa
Victoria, México.- El campo mexicano se encuentra agonizante, el nulo apoyo del
gobierno y la pandemia lo han sepultado.
El campo mexiquense luce olvidado; la
falta de fertilizante ha marchitando la planta y la escases de lluvias ha
terminado por secarla. La mirada de los campesinos se ha tornado triste la
pandemia acabó con su único sustento. Y es que al haberse decretado el
confinamiento voluntario el empleo escasea aún más; por tanto se vuelve
imposible adquirir abono cuyo precio oscila entre los 400 y 500 pesos.
Aun así, los campesinos prefieren
continuar labrando sus tierras dejando
en manos de Dios, dicen, la cosecha porque la crisis cada día azota con mayor
fuerza los ya empobrecidos hogares mexiquenses.
Don Antonio Herrera, agricultor desde
hace 50 años, le acomoda la tierra a las plantas de maíz mientras explica que para los campesinos no
hay futuro, el gobierno dice, lo utiliza como fuente de votos, pero los olvida
pasadas las elecciones. Asegura que durante este confinamiento no ha recibido
ningún apoyo federal, estatal o municipal; salvo las recomendaciones de “Quédate
en casa", una sugerencia que se vuelve incomprensible para quienes viven
al día, los campesinos entre ese sector desprotegido desapercibido para quienes
hoy ocupan el poder político.
No hay comentarios:
Publicar un comentario