Brasil
Acosta Peña
El interés principal del
imperialismo norteamericano es garantizar que, el sacrosanto interés
por obtener la máxima ganancia, se abra paso decididamente y, para
ello, es necesario que los capitales tengan un lugar para invertir y
las mercancías producidas por ese capital, tengan un mercado; para
que dichas mercancías producidas sobre la base del trabajo
asalariado, en la cual el productor de mercancías aporta más valor
del que él mismo cuesta, sean consumidas, es decir, se realicen,
pasen a manos de otro que no sea el dueño del capital.
Para lograr este propósito,
necesita tener el control del mundo, pero ese control tiene detrás
la bota imperialista. De hecho, la manifestación de seguir con el
propósito dominar el mundo, pero ahora quitándose las máscaras,
fue la elección de un magnate millonario como presidente de los
Estados Unidos: Donald Trump, con un discurso racista que, para no
poner ejemplos lejanos, nos incluyó a los mexicanos diciendo que acá
estábamos los “bad guys” (chicos malos) y que mandaría poner un
muro que los mexicanos pagaríamos.
De esta suerte, los
norteamericanos, en su afán dominador, desde la Primera Guerra
Mundial, pero, sobre todo, después de la Segunda Guerra Mundial y,
de forma más aguda, en la llamada Guerra Fría, lanzaron una campaña
de desprestigio en contra del socialismo ruso haciéndolo ver como lo
peor, desprestigiándolo, acusándole de dictatorial, etc., incluso,
distorsionando la historia poniéndose los norteamericanos como
quienes “derrotaron” a los nazis, cuando fueron los socialistas
rusos los que lo hicieron aportando 27 millones de vidas. Por cierto,
para poder comprender profundamente la historia del proceso, les
recomiendo ampliamente lean los dos artículos escritos por el
ingeniero Aquiles Córdova Morán intitulados: “¿Por qué se
miente tan pueril y desembozadamente sobre la Segunda Guerra
Mundial?”.
En este sentido, la pandemia
del Covid-19 vino a golpear duramente a los países de orientación
capitalista en la que el interés privado está por encima del
interés común, del interés social. Tal es así que la cantidad de
muertos ahora es superior en Estados Unidos y en México que en
China. Aunque hay que notar una pequeña diferencia: nuestro vecino
país del norte tiene 92,333 muertes, pero son 328.2 millones de
seres; México tiene 5,666 muertes, pero somos 126.2 millones; sin
embargo, en China hay 4,634 muertes, pero en este país habitan 1,393
millones de habitantes. Como se ve, ahí donde cada quien debe
rascarse con sus propias uñas, mueren más ciudadanos: Estados
Unidos y México; pero en China, país comunista que sigue la
ideología marxista-leninista, los resultados son positivos. Por
ello, ante el avance de China y su credibilidad ante el mundo, se
busca desacreditarle acusándole con discursos falsos, de
dictatorial, de represiva, de que se coartan los derechos humanos,
etc., todo para esconder la verdad, es decir, que es un país del
pueblo para el pueblo y que antes que el interés personal, está el
interés colectivo; sin embargo, no hay mentira que no se venga abajo
con el tiempo.
Como escribimos en el artículo
pasado, el gobierno norteamericano ha presionado al mexicano, como es
el caso del uso de la Guardia Nacional para tareas de muro de
contención de los migrantes de Centroamérica; pero ahora, a razón
del interés de reactivar la economía norteamericana se presiona al
gobierno mexicano para que abra la economía independientemente de la
pandemia, del riesgo de contagio y de la muerte de los mexicanos.
Esta presión ha hecho mentir al gobierno mexicano con ello de que
está dominado el virus, que vamos muy bien, que la curva ya aplanó,
etc.; sin embargo, la realidad demuestra que no es así y como la
realidad es más necia que cualquier cabeza, han tenido que cambiar
el discurso: recordarán el ejemplo cuando el presidente dijo: “Se
están tomando medidas precisas por recomendaciones de los médicos,
ojalá y esto sea factible. Se hacen proyecciones, no hay en esto
ciencia exacta pero de acuerdo a nuestros técnicos, especialistas,
científicos, el 19 de abril vamos a poder salir de la gravedad”,
volteó a ver a López Gatell el cual, a sabiendas de la mentira de
su jefe, dijo quedito “más o menos” y la reacción del
presidente, al sentirse contradicho fue: “¡Qué dijistes!”
(sic); al poco tiempo el mismo presidente señaló: “En conclusión,
lo del 19 de abril es para entrar más leve a la tercera etapa. Pero
ya es un signo positivo, alentador”. Una mentira tras otra.
Como se ve, las
contradicciones aparentes no son más que un plan que sugiere un
interés de manipulación para hacerle ver a la población lo que no
es; para hacerle creer que todo va bien; que no hay problema. Pero no
es lo único que ha hecho la 4ª T, además de mentir, otra lindeza
que refleja el interés de manipular al pueblo con la reciente
“iniciativa” del actual presidente de Morena, Alfonso Ramírez
Cuellar, que en otro tiempo entró a caballo, por la fuerza, al pleno
de la Cámara de Diputados y que como presidente de la comisión de
presupuesto de la Cámara, dejó fuera del presupuesto de egresos de
la federación, a millones de mexicanos humildes que solicitaron con
tiempo ser incluidos y que en redondo recibieron una negativa. Esta
lindeza consiste en plantear la violación del derecho a la
inviolabilidad del domicilio, dándole al Inegi la posibilidad de
meterse a tu casa sin llevar ninguna orden judicial, o sin que haya
cometido un delito en flagrancia para revisar tu patrimonio.
De inmediato, una cascada de
críticas cayó sobre Ramírez Cuellar, desde mi punto de vista,
todas correctas, hasta de Monreal y del propio presidente de la
república; sin embargo, ello demostró que el verdadero propósito
no era ejecutar una iniciativa de esa naturaleza, sino que el fondo
era distraer a la opinión pública por las malas acciones
relacionadas con el Covid-19 llevadas a cabo por la 4ª T , para
distraer la atención en lo que hablan de una “nueva mortalidad”
(sic) como dijo el Secretario de Salud, cuyo subconsciente le
traicionó, cuando quiso decir “normalidad”.
No es la primera vez que el
gobierno de Morena opera este tipo de escándalos; sin embargo, hay
que descubrir la regularidad que hay en ello: cada vez que salen a
plantear cosas así, se abre el camino hacia la dictadura y miden
cómo la gente recibe estas noticias para que, si no hay mucha
protesta, avancen hacia la dictadura en México. Tal es el caso de la
intentona del presidente para disponer del presupuesto de egresos sin
consultar al Congreso; el anuncio, mediante un decreto, de que las
tareas de seguridad quedaban ya en manos de la Guardia Nacional y,
finalmente, la cereza del helado, esta “iniciativa” intrusiva de
Ramírez Cuellar. En segundo lugar, se aprovecha para que la gente
comente el caso y se olvide del problema principal: el Covid-19.
El pueblo de México tiene que
tomar conciencia, aquellos que votaron por Morena y los que no lo
hicieron, de que no se le puede dar tanto poder a quienes no actúan
pensando en el interés del pueblo y no están capacitados para
gobernar; que es el pueblo el que debe gobernar el país y no las
cúpulas; finalmente, debe aprender a descubrir en las maniobras de
Morena el verdadero interés de sus acciones, es decir, descubrir las
maniobras distractoras y no tragarse el anzuelo de la mentira, mucho
menos, permitir que en México se tomen las decisiones con base en lo
que una sola persona diga y se allane el camino hacia la dictadura.
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