• 74 menores se hacen visibles y
olvidan por un día el ambiente carcelario; FUNFAI y Reinserta se unen para
mejorar la calidad de vida de los niños que nacen y crecen en prisión
Por
tercer año consecutivo, y como parte de su programa para elevar la calidad de
vida de los “Niños Invisibles”, Reinserta A.C. organizó una salida masiva de
pequeños y pequeñas que nacen y viven en prisión. En esta ocasión, fue La
Granja de las Américas el lugar en donde, por un día, 74 menores -52 de
diferentes reclusorios y 22 de la Fundación Familiar Infantil I.A.P (FUNFAI)-,
de entre 2 y 6 años olvidaron su ambiente carcelario y tuvieron la oportunidad
de vivir una realidad diferente.
Además
de las 74 voluntarias y miembros del equipo de Reinserta que colaboraron para
organizar, trasladar, custodiar y acompañar a los pequeños en esta experiencia
única, se contó con la participación de la FUNFAI, asociación con la que
Reinserta ha establecido una alianza para mejorar el proceso de reinserción y
la calidad de vida de los menores que salen de los centros penitenciarios, tras
haber nacido y vivido en ellos.
De
acuerdo con un diagnóstico realizado por Reinserta Un Mexicano y el Instituto
Nacional de las Mujeres (INMUJERES), en México hay casi 13 mil mujeres viviendo
en prisión y se estima que existen aproximadamente 500 menores viviendo con sus
madres en la cárcel. Ambas instituciones aseguran que el desarrollo de un menor
dentro de un ambiente carcelario puede generar que en un futuro repita el tipo
de conductas observadas y aprendidas en dicho ambiente. De acuerdo con el
estudio, la cárcel por su naturaleza de segregación, carece de áreas adecuadas
para los niños, lo cual tiene un impacto directo y afecta sobre todo el
desarrollo emocional, psicomotriz, social y cognitivo de los infantes.
“Los
menores que actualmente viven en prisión con sus madres están constantemente en
situaciones de violencia. Conviven en espacios con sobrepoblación y en
condiciones inadecuadas para su edad, y son privados por los primeros años de
su vida de conocer el mundo, al cual eventualmente se tendrán que enfrentar”,
aseguró Saskia Niño de Rivera, fundadora y Directora General de Reinserta A. C.
Gracias
al apoyo de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario del Distrito Federal y
del Estado de México en alianza con Reinserta, se logró que las madres internas
de estos pequeños autorizaran la salida a la Granja de las Américas de 34 niños
del Centro Femenil de Reinserción Social (CEFERESO) de Santa Martha Acatitla, 9
del Centro Penitenciario de Reinserción Social Santiaguito, 9 de la
Penitenciaría Femenil de Nezahualcóyotl y de 22 menores que actualmente se
encuentran en custodia de FUNFAI.
La
salida de los penales se realizó aproximadamente a las 9:00 de la mañana en
donde las madres entregaron a sus hijos a las voluntarias que acompañaron en
esta aventura a los pequeños. Durante su visita en el centro de convivencia
infantil, los menores tuvieron la oportunidad de platicar, jugar y aprender de
gente ajena a su ambiente carcelario, y de acariciar, alimentar y cargar a
diversos animales que, en mucho de los casos, ni si quiera eran conocidos para
los niños. A las 17:00 horas los
camiones se enfilaron para regresar a los pequeños a sus lugares de origen.
Durante
más de 4 años, Reinserta ha trabajado en favor de los niños que nacen y crecen
en prisión diseñando programas e iniciativas de ley que ayuden a su desarrollo,
dignificando las cárceles y creando espacios especiales para ellos. En junio de
2016, la Cámara de Diputados aprobó la Ley Nacional de Ejecución Penal que
incluye la regulación de la maternidad en prisión, y estandarizó, a nivel
nacional, el tiempo de estancia de estos niños hasta los 3 años de edad. Asimismo, a principios de febrero de este año
se logró la inauguración de un área de juegos infantiles al aire libre para el
goce de los 85 menores que viven con sus madres dentro del (CEFERESO) de Santa
Martha Acatitla, así como de los hijos e hijas que realicen visitas a las internas
del penal.
“Todos
estos esfuerzos únicos y acciones que hemos logrado en conjunto con
asociaciones, voluntarios y gobierno crean ambientes armoniosos que extraen a
estos niños de su realidad penitenciaria y los ayudan a desarrollarse
normalmente durante sus primeros años de vida, evitando así que en un futuro
puedan convertirse en delincuentes”, finalizó Niño de Rivera.
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