Por
ejemplificar, la IA puede usarse para analizar el comportamiento u
opiniones de los consumidores en las redes sociales, así como
identificar las palabras clave que se usan al referirse a un producto o
servicio, para desarrollar o adaptar una estrategia. Incluso, “podría
decir que probar las herramientas que ofrece la IA es una obligación
para los equipos de comunicación; sin embargo, pensar que les harán la
tarea completa es un error”, afirma Serna.
Debemos
tener presente que el uso de la IA será cada vez más recurrente para
redactar contenidos básicos, sin embargo, ninguna es capaz de remplazar
completamente la participación ni el genio humano, y deben verse más
bien como herramientas poderosas que potencian las capacidades de sus
usuarios.
Otro
punto relevante es que, si bien la IA tiene un gran potencial, es
necesario tener en cuenta que ni el ChatGPT, ni otras herramientas con
IA tienen la capacidad de diferenciar la información real y las fake news,
ni tampoco indican o dan crédito a las fuentes de información
utilizadas, por lo que es indispensable revisar cuidadosamente los
contenidos generados por estas herramientas inteligentes.
En
cuanto a su impacto laboral, es importante también tener en cuenta que
la IA no necesariamente reemplazará el trabajo de las personas. De
hecho, en muchos casos, la IA puede crear nuevos empleos y
oportunidades. El Foro Económico Mundial ha calculado que, si bien 85
millones de empleos desaparecerán en 26 países entre 2020 y 2025 debido a
la automatización, también se generarán 95 millones de nuevos trabajos
gracias a la misma tecnología.
En
conclusión, la IA no es una solución mágica que resolverá todos los
problemas de las relaciones públicas ni viene a sustituir a los
profesionales de la comunicación o de las RRPP, sino que es una
herramienta que complementa el trabajo.
“Los
comunicólogos siguen y seguirán siendo necesarios para interpretar y
contextualizar la información proporcionada por la IA, así como para
tomar decisiones basadas en la empatía, la creatividad y la experiencia
humana. Además, la IA todavía no puede replicar la habilidad humana para
establecer relaciones y construir confianza con los clientes y los
medios de comunicación”, concluye Ignacio Serna.
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