Se aproxima la fecha límite para presentar tu declaración anual de impuestos ante el SAT.
Para lograr una contribución positiva es clave presentar las
deducciones personales, y la gran mayoría estamos acostumbrados a
deducir gastos en salud o educación, pero pocos sabemos que también podemos deducir nuestras inversiones.
Porque
SÍ! Al invertir tu dinero se generan impuestos. No importa desde dónde
lo hagas: en el banco, con CETES o en alguna casa de bolsa. Aquí te
cuento un poco sobre los impuestos al invertir en fondos de inversión:
Antes de empezar…
Una
ventaja (fiscal) de invertir a través de fondos, y no directamente en
acciones o un ETF, es el tratamiento fiscal. Cuando inviertes en
acciones en alguna solución de trading o casa de bolsa se generan
impuestos por pagar, cada vez que reacomodas tu cartera, es decir, cada
vez que vendes o compras una acción.
Sin
embargo, cuando lo haces a través de un fondo de inversión, las compras
o ventas que haga el fondo al interior de su cartera no te afectan
fiscalmente. Los fondos pueden reajustarse a las nuevas condiciones
económicas o de mercado sin causar pagos innecesarios de impuestos.
Otra ventaja es que regulatoriamente están obligados a hacer ese reporte ante el SAT.
El impuesto depende de en qué se está invirtiendo, no del tipo de fondo
Uno
de los puntos básicos en temas de inversiones es que existen dos tipos
de activos principales: Renta Variable y Deuda o Renta Fija. El primero
son las acciones de empresas que cotizan en alguna de las bolsas, y el
segundo en bonos, préstamos, créditos de empresas o gobiernos.
Cuando
inviertes en algún fondo, tu dinero puede estar invirtiéndose en uno u
otro, o en partes proporcionales de cada uno. Y cada tipo de activo
genera un impuesto específico. Eso hace que cuando se calculan los
impuestos no importa el tipo de fondo donde inviertes, o su
clasificación legal, sino en los activos en que participa. Es decir, en
qué instrumentos está invertido tu dinero y en qué proporción.
Los fondos calculan los impuestos y hacen las retenciones, no tú
Respira.
Tú no haces ese cálculo. Los fondos de inversión, como los que
ofrecemos en Fintual, son quienes se encargan de eso. Para hacerlo,
toman como base tu portafolio, y luego hacen la retención o notificación
de los impuestos, según sea el caso. Para la declaración anual de
impuestos, se requiere la información que viene en la Constancia. Tiene
la información fiscal de tus inversiones; en el caso de Fintual ya
enviamos esa información al SAT por lo que cuando ingreses a tu cuenta
en el SAT la vas a encontrar pre-cargada.
En el caso de inversión de Deuda o Renta Fija
El
impuesto de deuda para el 2022 es de 0.08% (anualizado) sobre el dinero
que inviertes en un año. Eso es parcialmente cierto y parcialmente
incorrecto, y acá te explicamos por qué.
El
fondo te retiene impuestos por 0.08% de tu dinero que inviertes al año,
ya sea que lo tengas en deuda o renta fija. Pero, ¡ojo! Esto es una
retención, no es el impuesto definitivo. El porcentaje de esta retención
cambia cada año, dependiendo lo que pida el SAT. Por ejemplo, en 2021
fue de 0.97% y hubo una variación para 2022. El impuesto que
efectivamente terminarás pagando se calcula sobre el interés real que
hayan obtenido tus inversiones en renta fija, es decir, los rendimientos
que hayan superado la inflación.
Estos
rendimientos se suman a todos tus ingresos que pagan el Impuesto sobre
la Renta (ISR), por ejemplo, sueldos, rentas, venta de casas,
honorarios, entre otras. Y se le aplicará la tasa de impuestos que puede
llegar hasta el 35% para quien gane más dinero. En varios casos este
impuesto es menor que la retención que te hicieron por 0.97% en 2021, y
podrías solicitar una devolución de la diferencia.
Cuando se trata de Renta Variable o Capitales
El
impuesto a la Renta Variable es más sencillo. En este tipo de
inversiones no se te hace ninguna retención, sólo se le avisa a Hacienda
cuáles fueron tus ganancias o pérdidas por este concepto en el año. A
finales de febrero, tú recibes una constancia con esa información y la
presentas en tu declaración anual. Este impuesto lo pagas anualmente en
tu declaración anual fiscal, y se cobra un 10% sobre la ganancia
obtenida ajustada por inflación (salvo algunas excepciones para los
grandes capitales).
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