sábado, 3 de junio de 2023

Minuta número 100 Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con mo�vo de la decisión de polí�ca monetaria anunciada el 18 de mayo de 2023

 1. LUGAR, FECHA Y ASISTENTES 1.1. Lugar: Reunión celebrada por enlaces virtuales. 1.2. Fecha de la sesión de la Junta de Gobierno: 17 de mayo de 2023. 1.3. Asistentes: •Victoria Rodríguez Ceja, Gobernadora. •Galia Borja Gómez, Subgobernadora. •Irene Espinosa Cantellano, Subgobernadora. •Jonathan Ernest Heath Constable, Subgobernador. •Omar Mejía Castelazo, Subgobernador. •Rogelio Eduardo Ramírez de la O, Secretario de Hacienda y Crédito Público. •Gabriel Yorio González, Subsecretario de Hacienda y Crédito Público. •Elías Villanueva Ochoa, Secretario de la Junta de Gobierno. Se hace constar que en fechas anteriores a la celebración de esta sesión, se desarrollaron trabajos preliminares en los que se analizó el entorno económico y financiero, así como la evolución de la inflación, sus determinantes y perspectivas (ver anexo). 2. ANÁLISIS Y MOTIVACIÓN DE LOS VOTOS DE LOS MIEMBROS DE LA JUNTA DE GOBIERNO Entorno Externo La mayoría destacó que en el primer trimestre de 2023 la actividad económica mundial exhibió una recuperación respecto del cuarto trimestre de 2022. Algunos apuntaron que ello obedeció a la mejoría en el funcionamiento de las cadenas de suministro, a menores presiones en los precios de energéticos y a la reapertura económica de China. La mayoría señaló que en diversas economías los mercados laborales siguieron mostrando señales de apretamiento. No obstante, algunos notaron que en Estados Unidos hay indicios de menores presiones. Uno detalló que en las principales economías el incremento en los salarios nominales se moderó. La mayoría señaló que las perspectivas de crecimiento mundial para 2023 continúan apuntando a una desaceleración con respecto a 2022. Uno detalló que se prevé un menor crecimiento en las economías avanzadas, al tiempo que se anticipa que las economías emergentes enfrenten dificultades asociadas con una moderación de su demanda externa, un mayor servicio de la deuda, un menor margen fiscal y una inflación elevada. Añadió que indicadores relacionados con el volumen de comercio mundial ya han mostrado señales de cierta debilidad, al tiempo que indicadores oportunos de manufacturas y servicios muestran un comportamiento diferenciado, con estos últimos mostrando un mayor dinamismo. Otro opinó que no puede descartarse una recesión en algunas economías de importancia sistémica. No obstante, notó que para 2024 se sigue esperando una ligera recuperación de la actividad económica global. Entre los riesgos globales, algunos mencionaron condiciones monetarias y financieras más apretadas. Algunos agregaron el agravamiento de las tensiones geopolíticas y los retos para la estabilidad financiera. La mayoría comentó que en un amplio número de economías la inflación general continuó descendiendo, aunque alertó que aún permanece en niveles elevados. Atribuyó esta disminución a los menores precios de referencia de alimentos y energéticos. Uno añadió que la mitigación de los choques y la restricción monetaria global también han contribuido a la caída de la inflación. Sin embargo, la mayoría resaltó que el componente subyacente sigue mostrando resistencia a disminuir. Al respecto, uno consideró preocupante este comportamiento. Notó que los mercados laborales apretados son uno de los factores que mantienen a la inflación en niveles históricamente altos. Otro apuntó que en algunos países esta aún no muestra un punto de inflexión. Uno destacó que en algunas economías presentó cierta moderación. Finalmente, algunos señalaron que se anticipa que en diversas economías la inflación converja a su meta hasta finales de 2024 o principios de 2025. La mayoría consideró que los bancos centrales se encuentran en la fase final de su ciclo alcista. Destacó que diversas autoridades monetarias ya dejaron de incrementar sus tasas de referencia. Al respecto, uno apuntó que las principales economías emergentes que ya han pausado su ciclo de alzas acumularon un incremento de 660 puntos base en promedio. Algunos resaltaron que diversos bancos centrales han comunicado que se requerirá de tasas elevadas por un periodo prolongado para lograr la convergencia de la inflación a su meta. Uno añadió que el hecho de que las autoridades hayan usado herramientas específicas para atender los riesgos para la estabilidad del sistema financiero, que surgieron a raíz de los eventos bancarios, ha permitido que los bancos centrales se enfoquen en su objetivo prioritario de combatir la inflación.

Todos mencionaron que en su reunión de mayo la Reserva Federal incrementó el rango objetivo para la tasa de fondos federales en 25 puntos base. La mayoría comentó que para la próxima reunión analistas y participantes en los mercados prevén una pausa. Opinó que el apretamiento en las condiciones de crédito derivado de los problemas en el sector bancario contribuyó a esta previsión. La mayoría notó que los instrumentos de mercado proyectan recortes durante la segunda mitad de 2023. Subrayó que, en contraste, el presidente de la Reserva Federal señaló que dadas las proyecciones actuales de inflación no anticipan recortes durante 2023 y que mantendrán una postura dependiente de los datos. Uno agregó que las encuestas a analistas prevén que los recortes ocurran hasta el próximo año. La mayoría mencionó que, después de la turbulencia financiera resultante de los eventos bancarios en meses pasados, los mercados financieros internacionales se han estabilizado. Destacó que lo anterior se debió a la oportuna intervención de las autoridades en las economías afectadas. Algunos comentaron que el entorno de menor aversión al riesgo se reflejó en ganancias en los principales índices accionarios, una depreciación del dólar estadounidense e incrementos moderados en las tasas de interés de mediano y largo plazos. Sin embargo, uno argumentó que, ante las negociaciones sobre el techo de endeudamiento en Estados Unidos, el mercado de renta fija en ese país mostró volatilidad. La mayoría opinó que persisten riesgos para los mercados financieros a nivel mundial. Algunos señalaron que podrían prevalecer condiciones financieras y crediticias más astringentes a nivel mundial. Actividad Económica en México La mayoría consideró que ante un entorno externo complejo la economía mexicana ha mostrado resiliencia. Destacó que de acuerdo con la estimación oportuna del PIB en el primer trimestre la actividad incrementó su ritmo de expansión y el crecimiento resultó mayor a lo anticipado. Uno detalló que este dato significa que la economía nacional habría registrado seis trimestres consecutivos de crecimiento positivo, algo no visto desde 2016. Sin embargo, otro opinó que el balance de riesgos para el crecimiento se encuentra sesgado a la baja. Uno puntualizó que la información más reciente sugiere una desaceleración a partir del segundo trimestre del año.

La mayoría señaló que el desempeño de la economía mexicana en el primer trimestre estuvo apoyado tanto por el sector servicios, como por la actividad industrial. Uno destacó que la expansión de los servicios fue generalizada durante el primer bimestre de 2023, observándose en ocho de sus nueve subsectores. En el interior de los servicios, otro resaltó el mayor dinamismo de los relacionados con el comercio al por menor; transporte e información de medios masivos; financieros e inmobiliarios y alojamiento y preparación de alimentos. No obstante, la mayoría notó que la actividad industrial ha perdido impulso en meses recientes. En particular, enfatizó la moderación en la producción manufacturera. Uno puntualizó que ello podría estar reflejando un incipiente debilitamiento de la demanda externa. Algunos también mencionaron la desaceleración de la minería. Uno sostuvo que en marzo la construcción exhibió una incipiente mejoría. La mayoría destacó que en los dos primeros meses del año el consumo privado continuó mostrando dinamismo, impulsado principalmente por el consumo de servicios. Uno mencionó que su nivel es históricamente alto. No obstante, otro señaló que el consumo de bienes sufrió cierta reversión en febrero. Uno apuntó que se ha observado un mayor dinamismo del consumo de bienes importados respecto del consumo de bienes nacionales, a lo que posiblemente contribuyó la apreciación del tipo de cambio real registrada desde que empezó el ciclo alcista en 2021. La mayoría advirtió que algunos indicadores oportunos sugieren una moderación del consumo privado hacia delante. Respecto de la inversión, destacó que esta continuó creciendo, apoyada por el rubro de maquinaria y equipo, si bien uno opinó que todavía presenta un rezago importante. Otro apuntó que, en su conjunto, la inversión en construcción muestra atonía. Uno notó que la construcción residencial permaneció en niveles bajos, mientras que otro resaltó el crecimiento de la no residencial. En el contexto de atonía en la inversión, uno consideró necesario establecer condiciones para que el país aproveche la reconfiguración de las cadenas globales de valor. Argumentó que ello coadyuvaría a contrarrestar la debilidad cíclica prevista para la demanda externa. Añadió que, desde una perspectiva de mayor plazo, permitiría incrementar la capacidad productiva del país. En cuanto al sector externo, algunos señalaron que las exportaciones manufactureras mostraron un crecimiento moderado en el primer trimestre del año. 

Uno destacó que las importaciones de bienes intermedios han seguido contrayéndose, al tiempo que las exportaciones no automotrices han mostrado debilidad. No obstante, otro consideró que estas se han venido recuperando después de la disminución observada al cierre de 2022. Agregó que las exportaciones automotrices se han mantenido estables y en niveles relativamente elevados. Todos coincidieron en que el mercado laboral muestra fortaleza. La mayoría detalló que la tasa de participación laboral continuó aumentando, mientras que la tasa de desempleo alcanzó mínimos históricos. Puntualizó que, en congruencia con lo anterior, la población ocupada ha crecido a un mayor ritmo que la población económicamente activa. Algunos destacaron el crecimiento del número de trabajadores afiliados al IMSS. Algunos señalaron la elevada razón de ocupación a población en edad laboral. A su vez, la mayoría resaltó la magnitud relativamente elevada de las revisiones salariales. Uno precisó que la variación anual nominal del salario diario de los trabajadores asegurados en el IMSS se ha mantenido en niveles superiores a 11%, mientras que las revisiones de los salarios contractuales se han acelerado, destacando las de empresas privadas, con niveles del 8.9%. Otro advirtió que es previsible que los incrementos al salario mínimo tengan un mayor efecto en el salario promedio, pues, de acuerdo con la última cifra reportada a marzo, el 35% de la población ocupada ya recibe hasta un salario mínimo. La mayoría notó que la brecha del producto continúa cerrándose. Destacó que esta no es estadísticamente distinta de cero. Uno comentó que espera que la estimación puntual, que se encuentra ligeramente por debajo de cero, se mantenga negativa durante este y el siguiente año. Otro externó que, si se consideran los problemas de medición, pudiera haber mayores presiones de demanda de lo que en principio pareciera. Inflación en México Todos destacaron que, desde la última reunión de política monetaria, la inflación general anual siguió descendiendo. La mayoría argumentó que diversas presiones inflacionarias se están atenuando. No obstante, la mayoría enfatizó que todavía se mantiene elevada al situarse en abril en 6.25%. Consideró que su disminución ha obedecido, fundamentalmente, a la evolución de la inflación no subyacente. Algunos puntualizaron que más recientemente también ha contribuido el componente subyacente. Uno notó que desde febrero los datos quincenales de inflación se han ubicado por debajo de lo anticipado por el consenso de los analistas. Mencionó que en abril la variación mensual de la inflación general fue negativa, algo no visto en los dos años previos, al tiempo que prácticamente todos sus componentes y subcomponentes mostraron caídas en sus variaciones anuales. Otro agregó que, al analizar las variaciones mensuales desestacionalizadas y anualizadas de la inflación general y de sus dos componentes, estas han mostrado una tendencia a la baja. Mencionó que el porcentaje de la canasta que muestra variaciones mayores a 10% ha disminuido. Comentó que indicadores, como la media truncada, apuntan a que ha mejorado el comportamiento de la mayoría de los componentes de la inflación, con excepción del subíndice de servicios. Uno argumentó que la trayectoria a la baja de la inflación parece comenzar a consolidarse, si bien hasta ahora la reducción ha sido lenta y marginal. La mayoría destacó que la última lectura de la inflación subyacente anual mostró una reducción más marcada que en los meses previos, si bien aún permanece elevada al situarse en abril en 7.67%. Uno mencionó que se ubicó por debajo de 8% por primera vez en ocho meses. Otro añadió que lleva tres meses consecutivos descendiendo. La mayoría detalló que su variación mensual ha descendido. Algunos notaron que en abril se ubicó más cerca de su promedio de los últimos 10 años. Uno agregó que algunos indicadores de sus variaciones mensuales confirman una desaceleración más allá de efectos de base de comparación y un crecimiento menos generalizado. Indicó que cerca del 50% de la canasta de consumo de bienes y servicios en el interior de la subyacente registra ya una inflación mensual anualizada por debajo del 5%. No obstante, la mayoría consideró que la inflación subyacente se muestra persistente. Algunos indicaron que, si bien la inflación ha disminuido, ello obedece principalmente a factores externos favorables. Advirtieron que, en su opinión, hay presiones inflacionarias de origen interno que podrían obstaculizar la convergencia de la inflación. Uno puntualizó que la transición hacia presiones internas es un patrón que se observa en la mayoría de los países. Otro opinó que ello podría atribuirse a que: i) la vivienda enfrenta presiones de oferta acumuladas durante varios años; ii) el resto de los servicios pueden estar siendo afectados por la normalización de los patrones de consumo y por el traspaso de presiones de costos; y iii) el mercado laboral presenta condiciones más estrechas y una dinámica salarial relevante en un entorno de elevada inflación.

La mayoría argumentó que la inflación de mercancías ha venido reduciéndose. Uno notó que ya se encuentra por debajo de los niveles de doble dígito que se observaron por nueve meses. Otro señaló que su descenso obedece a las mejoras en el funcionamiento de las cadenas globales de suministro y a la moderación en las presiones sobre los precios de diversos insumos. Algunos mencionaron que tanto el subíndice de las mercancías alimenticias como el de las no alimenticias han mostrado disminuciones. Uno precisó que ambos componentes acumularon cuatro y cinco meses con caídas, respectivamente, si bien se mantienen en niveles elevados. Al respecto, otro alertó que la inflación de mercancías alimenticias permanece en niveles de dos dígitos. La mayoría señaló que en su última lectura la inflación de servicios registró una disminución. Uno explicó que esta disminución obedeció, en buena parte, al comportamiento de la inflación de los servicios turísticos que reflejó factores estacionales. Además, algunos mencionaron que la inflación de servicios sigue mostrando persistencia. Asimismo, algunos enfatizaron que permanece elevada. La mayoría apuntó que, en su interior, las variaciones anuales de los precios de los servicios de vivienda y educación aún no muestran una inflexión a la baja. Uno compartió una reflexión sobre el comportamiento de la inflación de servicios. Primero, opinó que su aumento refleja, en parte, la recuperación de este sector ante la reversión de los cambios en los patrones de consumo que propició la pandemia. Segundo, notó que la inflación de servicios educativos ya dejó de aumentar y consideró probable que el alza observada en este rubro al inicio del año fue de una sola vez, si bien seguirá teniendo una incidencia en la inflación anual de los servicios por efectos base. Tercero, señaló que la inflación de vivienda sigue afectada por las elevadas cifras de inflación del año pasado, ya que este componente es muy sensible a las lecturas de inflación observadas y tiende a reflejarlas con rezago. Cuarto, puntualizó que algunos de los rubros de servicios se han visto afectados por los choques globales que presionaron a la inflación, como el caso de los servicios de alimentación, si bien estos han mostrado recientemente una trayectoria a la baja en sus variaciones mensuales ajustadas por estacionalidad y anualizadas. Sin embargo, otro alertó que los precios de algunos servicios, como precisamente los de alimentación, aún se encuentran creciendo a doble dígito. La mayoría mencionó que la inflación no subyacente anual siguió disminuyendo y se ubicó en 2.12% en abril. Añadió que este descenso se explica por reducciones en la variación anual de los precios tanto de energéticos como de frutas y verduras. Uno notó que desde enero las inflaciones de estos subíndices acumularon una caída significativa de 674 y 644 puntos base, respectivamente. Otro indicó que la inflación no subyacente ha reflejado de manera más inmediata la mitigación de las presiones externas en alimentos y energéticos. Algunos señalaron que la inflación no subyacente está registrando variaciones atípicamente reducidas que no se pueden considerar como permanentes hacia delante. Uno precisó que la cifra de abril fue una de las más bajas en términos históricos y representó su menor lectura desde diciembre de 2020. La mayoría señaló que las expectativas de mayor plazo se mantuvieron relativamente estables. No obstante, precisó que se encuentran en niveles por encima de la meta. Algunos consideraron que estas aún no exhiben una tendencia a la baja. En cuanto a las de corto plazo, algunos mencionaron que las expectativas de inflación para los siguientes 12 meses y para 2023 disminuyeron. Uno precisó que la encuesta a analistas indica que la probabilidad de que la inflación general al cierre de año se ubique por arriba de 5.5% ha disminuido. Otro apuntó que la mediana de las expectativas para los próximos 12 meses acumula una reducción de 68 puntos base respecto de su lectura más alta durante el actual episodio inflacionario. La mayoría notó que la compensación por inflación y riesgo inflacionario ha disminuido. Uno opinó que se mantiene en niveles incompatibles con la meta de inflación. Otro puntualizó que ante las reducciones que desde marzo ha exhibido este indicador, la prima por riesgo inflacionario ha caído a niveles cercanos a su media histórica. La mayoría mencionó que los pronósticos para la inflación general se ajustaron marginalmente a la baja para algunos trimestres, mientras que los correspondientes a la subyacente permanecieron prácticamente sin cambio. Señaló que se sigue anticipando que la inflación converja a la meta en el cuarto trimestre de 2024. Uno apuntó que las revisiones marginales se hicieron debido a que la inflación observada se ha mantenido ligeramente por debajo de los pronósticos del Banco de México correspondientes a la reunión de marzo. Sin embargo, alertó que las previsiones de inflación provenientes de encuestas y de instrumentos de mercado se encuentran por encima de los pronósticos del Instituto Central para prácticamente todo 2024. Otro estimó que la moderación de las presiones sobre los precios internacionales de alimentos y energéticos eventualmente se transmitirá a los precios de los bienes y servicios del componente subyacente. Mencionó que se continúa anticipando un descenso más notorio de la inflación, tanto por la mitigación de los choques globales como por las acciones de política monetaria implementadas. Uno notó que la inflación en Estados Unidos ha dado señales de alivio, lo cual favorece el proceso de desinflación en México. Todos consideraron que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se mantiene sesgado al alza. Uno opinó que dicho balance no se ha deteriorado. Mencionó que, sin embargo, persiste incertidumbre asociada a la trayectoria prevista para la inflación. Otro indicó que la trayectoria pronosticada debe continuar validándose con los datos observados. Consideró que el camino hacia la convergencia de inflación permanece frágil, prolongado y difícil. Entre los riesgos al alza para la inflación, algunos señalaron la persistencia del componente subyacente en niveles elevados. Uno añadió que, si bien se proyecta una caída rápida de las inflaciones general y subyacente a partir del tercer trimestre de este año, esta podría no materializarse, aún con el apretamiento monetario alcanzado, debido a la persistencia de la inflación que se ha observado. Al respecto, otro puntualizó que ello podría comprometer el anclaje de las expectativas de inflación. Consideró preocupante la persistencia de la inflación de las mercancías y que la de servicios presente un incremento significativo, lo que puede significar que los distintos choques aún no se han asimilado completamente. Por otra parte, uno opinó que la configuración de las presiones inflacionarias sigue implicando retos hacia delante, debido a que la disminución de la inflación está apoyada principalmente por el componente no subyacente. Al respecto, algunos apuntaron el riesgo de presiones en los precios de los energéticos o de los bienes agropecuarios. Uno comentó que el componente no subyacente podría verse afectado por choques asociados con factores climatológicos frente a la posible llegada del fenómeno de El Niño. Otro indicó que tras sus bajas lecturas la inflación no subyacente podría presentar una reversión a su media que ejerza presión sobre la inflación general. Adicionalmente, algunos apuntaron el riesgo de mayores presiones de costos. En el detalle, algunos señalaron el crecimiento de los salarios en el contexto de fortaleza del mercado laboral. Sin embargo, uno subrayó que estimaciones recientes de la curva de Phillips para México sugieren que esta tiene una pendiente relativamente poco pronunciada. Argumentó que ello implica que la dinámica del mercado laboral no sería el determinante principal de la inflación en estos momentos. En cambio, consideró que los determinantes asociados a la oferta y las expectativas representan el canal principal por el que se han acumulado presiones, por lo que, en su opinión, este será también la vía para lograr la convergencia, debido a lo cual las expectativas de inflación deben mantenerse ancladas. Como riesgo adicional al alza, otro agregó la posibilidad de episodios de depreciación cambiaria. Entre los riesgos a la baja, uno resaltó la posibilidad de una desaceleración económica global mayor a la anticipada. Entorno Macrofinanciero La mayoría enfatizó que desde la última reunión los mercados financieros nacionales, al igual que los internacionales, exhibieron un mejor desempeño. Destacó las intervenciones oportunas de las autoridades para enfrentar los problemas suscitados con los sistemas bancarios estadounidense y europeo. En este sentido, uno indicó que el riesgo de contagio parece haber disminuido. Además, señaló que el sistema bancario mexicano tiene una exposición limitada a las instituciones que han presentado problemas, cuenta con una sólida capitalización, y cumple holgadamente con los requerimientos de liquidez. Añadió que no se observa un elevado grado de apalancamiento en el sistema financiero nacional, por lo que no se anticipan razones fundamentales que pudieran generar una falta de liquidez en México. Todos resaltaron que el peso mexicano se apreció. La mayoría precisó que se ubica en niveles que no se registraban en varios años. Por su parte, uno agregó que el tipo de cambio real bilateral con Estados Unidos se ha apreciado alrededor de 10%, mientras que el multilateral lo ha hecho en cerca de 17% desde que comenzó el ciclo alcista. Algunos atribuyeron el desempeño del peso al amplio diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos, así como a los sólidos fundamentos macroeconómicos del país. Uno notó que después de los episodios de turbulencia financiera en los sistemas bancarios internacionales, se revirtió el incremento en volatilidad que había registrado el mercado cambiario. Otro destacó la mejoría en las condiciones de operación de dicho mercado. La mayoría apuntó que, desde la decisión previa, las tasas de interés de corto plazo aumentaron y las de mediano y largo plazos disminuyeron, profundizando la inversión de la curva de rendimientos. Uno señaló que las condiciones financieras domésticas han alcanzado niveles más astringentes en congruencia con los ciclos monetarios interno y global. La mayoría destacó las ganancias registradas por el mercado accionario en México. Uno detalló que el comportamiento de este mercado estuvo en línea con lo observado en otras economías emergentes. Algunos mencionaron que las primas por riesgo de incumplimiento crediticio de México disminuyeron. Algunos indicaron que el crédito vigente de la banca comercial a empresas y a hogares ha continuado expandiéndose, especialmente el dirigido al consumo. Uno destacó que el crédito destinado a la vivienda también ha aumentado. Otro señaló que la morosidad se sitúa en niveles bajos y estables. Uno notó que parte del dinamismo en el crédito obedece a que la economía continúa recuperándose de las afectaciones derivadas de la pandemia. Comentó que el crédito en saldos reales se encuentra ligeramente por debajo de su nivel de febrero de 2020. Agregó que, aunque las empresas siguen encontrando financiamiento de fuentes internas vía la colocación de instrumentos, en el exterior han enfrentado condiciones más adversas para realizar sus colocaciones, ello en línea con el apretamiento de las condiciones globales de crédito. Política Monetaria La Junta de Gobierno evaluó la magnitud y diversidad de los choques inflacionarios y de sus determinantes, así como la evolución de las expectativas de mediano y largo plazos, y el proceso de formación de precios. Consideró que se ha entrado en una fase de desinflación debido a que diversas presiones se han mitigado. Sin embargo, juzgó que estas siguen incidiendo sobre la inflación, la cual permanece alta, y que el panorama inflacionario continúa siendo muy complejo. Con base en lo anterior y tomando en cuenta la postura monetaria alcanzada en este ciclo alcista, la Junta de Gobierno, con la presencia de todos sus miembros, decidió por unanimidad mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 11.25%. Con esta decisión, la postura de política monetaria se mantiene en la trayectoria requerida para lograr la convergencia de la inflación a su meta de 3% dentro del horizonte de pronóstico. La Junta de Gobierno vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas. Estima que el panorama inflacionario será complicado e incierto a lo largo de todo el horizonte de pronóstico, con riesgos al alza. Ante ello, para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3%, considera que será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado. El banco central reafirma su compromiso con su mandato prioritario y la necesidad de perseverar en sus esfuerzos por consolidar un entorno de inflación baja y estable. Un miembro recordó que a partir de 2021 se enfrentó un entorno inflacionario de una complejidad y con niveles de inflación no observados en las últimas décadas. Precisó que este Instituto Central inició de manera oportuna el ciclo de apretamiento monetario y que ante la intensificación de las presiones inflacionarias adoptó acciones contundentes. Apuntó que tras alcanzar una postura restrictiva y, ante señales de mitigación de distintos choques, desde finales del año pasado se comenzó a reducir el ritmo de los incrementos de la tasa. Opinó que el panorama actual, si bien sigue siendo complejo e incierto, y la inflación aún está lejos de la meta, es menos adverso que lo enfrentado a lo largo del año pasado. Argumentó que, dada la evolución descrita del panorama inflacionario y tomando en cuenta la postura monetaria alcanzada después de incrementos acumulados por 725 puntos base en la tasa de referencia, es apropiado mantener dicha tasa sin cambios. Señaló que, debido a los aumentos acumulados y considerando los niveles claramente restrictivos de la tasa real ex-ante, la postura monetaria lograda es sólida y consistente con un proceso desinflacionario. Mencionó que debe mantenerse una actitud de cautela y dejar que siga operando la postura monetaria restrictiva alcanzada. Consideró que con dicha postura se envía una señal al público de que el Banco de México aún no está satisfecho con el entorno inflacionario. Enfatizó que la restricción monetaria contribuye al anclaje de las expectativas de largo plazo, evitando así que la inflación permanezca en niveles elevados a pesar de que se disipen los choques. Apuntó que una postura restrictiva también coadyuva al comportamiento ordenado de los mercados financieros, incluido el cambiario, ello ante el entorno inflacionario y de apretamiento monetario global. Indicó que el diferencial entre tasas internas y externas ajustado por volatilidad, resultado de las acciones de política monetaria, junto con los sólidos fundamentos macroeconómicos del país, han favorecido un desempeño resiliente de la moneda nacional, lo que contribuye a moderar las presiones inflacionarias. Además, comentó que la postura restrictiva conduce a una reasignación intertemporal del gasto de los agentes económicos, al incentivar el ahorro, también favoreciendo al proceso desinflacionario. Argumentó que en el ciclo actual se ha observado una desaceleración significativa en la demanda de activos líquidos por parte de los hogares, mientras que ha aumentado la demanda por instrumentos a plazo. Recalcó que hacia delante se vislumbra un panorama que seguirá siendo complejo, con riesgos al alza e incertidumbre sobre el ritmo al que los choques se irán desvaneciendo. En este contexto, consideró que es difícil anticipar el tiempo por el que la tasa de referencia se mantendría en su nivel actual. Opinó que es muy prematuro comenzar a discutir sobre posibles recortes de tasas. Sostuvo que es fundamental refrendar, de manera categórica, el compromiso con la consecución del mandato prioritario y, en consecuencia, la necesidad de perseverar en los esfuerzos por consolidar un entorno de estabilidad de precios. Otro miembro señaló que la evolución reciente de los principales indicadores de inflación y el nivel de restricción monetaria alcanzado después de 15 aumentos consecutivos en la tasa de referencia permiten considerar una pausa por esta ocasión en el ciclo de apretamiento monetario. Enfatizó que el tono del comunicado resultará de la mayor importancia para la formación de expectativas del mercado sobre las decisiones futuras. Destacó que debe comunicarse que, si bien los principales indicadores de inflación se han comportado de manera favorable, estos han respondido primordialmente a la evolución de factores externos, al tiempo que persisten presiones inflacionarias de origen interno que pueden obstaculizar la convergencia de la inflación a su meta en el horizonte de planeación. Resaltó los siguientes elementos que pueden propiciar que la inflación no disminuya a la velocidad anticipada: i) el dinamismo de la demanda interna, impulsado principalmente por el consumo; ii) la fortaleza del mercado laboral; iii) aumentos en los costos laborales y su traspaso a los precios al consumidor; y iv) expectativas de inflación de mediano y largo plazos por encima de 3%. En cuanto a la guía sobre las decisiones futuras de política monetaria, indicó que el entorno de elevada incertidumbre sobre el proceso inflacionario obliga a actuar con suma cautela y favorecer una postura flexible. Agregó que no puede descartarse que se requiera mayor o menor apretamiento. Argumentó que debe comunicarse que una pausa no significa que el Banco de México haya concluido su trabajo, ni que necesariamente esta vendrá seguida de un relajamiento. Añadió que debe indicarse claramente que se responderá acorde con las circunstancias económicas que se vayan presentando. En particular, opinó que las siguientes decisiones dependerán de que las inflaciones general y subyacente consoliden su tendencia a la baja. Enfatizó que, en cualquier caso, el Instituto Central debe ser claro en que la postura de política monetaria deberá mantenerse en terreno restrictivo durante todo el horizonte de planeación. Externó que lo anterior contribuiría a que las expectativas de inflación de analistas, que actualmente se ubican por encima de los pronósticos para todo el 2024, sean más parecidas a las del Banco de México, lo cual mejoraría la eficacia de la política monetaria. Un miembro argumentó que con los incrementos en la tasa acumulados durante este ciclo alcista se alcanzó una postura suficientemente restrictiva para lidiar con un panorama inflacionario aún complejo. Detalló que la tasa real ex-ante lleva varios meses en terreno restrictivo, llegado a niveles máximos desde que se definió la tasa de fondeo bancario como instrumento de política. Recalcó que aunque la postura relativa respecto de Estados Unidos se redujo en el margen, el amplio diferencial de tasas y la resiliencia observada del peso proporcionan espacio para dicha reducción. Opinó que, en ausencia de choques imprevistos, la postura lograda es consistente con una trayectoria descendente de la inflación durante el horizonte de pronóstico. Estimó que se ha alcanzado la tasa terminal sin que ello implique estar exentos de algún ajuste posterior o el fin de la restricción monetaria, ya que se pasará de un manejo activo, con incrementos de la tasa nominal, a una nueva fase de manejo pasivo, determinado por la disminución de las expectativas inflacionarias. Indicó que la política monetaria restrictiva seguirá operando mediante sus mecanismos de transmisión. Consideró que la postura restrictiva debe continuar por el tiempo que sea necesario para romper con la persistencia de la inflación subyacente. Subrayó que podría requerirse de algún incremento adicional a la tasa objetivo en caso de que la inflación no descienda. Asimismo, apuntó que, al materializarse el descenso de la inflación, debe evitarse una postura demasiado restrictiva, por lo que eventualmente se evaluaría algún recorte de tasas. Señaló que ello no sería un relajamiento, sino un ajuste para mantener la tasa real ex-ante en un rango entre 6 y 7%, el cual estima consistente a la convergencia inflacionaria. Opinó que mediante una guía prospectiva deben darse a conocer las intenciones futuras, puntualizando que estas son condicionales a los datos disponibles, por lo que no representan un compromiso inamovible. Comentó que, aunque es aventurado anunciar que la postura restrictiva se mantendrá durante todo el horizonte en el que opera la política monetaria, se debe comunicar que dicha postura requiere ser mantenida por un tiempo extendido. Consideró que los avances en la estrategia de comunicación han sido fundamentales para que el público conozca la función de reacción de la Institución y se fortalezca la formación de expectativas. Agregó que dichos avances no han respondido a cuestiones circunstanciales sino que han sido resultado de una discusión intensa y de un análisis de la literatura académica y de las mejores prácticas. Enfatizó que se debe continuar trabajando para que, mediante una comunicación clara, directa y transparente, que es fundamental para el manejo eficiente de las expectativas inflacionarias, se logre el cumplimiento del mandato prioritario. Otro miembro apuntó que el nivel alcanzado en la tasa de interés es históricamente restrictivo, tanto en términos nominales como reales, lo cual consideró congruente con las presiones inflacionarias sin precedentes que se han enfrentado. Opinó que dada esta postura el análisis debe enfocarse en la evolución del mecanismo de transmisión de la política monetaria. Detalló que: i) desde hace nueve meses se ha observado una recomposición en el portafolio de activos del sector privado, sustituyendo activos líquidos por instrumentos a plazo, especialmente en la cartera de hogares, lo que implica que el canal de tasas está operando y ganando tracción; ii) en el actual ciclo, las tasas de financiamiento han subido más de lo observado en otros episodios, y que las fuentes de recursos de la banca también se han endurecido considerablemente, lo cual sugiere que las condiciones crediticias son astringentes; iii) a diferencia de otros ciclos monetarios, donde el tipo de cambio real se depreció abruptamente, este canal está actuando de forma notoriamente restrictiva; iv) el canal de precios de activos, que en México suele ser débil, ha operado a través del incremento en los nodos de la curva de rendimientos desde el inicio del ciclo, incidiendo en el precio de los instrumentos de deuda, los cuales han disminuido significativamente; y v) las expectativas de inflación se mantienen ancladas y, en el margen, han revertido gradualmente sus afectaciones, tendencia que permitirá que la postura monetaria se siga endureciendo. Debido a ello, consideró que todos los canales están funcionando en la dirección correcta para propiciar que la inflación regrese a su objetivo en el horizonte de pronóstico. Subrayó que la configuración de las presiones inflacionarias aún es delicada y que el elevado nivel de incertidumbre refuerza la importancia de mantener un enfoque flexible y dependiente de los datos. Indicó que la comunicación debe ser clara para propiciar una adecuada formación de expectativas y un comportamiento ordenado de los mercados, los cuales aún descuentan recortes en la tasa de referencia en el futuro cercano, lo que consideró no ser compatible con la convergencia de la inflación a su meta en el plazo previsto. Advirtió que debe indicarse que la postura restrictiva durará el tiempo necesario y suficiente para confirmar: i) una tendencia clara y descendente de las inflaciones general y subyacente hacia el 3%; ii) un balance de riesgos neutral en torno al pronóstico; y iii) un retorno de las expectativas de inflación a sus promedios históricos. Expuso que ello es primordial para garantizar el cumplimiento con el mandato constitucional. Un miembro explicó que el ciclo alcista comenzó oportunamente y que el Banco de México respondió de manera contundente ante el deterioro significativo del panorama inflacionario. Señaló que después de un incremento acumulado significativo de 725 puntos base en la tasa de referencia es prudente realizar una pausa en el ciclo y evaluar el grado de absorción de este apretamiento monetario en la economía. Ello considerando que si bien la inflación aún se mantiene en niveles elevados, se observan señales de mitigación de las presiones sobre los precios y que dicho ajuste continuará teniendo efecto en los siguientes trimestres. Externó que la tasa real exante de corto plazo se encuentra en un terreno claramente restrictivo. Añadió que esta tasa aumentaría en la medida en que las expectativas de inflación continúen disminuyendo. Reflexionó sobre el rezago con el que opera la política monetaria. Apuntó que, en este horizonte se pueden distinguir dos etapas. La primera, que ya está ocurriendo, es el tiempo en que la tasa de política monetaria afecta los canales a través de los que opera. La segunda, que comenzará a ser más notoria, es aquella en la que el impacto de los canales se ve reflejado en la inflación y sus determinantes. Enfatizó que uno de los canales más relevantes es el de las expectativas. Subrayó que las de menor plazo ya se han estabilizado, mientras que las de mayor plazo, que son las que más influyen en el proceso de formación de precios, se han mantenido ancladas. Mencionó que el ajuste monetario se ha transmitido a lo largo de toda la curva de tasas reales y en las tasas de mercado para los diferentes segmentos. También ha propiciado un cambio en la tenencia de activos por parte de los hogares hacia instrumentos de mayor plazo, lo cual incide en las decisiones de consumo. Destacó la operación del canal del tipo de cambio. Al respecto, enfatizó que el peso mexicano se ha apreciado de manera importante en términos reales desde que inició el ciclo restrictivo. Observó que el apretamiento de las condiciones monetarias se encuentra en uno de sus niveles más altos desde que se adoptó el régimen de objetivos de inflación. Recalcó que si bien, en su opinión, no hay evidencia contundente de que haya presiones inflacionarias internas, si las hubiera estas estarían ya atendidas con el nivel de restricción alcanzado. Agregó que, dada la persistencia del componente subyacente y el ambiente de elevada incertidumbre, es indispensable mantenerse vigilantes para tomar las acciones necesarias en caso de que se presenten choques adicionales. Aseveró que habiendo pausado el ciclo alcista, el Banco de México puede hacer uso de la comunicación como una herramienta para continuar apuntalando la solidez de la postura monetaria. Opinó que, con ese fin, es prudente comunicar que se mantendrá una postura monetaria restrictiva el tiempo que sea necesario para garantizar la convergencia de la inflación a la meta. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA MONETARIA La Junta de Gobierno evaluó la magnitud y diversidad de los choques inflacionarios y de sus determinantes, así como la evolución de las expectativas de mediano y largo plazos y el proceso de formación de precios. Consideró que se ha entrado en una fase de desinflación debido a que diversas presiones se han mitigado. Sin embargo, juzgó que estas siguen incidiendo sobre la inflación, la cual permanece alta, y que el panorama inflacionario continúa siendo muy complejo. Con base en lo anterior y tomando en cuenta la postura monetaria alcanzada en este ciclo alcista, la Junta de Gobierno, con la presencia de todos sus miembros, decidió por unanimidad mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 11.25%. Con esta decisión, la postura de política monetaria se mantiene en la trayectoria requerida para lograr la convergencia de la inflación a su meta de 3% dentro del horizonte de pronóstico. La Junta de Gobierno vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas. Estima que el panorama inflacionario será complicado e incierto a lo largo de todo el horizonte de pronóstico, con riesgos al alza. Ante ello, para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3%, considera que será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado. El banco central reafirma su compromiso con su mandato prioritario y la necesidad de perseverar en sus esfuerzos por consolidar un entorno de inflación baja y estable. 4. VOTACIÓN Victoria Rodríguez Ceja, Galia Borja Gómez, Irene Espinosa Cantellano, Jonathan Ernest Heath Constable y Omar Mejía Castelazo votaron a favor de mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 11.25%. 

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