viernes, 3 de febrero de 2023

INVEX. ECONOMIA. La desaceleración de las principales economías del mundo está en curso, aunque la percepción sobre el panorama para el crecimiento se tornó menos pesimista. Mantenemos la expectativa de un descenso de la inflación este año una vez que algunos precios subyacentes finalmente cedan.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó al alza los estimados de
crecimiento para Estados Unidos, Eurozona, China, México y otras
economías del mundo. Al parecer, el agresivo ciclo de restricción
monetaria que iniciaron la mayoría de los bancos centrales con el
propósito de contener una inflación no vista en años no ha afectado a
las economías de forma generalizada.

En Estados Unidos, el empleo se mantiene firme gracias, entre otros
factores, al elevado número de vacantes que incluso aumentó de 10.4
a 11.0 millones de plazas de acuerdo con la información más reciente.
Mientras el mercado laboral muestre fortaleza, es poco probable que el
empleo, y sobre todo el consumo privado, se deterioren
significativamente. El crecimiento de Estados Unidos este año
podría ser de 0.9% de acuerdo con nuestras previsiones (0.5%
estimado anterior, 1.4% estimado FMI) ya que el consumo, variable
que representa el 70% del PIB, podría mantenerse al alza
contrarrestando el deterioro del sector residencial (que probablemente
encontrará un piso próximamente), el sector industrial y finalmente los
inventarios.
El mejor panorama que podría enfrentar Estados Unidos en cuestiones
de crecimiento económico obedece a una recuperación importante de
la economía de China, cuyo estimado de crecimiento para 2023 pasó
de 4.4% a 5.2% (cifras FMI). Asimismo, la Eurozona podría evitar una
recesión a pesar de los tropiezos que mostraron las economías de
Alemania e Italia en el último trimestre de 2022.
Mejores expectativas de crecimiento no implicarían un repunte de la
inflación. Efectivamente, anticipamos que ésta se moderará durante el
transcurso del año y no descartamos que sorprenda a la baja una vez
que se materialicen los efectos de la política monetaria restrictiva. Para
Estados Unidos, nuestros estimados de inflación para el cierre de
2023 se ubican en 3.8% para la parte general y 3.5% para la
subyacente. En particular, consideramos que algunos precios que han
mostrado una fuerte resistencia a la baja (principalmente los que
conforman el componente de vivienda del índice de precios al
consumidor) cederán en los siguientes meses.
Nuestro estimado de crecimiento para el PIB de México aumentó
de 0.9% a 1.2% (de 1.2% a 1.7% en el caso del FMI) ante mejores
expectativas para la expansión de la economía norteamericana, así
como el de otras regiones con las que comercia nuestro país
(principalmente la Eurozona). Las perspectivas para la demanda
interna no han cambiado: anticipamos que el crecimiento del comercio
y los servicios se podría frenar significativamente después del impulso
mostrado por estos sectores en 2022.
También esperamos que la inflación en México descienda respecto al
nivel de 7.82% que se registró al cierre de diciembre pasado. Por otra
parte, ante una menor presión en los precios externos, es probable que
la inflación local también ceda más de lo previsto hace unos meses.
Nuestros estimados de inflación para 2023 se ajustaron a 5.05%
para la parte general y 4.75% para la subyacente.
Al igual que en Estados Unidos, el ciclo de política monetaria que inició
Banco de México a mediados de 2021 podría concluir pronto.
Asimismo, esperamos que la inflación logre descender conforme a la
trayectoria prevista por el banco central una vez que opere el
mecanismo de transmisión de la política monetaria. No anticipamos
una baja en las tasas de interés de referencia de la Reserva Federal y
Banco de México pronto. Es probable que éstas se mantengan
elevadas durante la mayor parte de 2023.

Tasas y tipo de cambio
La Reserva Federal moderó el ritmo de restricción monetaria, pero confirmó al menos un aumento adicional en la tasa de interés de
referencia. En México, la Junta de Gobierno del banco central también podría moderar el ritmo de alza de tasas en su próxima reunión.
En el mercado de divisas, el tipo de cambio del peso frente al dólar podría estabilizarse a la espera del nivel terminal de tasas en México
y Estados Unidos.

Recién iniciado el mes de febrero, la Reserva Federal (FED) continuó el
ciclo de restricción monetaria ahora con un aumento en la tasa referencia
de 25 puntos base para dejar el intervalo objetivo en el rango de 4.50%-
4.75%. El incremento fue de menor magnitud, como ya lo habían anticipado
el mercado y el mismo instituto central. La FED dejó claro que aplicará al
menos un aumento adicional en la tasa de referencia. La justificación por el
lado del crecimiento fue que los datos del mercado laboral, salarios y
consumo, si bien han confirmado punto de inflexión a la baja, no apuntan
hacia un debilitamiento acelerado y quizá se evite la recesión (soft landing).
En cuanto a la inflación y sus expectativas, hay señales de una
desaceleración que podría sorprender positivamente.
Una vez que la FED determine un nivel de tasa terminal, lo cual parece
estar cerca, y con el fin de asegurar un incremento de precios lo más
cercano a su objetivo de 2.0%, probablemente la tasa de referencia no se
moverá en la mayor parte de 2023. Estimamos que el nivel terminal de la
tasa de fondos federales estaría alrededor del 5.0%. Los inversionistas
mantienen expectativas sobre la política monetaria y un escenario sobre el
comportamiento de las tasas de interés relativamente adelantadas.
Bajo este escenario las tasas han descendido fuertemente el Bono del
Tesoro con vencimiento de 2 años cerró en 4.20%, 20 puntos base por
debajo del cierre mensual previo. Mientras que el vencimiento a 10 años
alcanzó el 3.51%, con 37 puntos base de baja con relación al cierre del
2022. Dada la perspectiva de la política monetaria y la visión con los
participantes en el mercado, el comportamiento de la curva podría
consolidar estos niveles de cierre o incluso menores en el futuro previsible.
En México, se publicó la inflación al consumidor de la primera quincena de
enero, que registró una variación de 0.46%, mayor al consenso del
mercado. Con este resultado, la inflación anual repuntó de 7.86% a 7.94%
entre el cierre del año y la primera quincena de este mes. A pesar del mal
dato, se mantiene la expectativa de un descenso de la inflación durante
2023. Prevemos que el descenso de forma más lenta que en el exterior
debido principalmente a la dinámica de presión en precios del subíndice
subyacente, donde las mercancías mantienen alzas anuales a doble dígito
y los servicios no dan señales de inflexión a la baja.
Las previsiones para la inflación general y subyacente al cierre de 2023 se
ubican en 5.00% y 4.75%. Dada esta expectativa de un descenso en la
inflación en los siguientes meses, estimamos que el incremento en la tasa
de referencia también podría ser de menor magnitud (vemos 25 puntos
base de alza para la reunión de política monetaria de este mes). Por otra
parte, los riesgos inflacionarios permanecen sesgados al alza, por lo que la
tasa de referencia podría alcanzar 11.0%, lo que se podría materializar en
el segundo trimestre del año. De igual forma consideramos que, para poder
impulsar la disminución estimada de la inflación, el nivel de la tasa de
referencia debe mantenerse ahí la mayor parte, si no es que todo el 2023.
De concretarse esta expectativa, el diferencial entre las tasas en pesos y
dólares se preservaría entre 550 y 600 puntos base.
*Favor de leer información importante en la última página de este documento
Las tasas también descendieron en México. En la parte corta de la curva
de rendimientos, los Mbonos (3 años) tuvieron vaivenes interesantes con
bajas de hasta 30 puntos base al inicio de enero, para tener un nivel de
cierre de mes de alrededor de 9.96%, sólo 3 puntos base más que el cierre
mensual previo. Mientras que el cierre del vencimiento a 10 años se ubicó
cerca de 8.69%, con una baja de 39 puntos base en variación mensual.
Consideramos que este comportamiento sigue dos guías distintas. En los
plazos largos, el mercado se inclina por seguir el comportamiento de las
tasas en dólares y la idea de que habrá mayor estabilidad con la política
monetaria, tesis que domina en el mercado norteamericano. Sin embargo,
la parte corta y su regreso a los niveles similares al cierre del 2022, no
descartan un escenario de disminución lenta de la inflación. Consideramos
que Banxico mantendrá sus decisiones en línea con la FED, con la idea de
no provocar inestabilidad financiera en las tasas y tipo de cambio, así
como alcanzar a incidir en la desaceleración mayor de la inflación en el
futuro previsible.
En cuanto al tipo de cambio, la paridad del dólar cerró ligeramente abajo
de los $18.85 pesos. El peso, aunque acumuló desde mediados de
diciembre posiciones en contra en el mercado internacional de futuros de
Chicago, se mantiene estable y relativamente fortalecido. Se consolidan
flujos positivos de inversión directa y de cartera hacia el país; así como de
remesas. El amplio diferencial de las tasas de interés entre México y los
Estados Unidos sigue favoreciendo al peso. Este comportamiento se
puede mantener a lo largo de este año; mantenemos un estimado para el
tipo de cambio en el 2023 de $19.80 pesos por dólar.

Bolsas
Regresa con fuerza el apetito por riesgo. Los inversionistas parecen esperar un efecto favorable en las valuaciones por una menor
presión a la esperada en los niveles de tasas de interés y un impacto moderado en las utilidades de las empresas por la
resiliencia de la economía. Ambas hipótesis están por ser confirmadas, ante un mensaje de los bancos centrales, de momento,
enfático en el control de la inflación. Ha destacado el avance de los emergentes, entre ellos el S&PBMV IPC que llegó a operar
por encima de las 55,000 unidades.
El índice global MSCI ACWI subió 7.1% en enero. Se ha premiado en
especial a los emergentes: el índice MSCI para dichos mercados ganó
7.9%; liderado por el S&PBMV IPC de México con un rendimiento de
12.6% en el año, y China, en donde el Hang Seng avanzó 10.4% ante
el cambio en las dinámicas del país que apuntan a un mayor
crecimiento económico. La fuerza ha sido también relevante en
Europa, el Stoxx Europe ganó 6.7% enero, la bolsa italiana avanzó
12.2%.
En contraste, en Estados Unidos el S&P 500 subió 6.2% y el DJI un
2.8% en enero. Se experimenta una rotación de sectores que ha
favorecido a acciones de crecimiento y cíclicas: Consumo discrecional
subió 15.0% y Tecnología 14.2% en el mes. Ello hace evidente porqué
el Nasdaq se despega del resto de los referenciales americanos con
un avance de 10.7% en enero.
Sorprende la dinámica de las bolsas partiendo de un escenario que
sigue luciendo con retos para la renta variable, como lo son los
elevados niveles de tasas de interés y un menor crecimiento
económico. Pero, hay diversos factores que han apoyado el
sentimiento a favor de activos de riesgo, uno de ellos es que partíamos
de una sencilla base: diciembre fue un mes muy adverso que
contribuyó a que los mercados de capitales tuvieran en 2022 uno de
los peores años en su historia.
Los indicadores muestran cierta resiliencia de la economía que soporta
la idea de un aterrizaje suave y generan cada vez más optimismo de
que Estados Unidos evitará una recesión este año; con la expectativa
además de que la reapertura en China será un catalizador para la
economía global; mientras que al mismo tiempo se logra una
reducción en la inflación que confirma que la labor de la FED y otros
bancos centrales para contener el nivel de precios va por buen camino
y hace pensar en que podríamos estar cerca del fin del ciclo de alza de
tasas de interés.
La temporada de reportes corporativos inicia con noticias positivas y
guías optimistas para el 2023. De las emisoras del S&P 500 que han
entregado sus cifras hasta el momento el 70% supera las utilidades
proyectadas, con una sorpresa positiva de 2.6% en esta temporada.
Si bien el panorama parece menos adverso de lo que se temía a
finales del año pasado, algunos riesgos podrían estar siendo
desestimados por los inversionistas, lo que lleva a valuaciones
adelantadas en algunas cotizaciones.
Las utilidades de las empresas podrían sufrir en un entorno de menor
crecimiento y con bases de comparación que serán complejas; en este
mismo sentido, a pesar de que los reportes del 4T-22 sean favorables,
eso no sería necesariamente indicativo de lo que ocurrirá en 2023,
cuando se mantienen estimaciones más conservadoras: el consenso
de Refinitiv recortó su proyección para las utilidades del S&P 500 a un
crecimiento de 2.8% en 2023 (la cifra a inicios de año era de 4.4%).
*Favor de leer información importante en la última página de este documento
Por otro lado, los niveles de inflación aún se mantienen alejados de
los objetivos de los bancos centrales y el mensaje que transmiten sus
funcionarios es que no habrá un cambio en su política monetaria en el
corto plazo que haga pensar en una reducción en los niveles de tasas
de interés que permita una revaloración de los múltiplos rápida y
sostenida.
A nuestro juicio, buscar adelantarse al FED luce peligroso en un
contexto en donde la entidad busca volver a ganar credibilidad, y, por
lo tanto, no parece que vaya a mover su postura hasta no tener
certeza de que el control a la inflación se ha logrado. Esto podría
regresar al sentimiento adverso de los mercados, como ha ocurrido en
otros episodios de euforia recientes.
Por ahora, las expectativas de los analistas no se han movido
demasiado a pesar del rally vivido en enero: la mediana del consenso
de Bloomberg anticipa un nivel de cierre de año de 4,075 unidades
para el S&P 500 (desde 4,077 actual). En el caso de México, el
S&PBMV IPC supera el objetivo que teníamos para diciembre, no
descartamos una toma de utilidades ante la velocidad del alza y con la
volatilidad que pueda generar la temporada de reportes corporativos.
Cartera Recomendada de Renta Variable
La Cartera de Renta Variable Global en enero avanzó en pesos
3.12%, frente al 3.81% del ACWI ETF, es destacable el efecto
adverso de la fortaleza del peso en los resultados. Durante el mes, el
principal factor que sumó al rendimiento de la Cartera fue la sobre-
ponderación en China; en sentido contrario, afectó al Portafolio la
estrategia sectorial en Estados Unidos que privilegia a Salud,
Consumo básico y Engería.
No hemos realizado cambios recientes al Portafolio al considerar que
esta rotación sectorial hacia Tecnología y Consumo discrecional,
antes mencionada, carece de fundamentales claros y podría
revertirse; estamos atentos al movimiento del mercado para
determinar el momento oportuno para migrar a una Cartera menos
defensiva.
En el mercado local, la Cartera Recomendada subió 12.7% en enero
vs. el ya comentado avance de 12.6% del S&PBMV IPC. Sumó al
Portafolio nuestra apuesta activa en CEMEX y no tener ELEKTRA; así
como las posiciones en ALSEA, GAP y TLEVISA, mientras que no
tener emisoras como GFINBIR y BBAJIO restan valor.
El entusiasmo del mercado local nos sorprende, vemos cotizaciones
que recuperan valor rápidamente tras el castigo que acumulaban de
meses previos, mientras que otras que ya lucían adelantadas siguen
ganando terreno. Nos parece que esto amerita cautela, nos
mantenemos atentos a movimientos que nos puedan llevar a tomar
utilidades a la espera de valores más atractivos de entrada a lo largo
del año; de momento nuestra Cartera se mantiene sin cambio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario