La posible pausa de la Reserva Federal al aumentar las tasas, los sólidos datos de empleo y de las encuestas de gerentes de la industria, los reportes corporativos que resultaron mejores a lo esperado y por último la aparente menor tensión con respecto a los bancos regionales; todo lo anterior suma a una visión optimista con respecto a las bolsas. De ahí las reacciones entusiastas del cierre de la semana pasada. A pesar de ello, las tasas de interés demuestran pesimismo con respecto al desempeño económico.
1.- En efecto, la información demuestra una economía que no esta en recesión y que no parece estar cerca de estarlo. La nómina no agrícola de Estados Unidos registró un avance de 253 mil plazas en abril, cifra mayor a la de 180 mil esperada por los analistas del mercado. La tasa de desempleo cayó nuevamente a 3.4%, su nivel más bajo en décadas.
El empleo genera ingreso que a su vez genera, en cierta proporción, un mayor consumo. El consumo es la variable de mayor peso en el PIB norteamericano. Suponiendo que la propensión marginal a consumir en Estados Unidos es alta, el avance del empleo sostendría a una economía que registra caídas en otros sectores debido a las elevadas tasas de interés.
Además del dato de nómina no agrícola, la semana pasada destacó la publicación de los índices ISM de abril. El ISM manufacturero aumentó de 44.3 a 45.7 puntos, aún en zona de contracción de la actividad. Por otra parte, el ISM no manufacturero sorprendió al alza al pasar de 51.2 a 51.9 puntos entre marzo y abril. La actividad del sector de servicios se mantiene firme gracias a las ganancias que aún se observan en el empleo.
2.- La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) aumentó el intervalo objetivo de la tasa de interés de referencia en 25 puntos base (pb) para ubicarlo en [5.00-5.25]%, en línea con nuestra previsión y la del mercado. Dentro del comunicado, destacó la eliminación de la frase que sugería incrementos adicionales en la tasa de referencia para lograr la convergencia de la inflación hacia el objetivo de 2.0%. los inversionistas consideran que el ciclo de alza de tasas en Estados Unidos que inició en marzo de 2022 llegó a su fin.
3.- A pesar de lo anterior, el optimismo en los niveles de las tasas de interés es muy elevado. Los participantes en los mercados siguen descontando que la FED registrará un cambio en su postura e iniciará un ciclo de baja de tasas tan pronto como en la reunión de julio, no solo eso, sino que estiman que en las próximos seis reuniones disminuirán al menos en cinco ocasiones las tasas para ubicarlas en niveles de casi dos puntos porcentuales menos que el actual.
Suena ilógico ante la expectativa de recesión. Es cierto que las encuestas, la curva invertida y otros indicadores apuntan hacia allá, pero no a la velocidad que provocaría tal viraje.
Un cambio de dirección como el que plantean los mercados solo se debería ejecutar por parte de las autoridades en caso de una recesión súbita, visible y con visos de ser profunda; o bien, en caso de un evento crítico que ponga en riesgo la salud de la economía (como la crisis bancaria del 2008 o la pandemia); por ahora, el primero de dichos argumentos no existe, en caso del segundo, solo podemos argumentar la crisis de solvencia de los bancos regionales en Estados Unidos. Los problemas no parecen sencillos y el camino a la solución es una incógnita; pero, observando la manera en que han evolucionado las crisis del sector y viendo el pesimismo que hay sobre el mismo, bien podría estar ahí la explicación. Se habla mucho de una fuerte restricción de crédito que se está observando en muchas partes a raíz de este problema y que seguramente impactará en los datos más adelante.
4.- La incongruencia de la expectativa con relación a las tasas y la posible recesión, así como la definición positiva que parece tener las bolsas, no genera argumentos para tener una mayor propensión al riesgo. Las sorpresas pueden recargarse hacia cualquier lado, si se concreta una recesión visible, entonces hay que reducir posiciones en la bolsa; por el contrario, si se mantiene la fortaleza vista hasta ahora, entonces habrá que tener cuidado con mantener posiciones de riesgo en bonos. Seguramente pasará algo entre los dos extremos, lo cual, por si solo, nos obliga a mantener posiciones de cautela que aprovechen las oportunidades con niveles de riesgo moderados.
5.- Lo siguiente será observar los datos de inflación de abril, en donde se estiman niveles del 5.0% para la parte general y 5.5% en la subyacente. De registrarse datos menores a estos estimados, las tasas podrían volver a tener disminuciones, aunque esa no es la expectativa general.
En suma, entraremos en una dinámica de alta sensibilidad de las valuaciones de las tasas con relación a la publicación de datos que se vayan dando hasta la siguiente decisión de política monetaria. De momento, el mercado considera que se mantendrán en pausa, pero no hay un nivel de certeza alto con respecto a esto y será muy dependiente de los datos.
Por lo tanto, mantenemos la estrategia de plazos cortos, tasas revisables gubernamentales y corporativas, con lo cual hemos mantenido una trayectoria estable en el rendimiento y por arriba de la referencia en deuda global.
6.- En México, estaremos en el compás de espera hasta la decisión del Banco de México. El mercado estima una pausa ante lo ya anticipado por los participantes de la Junta de Gobierno. Esta expectativa de pausa por parte de Banxico se deriva en que la inflación podría disminuir a un ritmo más acelerado, ante la menor valuación del dólar. Es decir, la fortaleza del peso contribuiría al proceso de desaceleración de la inflación, sobre todo por el menor costo implícito de bienes importados.
El movimiento de alza en las tasas desde finales de la semana anterior y el inicio de esta se ha debido al cierre de posiciones de extranjeros en papeles de deuda gubernamentales de largo plazo. Pero, no necesariamente los flujos han salido del mercado local, el diferencial de la tasa de fondeo entre dólares y pesos (600 puntos base) es lo suficientemente atractivo para mantener la exposición a moneda nacional.
7.- En términos de estrategia, reforzamos las posiciones de CETES en plazos de 91 y 182 días en niveles superiores al 11.50%, mantenemos posiciones en plazos de 3, 5 y 10 años de tasas fijas, principalmente. Pocos cambios en la exposición a tasas reales que mantenemos por debajo de las referencias, sobre todo en los plazos más largos.
8.- En cuanto al dólar, la cotización alcanza niveles alrededor de los $17.80 pesos, la perspectiva de pausa por parte de la FED y quizá también del Banxico da certidumbre, al menos de corto plazo, a ganar un diferencial atractivo entre las tasas de fondeo de dólares y pesos. Quizá esto abarató más al dólar, hay flujos de entrada y cierre de posiciones en plazos largos y todo se concentra en ganar la tasa de muy corto plazo. A lo cual se suman los flujos que se mantienen en máximos históricos por el lado de las remesas. No descartamos un mayor movimiento de baja en el precio de dólar; pero, en parte dependerá de la guía que dé el Banxico en su decisión de política monetaria.
9.- La información actual representa un soporte para las bolsas, más que un catalizador que permita regresar la fuerza que experimentaron al inicio del año; a nuestro juicio sería necesario que mantenga la idea de un pronto viraje en la política monetaria, algo que no puede ser por mucho tiempo.
Por otro lado, existen todavía importantes incógnitas sobre si habrá o no una recesión y de qué tamaño, y la posibilidad de ver resultados debilitados en las utilidades de las empresas hacia delante sigue siendo una posibilidad. El consenso de Refinitiv espera que las utilidades del S&P 500 bajen (-) 4.7% en el 2T-23 (AaA) este sería una contracción más pronunciada a la del 1T-23. Aunque la segunda mitad del año se anticipa mejor, esta debilidad actual podría detonar en un crecimiento de tan solo 1.5% en el año completo (en abril la proyección era de 1.2%).
Nuestra Cartera se vio afectada esta semana por la posición en Tecnología, en especial Ciberseguridad en donde desde días recientes impactaron malos reportes, salida de inversionistas y la exposición al sector bancario regional; mientras que Japón sumó al Portafolio.
10.- La bolsa mexicana regresó a los 55,000 puntos al inicio de la semana; aunque en días previos, la mayoría de las emisoras operó a la baja, destacando la presión en el sector de telecomunicaciones (MEGA y TLEVISA) en donde parece incidir la competencia intensa en la industria; así como Q y OMA, las cuales habían tenido avances significativos en los días recientes. Sin embargo, la fuerza en emisoras con importante peso en el referente, como es el caso de CEMEX, ante un buen reporte trimestral, sirvió de soporte.
Esta fortaleza de CEMEX nos ha llevado a reducir su peso en nuestro Portafolio al acercarse a los niveles que consideramos reflejan su valor intrínseco. El inicio de año ha sido positivo para la emisora, con un reporte que fue mejor a lo esperado en distintos campos; sin embargo, nos parece que la debilidad en volúmenes amerita cautela y esto podría limitar una revisión positiva en el precio objetivo actual.
Sin embargo, al mantenerse como una apuesta activa dentro del Portafolio, fue uno de los principales factores que sumó al rendimiento de nuestra Cartera Recomendada de Renta Variable Local, así como la sobre-ponderación en ALSEA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario