lunes, 29 de mayo de 2023

Más de 6, 000 hectáreas dedicadas al cultivo de tabaco, el impacto nocivo en la agricultura mexicana

 

En todo el mundo, la epidemia por tabaquismo causa más de ocho millones de muertes al año,1 de las cuales tan solo en México se registran más de 63 mil.2 Además de ser un problema de salud pública, el cultivo y la producción de tabaco también contribuyen a la crisis alimentaria global. Los países están destinando grandes extensiones de tierra fértil a la producción de esta planta sobre el cultivo de alimentos, lo que desencadena en repercusiones sanitarias, medioambientales y económicas que afectan con mayor frecuencia a los agricultores que viven en países de bajos y medios ingresos.

Con el fin de concienciar sobre los perjuicios del cultivo de tabaco, el Instituto para el Control Mundial del Tabaco (IGTC por sus siglas en inglés) de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins ha creado diversos materiales para apoyar la campaña del Día Mundial Sin Tabaco impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El tema por abordar este año es "Cultivemos alimentos, no tabaco", el cual pretende persuadir a los gobiernos para que pongan fin a las subvenciones al cultivo de tabaco y, en su lugar, incentiven a los agricultores a cultivar productos que mejoren la seguridad alimentaria.

De acuerdo con la OMS, el tabaco se planta y produce en más de 125 países como cultivo comercial, en una superficie estimada de cuatro millones de hectáreas. La región de las Américas ocupa el 3° lugar a nivel global en superficie dedicada a su cultivo, y el 2° en países productores. En México, la economía tabacalera ocupa la 7° posición en esta región y la 39º a escala mundial con más de seis mil hectáreas dedicadas a ello.3

Muchos países consideran el cultivo de tabaco como una actividad comercial que podría generar crecimiento económico, sin embargo, sus principales consecuencias suelen ser la inseguridad alimentaria, el aumento de las enfermedades no transmisibles y los daños medioambientales. Entre los principales efectos negativos causados por la producción de tabaco se encuentran:

  • Exposición a productos químicos pesados y a la nicotina: un cultivador de tabaco que planta, cultiva y cosecha tabaco puede absorber nicotina equivalente a 50 cigarrillos al día.

  • Enfermedad del tabaco verde: enfermedad causada por la nicotina absorbida a través de la piel al manipular las hojas de tabaco; 1 de cada 4 cultivadores de tabaco es afectado por esta enfermedad.

  • Deforestación: el cultivo de tabaco causa alrededor del 5% de la deforestación total, por lo que también contribuye a las emisiones de CO2 y al cambio climático. Se necesita aproximadamente un árbol para producir 300 cigarrillos.

  • Uso intensivo de pesticidas: el cultivo de tabaco consume muchos recursos y requiere un uso intensivo de pesticidas y fertilizantes, productos que contribuyen a la degradación del suelo.

A pesar de las actuales políticas de control del tabaco, que incluyen el aumento de los impuestos sobre sus productos, advertencias sanitarias y entornos libres de humo, 14,9 millones de mexicanos continúan llevando esta práctica4 gastando más de 1,250 pesos al mes en cigarrillos,5 una cantidad que podría destinarse a la compra de alimentos y artículos de primera necesidad para el hogar.

El IGTC ha elaborado una infografía con motivo del Día Mundial Sin Tabaco en la que se comparan los costos de alimentos versus los cigarrillos con el objetivo de concientizar a los consumidores sobre el impacto económico de esta práctica. Tan solo en México, se ilustra que por cada paquete de cigarrillos se podrían comprar aproximadamente dos kilogramos de arroz.

Así mismo, aunado a los recursos desarrollados por el instituto, se encuentra disponible una encuesta en la que invita al público en general a participar para aumentar la concienciación y sensibilización sobre estos temas.

En el marco del Día Mundial Sin Tabaco, el IGTC proporciona información sobre los efectos nocivos de su cultivo y aporta evidencia para justificar un cambio político que dé prioridad al cultivo sostenible. En medio de una crisis alimentaria mundial, es esencial promover y fomentar un cambio cultural que valore la producción de alimentos por encima de la producción de tabaco y así crear sociedades más sanas.



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