miércoles, 24 de septiembre de 2025

La violencia en escuelas y universidades como en el CCH Sur, nos recuerda la urgencia de atender la salud mental de niñas, niños y adolescentes


 

 

Ciudad de México, 24 de septiembre de 2025. La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) expresa su más profunda solidaridad con las familias de las víctimas, la comunidad del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur y facultad de Arquitectura de la UNAM y con todas y todos los adolescentes y personas que hoy atraviesan el dolor de esta tragedia. Este hecho no es un hecho aislado, sino una herida social que pone en evidencia la falta de políticas integrales de prevención y atención en salud mental dirigidas a niñas, niños y adolescentes en México.

 

“Lo sucedido en el CCH Sur no puede entenderse únicamente como la historia de un victimario y una víctima. Nos recuerda que detrás de cada expresión de violencia hay carencias estructurales, como la ausencia de servicios de salud mental accesibles y oportunos”, afirmó Tania Ramírez, directora ejecutiva de REDIM.

 

En México, las escuelas secundarias y preparatorias carecen de psicólogos y especialistas suficientes para atender a miles de adolescentes que viven ansiedad, depresión, exclusión y violencia cotidiana. Estamos frente a los efectos del aislamiento por la pandemia, la normalización de discursos de odio en redes sociales y un contexto global de violencias.

 

“Cuando un adolescente llega a sentirse escoria o sin futuro, estamos frente a un fracaso colectivo. No basta con revisar mochilas, securitizar o criminalizar: necesitamos políticas públicas de acompañamiento y prevención con perspectiva de derechos humanos, género, transformación de conflictos y paz desde lo cotidiano. Escuchar las voces de infancias y adolescencias se vuelve fundamental”, agregó Ramírez.

 

Desde REDIM hacemos un llamado al Estado mexicano, a las autoridades educativas y a la sociedad en su conjunto para:

 

El dolor que vive hoy la comunidad de la UNAM es también nuestro y un llamado a reconocer que adolescentes en todo el país carecen de herramientas para enfrentar un presente adverso. Como sociedad, tenemos la obligación de abrazar a cada niña, niño y adolescente y de construir una cultura de paz, cuidado mutuo y solidaridad.

 

“No se trata solo de castigar. Se trata de prevenir para que nunca más un adolescente sienta tal abandono y soledad que decide atentar contra la vida de alguien más y contra la propia”, concluyó Ramírez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario