domingo, 26 de julio de 2020

¿Por qué la lucha debe ser política?





Javier Palafox Padilla
En los tiempos actuales los mexicanos enfrentamos diversas adversidades: desempleo, inseguridad, ausencia de clínicas y hospitales, falta de acceso a una educación pública de calidad, entre otros servicios públicos. Igual se suman a la lista la falta de apoyos de los gobiernos a los diversos sectores de la población (popular, campesino, comercio, estudiantil, etc.). Toda esta amalgama de carencias y necesidades han existido en nuestra sociedad desde que nacimos como nación “independiente”, a tal grado que nos hemos acostumbrado, generación tras generación, a vivir con ellas, ya que hemos desarrollado una miopía que nos impide ver el trasfondo del problema, la raíz de todos los males, que es la pobreza, producto de la injusta distribución de la riqueza nacional.
Si bien es cierto que los problemas señalados no son nuevos, en esta “nueva normalidad” se han agudizado. En los casi 20 meses de gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su 4T, no se han visto acciones ni medidas que lleven al pueblo a superar esas privaciones. Lo único que vemos es una compra descarada de conciencias a través de los apoyos de transferencias monetarias para pretenden asegurar la perpetuación de Morena en el poder.
Después de cuatro meses de confinamiento no se tiene certeza de cuándo veremos la luz al final del túnel de esta espantosa pandemia, que es el resultado del mal manejo de la crisis sanitaria desde Palacio Nacional. La amenaza del coronavirus sigue latente, al día de hoy (25 de julio) se registran más de 378 mil casos confirmados y más 42 mil 645 muertes en nuestro país, pero, ¿sabrá el gobierno cuánta gente se está enfermando de Covid-19 y no está acudiendo a algún hospital a atenderse, porque no hay dónde hacerlo, o porque desgraciadamente teme entrar y salir dos semanas después en una urna hecha cenizas? No creo que lo sepa y ni le interesa saber. Toda esa gente no entra en las estadísticas oficiales y eso en verdad es alarmante, y lo digo con conocimiento de causa, pues en mi andar diario en las comunidades veo y escucho esos casos. ¡Cuánta indiferencia del presidente a que nos estemos muriendo como moscas!
¿Qué hacer ante esta coyuntura? Está claro que los afectados tenemos que organizarnos y luchar. ¿Cómo tiene que ser esa lucha? Pues la lucha tiene que ser pacífica y por la vía democrática, nosotros contamos con un arma muy poderosa: el voto, y es a través de éste que podemos cambiar la clase gobernante actual por otra que gobierne como reza el principio de la democracia: por el pueblo y para el pueblo.
Este planteamiento tampoco es nuevo, desde hace 46 años el Movimiento Antorchista Nacional lo ha venido gritando a los cuatro vientos, pues tenemos claro que para poder erradicar la pobreza, tenemos que realizar una justa distribución de la renta nacional, aplicando los cuatro ejes del modelo económico que desde nuestro 40 aniversario venimos planteando, y eso sólo es realizable con la toma del poder político de la nación. Por eso llamamos a todos los mexicanos a sumarse a nuestra organización, vayamos juntos a construir el partido político que necesita la clase trabajadora de nuestra patria, uno totalmente distinto al actual menú de partidos que sólo se acuerdan del pueblo cada tres o seis años.
En #Antorcha descartamos las luchas violentas, pues tenemos ejemplos en nuestra historia que con ellas no se llega a buen puerto, en la revolución de 1910 los campesinos, obreros y mineros fueron usados como carne de cañón y la clase que se sentó a gobernar olvidó de inmediato las banderas de su lucha, la Constitución Política fue promulgada el 5 de febrero de 1917 reconociendo en su artículo 27 la figura del Ejido (demanda lanzada por Emiliano Zapata en su Plan de Ayala de 1911), pero ese precepto permaneció como letra muerta por casi dos décadas hasta 1936 cuando el presidente Lázaro Cárdenas hizo el primer reparto agrario; y hasta hoy, 103 años después siguen sin cristalizarse efectivamente los logros plasmados en nuestra Carta Magna. Igualmente descartamos los movimientos espontáneos, ya que estos tienden a ser manipulados por “líderes” que buscan lograr negociaciones a título personal con la autoridad en turno o simplemente quieren desestabilizar el régimen, haciendo a un lado las demandas del movimiento.
Lenin lo señaló desde 1893: “lo esencial es la lucha política. ¡Tenéis que sostener la lucha política!”. Y ¿quién será el protagonista de dicha lucha? El mismo pueblo lacerado es quien debe luchar por su auténtica emancipación política, y lograr la reivindicación de sus intereses colectivos. Desorganizados somos polvo social, debemos pasar a ser una roca social, tan sólida y tan inmensa, que pueda aplastar a cualquier político o “mesías” que la intente fisurar. #OrganizateConAntorcha


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