Ray
Acosta
Vamos
a suponer que el presidente de la república, Andrés Manuel López
Obrador, ha logrado “algo” en sus dos años en el poder. Yo no lo
he visto, pero, supongamos. Ese algo ha sido completamente opacado
por una serie de errores estratégicos, contradicciones y actitudes
de parte de miembros de su gabinete y señora, cuya joya es el tuit
de la no-primera dama Beatriz Gutiérrez Müller que se inscribió
con letras de oro en la historia reciente del México digital y que
opacó el segundo aniversario de la Cuarta Transformación: “No soy
médico, a lo mejor usted sí. Ande, ayúdelos”. Además, si
comparamos la expectativa que generó su llegada al poder y el
“derrocamiento” de los gobiernos de “antes” contra las
promesas incumplidas, su fracaso adquiere dimensiones épicas.
Para
llevar el hilo de esta charla recordemos cuatro promesas de la
campaña de AMLO: dijo que acabaría con la inseguridad y la
corrupción, que habría crecimiento económico y que
sería el presidente con más sentido social.
El
gobierno de “primero los pobres” se convirtió en uno de los
países del mundo que peor ha manejado la pandemia pues López
Obrador minimizó la crisis del Covid-19, luego dijo: “el 19 de
abril vamos a poder salir de la gravedad”, pero López Gatell le
respondió: “más o menos”. México inició la cuarentena dos
semanas después que los demás y la dio por terminada el sábado 30
de mayo con 9 mil 779 muertes y 87 mil 512 casos detectados, antes
del 27 de junio, día del pico más alto. El problema es que la
emergencia sanitaria continúa, ya rebasamos a España e Italia y el
saldo hasta el momento son 42,645 fallecidos, resultado de la
irresponsable forma de proceder del primer mandatario.
En
campaña, AMLO se comprometió a establecer: “un sistema de salud
de primera. Como en Canadá o como en los países nórdicos”. Sin
embargo, la realidad desmiente al presidente: el desabasto de
medicamentos en México es más real que nunca, quitar medicinas a
niños enfermos de cáncer y regañar a enfermeras y doctores por “no
comprar dichas medicinas” con su dinero, es hilarante; crear el
Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), sí, ese mismo que ni
siquiera Mario Delgado utiliza pues prefiere el Hospital ACB pagado
de nuestros impuestos, es un reflejo del viejo priismo que quiere
ponerle su “toque personal” a las instituciones del sexenio, así
de simple.
En
campaña, López Obrador aseguró que los mexicanos “sentiríamos
la diferencia desde el primer día”, pero es uno de sus fracasos
más sonados: todos sentimos el alza de la inseguridad.
“Independientemente” del ataque que sufrió Omar García Harfuch,
secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, en la
misma semana de su informe y de la liberación del hijo del Chapo al
que llamó presunto delincuente, los datos son contundentes:
En 2012 hubo 60 mil muertes durante los seis años de Felipe
Calderón, pero en la administración de López, ha habido 53 mil
personas asesinadas en un año y medio y son responsabilidad de AMLO.
Desde
el año 2000, Andrés Manuel López Obrador fue un duro juez de los
presidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña nieto, en
todos los rubros, incluido “el fracaso de todos ellos en la
economía”. Dijo, “la media de crecimiento en 30 años (culpa de
las políticas neoliberales) fue de 2% anual”. El 14 de agosto de
2019 en Oaxaca prometió: “crecer a una tasa promedio del 4%,
nacional”. Sin embargo, antes de que empezara la pandemia el
crecimiento fue de 0.01% lo que López Obrador consideró un
“triunfo” pues sus decisiones “evitaron” una recesión, de
acuerdo con sus datos “vamos muy bien”.
Arturo
Herrera Gutiérrez, Subsecretario de Hacienda y Crédito Público
declaró que en abril de este año que la caída de nuestra economía
fue del 17%. El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que para
todo 2020 la economía mexicana bajará 10.5%, seremos el país más
golpeado de América Latina. La razón: las malas decisiones
estratégicas que ha tomado nuestro presidente.
Durante
la pandemia, en lugar de ayudar a la gente, el gobierno ofreció
“préstamos” y terminar el confinamiento antes para “reactivar”
la economía. Como resultado de esta política 12 millones de
mexicanos han sido afectados en sus ingresos y 34 millones tienen
necesidad de empleo. Además de anunciar el final de la pandemia,
López Obrador también dijo que llegaba el final de la crisis
financiera de México: “Ya en julio, no vamos a perder empleos”,
declaró. Otra vez, la realidad tiene otros datos.
Finalmente,
la joya de la corona: “se va a acabar la corrupción… y vamos
también a transparentar los bienes de TODOS los funcionarios
públicos”, prometió en campaña y agregó categórico: “quiero
que me tapen la boca”. Concedido: Irma Eréndira Sandoval,
secretaria de la Función Pública, Zoé Robledo, director del IMSS,
Manuel Bartlett y su hijo llegaron como este terco y molesto
tapa-bocas. Según John Ackerman y Epigmenio Ibarra TODAS estas
denuncias son “fabricadas”, pagadas por los “conservadores”.
El
pueblo de México debe tomar el poder en sus manos y no soltarlo. Los
mexicanos deben prepararse y gobernar. Está claro que la clase
política mexicana no ha estado a la altura de su gente desde la
misma Independencia de México; solo Benito Juárez y Lázaro
Cárdenas pueden rescatarse, los demás, no. El proyecto del
Movimiento Antorchista es el más sólido y grande del país, el que
tiene más la experiencia y casos de éxito como los de Tecomatlán,
Huitzilan de Serdán, Chimalhuacán e Ixtapaluca y otros cientos de
poblaciones donde, sin ser gobierno, hemos gestionado más que los
mismos municipios como el caso de Texcoco. Ante las contradicciones
del presidente y los desatinos del pasado, solo nos queda mirar al
futuro: el gobierno del pueblo iluminados por la luz de la Antorcha:
el gobierno ciudadano del pueblo para el pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario