miércoles, 24 de septiembre de 2025

Secretario de Hacienda, Édgar Amador, al comparecer en la Cámara de Diputados en el marco de la entrega del Paquete Económico 2026

 Palabras del secretario de Hacienda, Édgar Amador, al comparecer en la Cámara de Diputados en el marco de la entrega del Paquete Económico 2026 Buenas tardes a todas y todos. Quisiera comenzar afirmando que el Paquete Económico 2026 presenta un presupuesto humanista y responsable, que provee los ingredientes para un mayor crecimiento económico de largo plazo con el fin de lograr una nación que base su convivencia en la prosperidad compartida. Nuestra política económica se construye sobre tres pilares fundamentales: en primer lugar, garantizar los derechos sociales y los programas de bienestar para la población, asegurando acceso efectivo y digno a la salud, educación, vivienda, trabajo y protección social. En segundo lugar, impulsar la inversión productiva a través del Plan México, integrando más a las empresas mexicanas dentro de las cadenas de valor domésticas y globales y, en tercer lugar, preservar la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad de las finanzas públicas, condición indispensable para transmitir confianza, atraer inversión y sostener el crecimiento en el tiempo. Este Paquete Económico ha sido diseñado en un contexto de circunstancias internacionales desafiantes que debemos enfrentar con cautela. Los Criterios Generales de Política Económica que sustentan nuestras proyecciones están construidos sobre una congruente con la situación económica actual, tomando en cuenta los retos internos y globales y asegurando una consolidación fiscal responsable, sostenida y congruente con el objetivo de sostenibilidad en el mediano y largo plazos. Es importante resaltar el contexto en el que nos encontramos, caracterizado por un entorno internacional muy complejo. La economía resultante de la pandemia, las diversas tensiones geopolíticas, especialmente en el conflicto de Europa del Este, y la redefinición de las reglas comerciales en los Estados Unidos reorientaron a la mayoría de las economías a asegurar insumos estratégicos, priorizando en muchos casos la oferta doméstica de bienes y materias primas frente a la dependencia externa. Bajo esta coyuntura, el Presupuesto 2026 da continuidad a la visión de un modelo de gobierno humanista. Este Paquete Económico se centra en garantizar y fortalecer los programas de bienestar, salud, educación y vivienda social al tiempo que asegura la inversión pública en proyectos prioritarios como elemento dinamizador y en coordinación con el sector privado, para consolidar la visión de largo plazo plasmada en el Plan México. En el presupuesto de 2026 se prevé una inversión social equivalente a por lo menos 2.5% del PIB, lo que provee una base de consumo sólida y apoya una demanda agregada estable mediante una política de bienestar compartida que permitirá que los recursos beneficien a casi 82% de las familias de nuestro país. Un componente clave será la Pensión Mujeres Bienestar que reconocerá a todas las mexicanas de entre 60 y 64 años, integrándose al esquema ya existente para adultos mayores y el correspondiente a personas con discapacidad. En educación, se fortalece la cobertura con la Beca Universal ‘Rita Cetina’, que en 2025 cubre a todas y todos los estudiantes de secundaria pública y para 2026 el Gobierno ampliará la cobertura a estudiantes de primaria, otorgando la beca a 17 millones de estudiantes de educación básica, para lo cual contemplamos un presupuesto de 129.4 mil millones de pesos. En paralelo, el sector salud dará un paso decisivo con la consolidación del IMSS Bienestar como sistema nacional de atención a la población que aún no cuenta con seguridad social, acompañado de iniciativas complementarias como brigadas domiciliarias, servicios de laboratorio en clínicas locales y un esquema de compras unificadas de medicamentos, lo que reducirá desigualdades en el acceso a la salud. Con el énfasis en la combinación de la inversión social y la reactivación de la obra pública, damos continuidad al cambio de visión iniciado en la administración anterior, cuyo esfuerzo contribuyó a que 13.4 millones de personas salieran de la pobreza entre 2018 y 2024 reduciendo así el coeficiente de desigualdad, situando a México como el segundo país con menor desigualdad en el continente. En su vertiente de impulso al desarrollo económico, el presupuesto 2026 contribuye a los objetivos del Plan México impulsando la modernización de la infraestructura estratégica del país con una inversión superior a 536 mil millones de pesos. Entre los proyectos estratégicos se incluyen nuevas conexiones ferroviarias, la rehabilitación de tramos carreteros clave y obras en puertos, sistemas hidráulicos y apoyo al sector agrícola. Con estas acciones, buscamos integrar mejor a las regiones, detonar la actividad productiva y ampliar las oportunidades de empleo formal. La reducción contundente en los índices de pobreza y la mejoría en las condiciones de bienestar se han concretado manteniendo una inflación, dentro del rango de variabilidad del Banco de México, lo que ha permitido que el emisor central continué con la reducción de su tasa de referencia, mientras que la Inversión Extranjera Directa alcanzó un máximo histórico de 34.3 mil millones de dólares en el primer semestre, mientras que se muestra el dinamismo continuo de nuestro sector exportador. Con estos fundamentos, estimamos que en 2026 la economía crecerá entre 1.8% y 2.8% impulsada por una dinámica inversión pública que servirá para potenciar la inversión privada, un sólido consumo interno, dinamismo exportador y un marco fiscal que otorga certeza y estabilidad. Al mismo tiempo, hemos trazado una agenda de mediano plazo para fortalecer las capacidades productivas y generar mayor valor agregado nacional al Plan México. Esta estrategia busca fortalecer las cadenas de valor locales y potenciar las vocaciones productivas de nuestras regiones. Para ello, contamos con una amplia cartera de proyectos de inversión pública, acompañada de inversión privada en sectores estratégicos como semiconductores, electromovilidad, farmacéutica, dispositivos médicos, petroquímica y aeroespacial. Con ello abordamos el segundo eje estratégico del presupuesto que busca potenciar la industria mexicana y catalizar la inversión privada a través de la política industrial e inversión pública impulsando proyectos mixtos en sectores clave. En el Corredor Interoceánico del Istmo y en los Polos de Bienestar aplicamos incentivos fiscales como la deducción acelerada de inversiones y para inversión en capacitación que aumentan la rentabilidad de los proyectos, a la par que fortalecen la innovación, generando empleos de calidad y promoviendo un desarrollo urbano sustentable y humanista. En el sector energético continuaremos apoyando a Petróleos Mexicanos durante 2026 para asegurar la sostenibilidad financiera y operativa de la empresa a partir de 2027 y promover la soberanía energética de nuestro país. Este esfuerzo se ha concentrado en revertir la dirección que tomó el saldo de la deuda financiera de Pemex entre 2008y 2018, período durante el cual más que se duplicó, pasando de 43.3 a 105.8 mil millones de dólares. Ese irresponsable legado nos ha exigido una estrategia de capitalización y financiamiento ordenada y con objetivos claros: fortalecer la posición financiera de la empresa, mejorar el perfil de vencimientos de la deuda y contribuir a una recuperación operativa de Petróleos Mexicanos. La estrategia de capitalización y financiamiento de Petróleos Mexicanos ha concluido con resultados positivos. A través de operaciones financieras como las recompras de bonos con vencimientos de corto plazo, especialmente entre 2026 y 2029, así como de emisiones en euros y dólares por más de 13 mil millones de dólares equivalentes, se logró reducir la carga presupuestaria de la empresa en lo que resta de la administración. El reconocimiento del mercado ha sido inmediato. La alta demanda en las colocaciones, la compresión de diferenciales en euros y dólares, y la participación de más de 500 inversionistas internacionales reflejan la confianza en la conducción de la política fiscal y financiera del país, así como un voto de confianza Las agencias calificadoras Fitch y Moody’s respondieron elevando la calificación crediticia de Pemex, un hecho que no ocurría desde 2013. La confianza renovada de los mercados y las acciones positivas de las calificadoras demuestran que México está recuperando la capacidad de transformar sus recursos energéticos en crecimiento sostenible, al tiempo que preserva la estabilidad macroeconómica. En el frente presupuestario internacional, muchos países llegan a 2026 con déficits elevados, altas relaciones de deuda/PIB y mayores costos financieros. México en cambio, transita una ruta de consolidación fiscal convincente, preservando confianza y estabilidad macroeconómica. La política fiscal para 2026 mantiene como principio rector la responsabilidad hacendaria, combinando prudencia en el manejo de las finanzas públicas con una clara orientación hacia el bienestar social y la inversión estratégica. El Gobierno de México ha definido como objetivo alcanzar un superávit primario por segundo año consecutivo, para 2026 se espera que sea equivalente a 0.5% del PIB, consolidando así una trayectoria ordenada que fortalece la confianza en la conducción macroeconómica. Este esfuerzo se complementa con un proceso de reducción gradual del déficit presupuestario, lo que permitirá reducir los Requerimientos Financieros del Sector Público de 5.7% del PIB, en 2024, a 4.1% en 2026. De esta manera, la política fiscal contribuye a anclar las expectativas de sostenibilidad y preserva el acceso a financiamiento en condiciones competitivas. Un elemento central de esta estrategia es la estabilización de la deuda pública. El Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) se mantendrá en torno a 52.3% del PIB en 2026, un nivel bajo frente a economías de desarrollo similares, y que refleja un compromiso explícito de no permitir que el endeudamiento crezca por encima de la capacidad productiva del país. Dicha solidez fiscal se está consiguiendo a través de eficiencias y una mayor disciplina fiscal. Para 2026, se espera que los Ingresos Tributarios representen 15.1% del PIB, nivel sin precedentes en la historia, el cual muestra una política de recaudación sólida y sostenible. Dentro de las acciones para alcanzar esta cifra, se encuentra la reforma a la Ley Aduanera, la cual incorpora controles más estrictos en regímenes especiales, sanciones más efectivas y un proceso de digitalización integral. Este y otros instrumentos propuestos en el Paquete Económico cierran espacios de elusión fiscal, simplifican trámites y brindan mayor certeza y transparencia en el comercio exterior. Todo ello se articula bajo una arquitectura financiera en la que el IPAB, se adhiere a los estándares internacionales, por lo tanto, la Iniciativa de Ley de Ingresos 2026 establece que las cuotas pagadas al IPAB por las instituciones de la banca múltiple destinadas a cubrir los pasivos heredados a las mexicanas y mexicanos por el rescate bancario del FOBAPROA, no serán deducibles, mientras se preserva mediante acciones decididas la solvencia bancaria, se protege a los ahorradores y minimizan riesgos sistémicos. Como parte de la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación, también hemos incorporado contribuciones que buscan apuntalar la política de salud pública de la administración. La evidencia muestra que los consumos nocivos generan costos sanitarios que recaen de forma desproporcionada sobre los hogares de menores ingresos y generan presión en el mediano y largo plazos sobre el gasto en salud pública. Estas decisiones, tienen como propósito contribuir a la creación de una sociedad con comportamiento saludable, al tiempo que se destinan mayores recursos a la prevención y atención médica de manera directa y transparente. El mensaje que el Ejecutivo envía a esta honorable institución es claro: proteger a las personas, ordenar las finanzas y fortalecer la capacidad productiva del Estado, garantizando programas sociales con presupuesto real, apoyo al sector energético como un eje estratégico de soberanía, promoviendo un sistema bancario sin privilegios y una política tributaria que reduce daños y amplía el bienestar. El Paquete Económico 2026 expresa nuestro compromiso con la estabilidad macroeconómica, con la responsabilidad fiscal y con el bienestar de la población. Nuestro modelo de desarrollo implica finanzas públicas sanas y resultados concretos en crecimiento, empleo, inversión y reducción de la desigualdad porque si tuviéramos que sintetizar en una frase el diseño subyacente en los presupuestos de los gobiernos de la transformación esta sería nuestra divisa inequívoca: “por el bien de todos, primero los pobres”. Agradezco a esta Soberanía su compromiso en la revisión del Paquete Económico y reitero toda nuestra disposición para atender sus comentarios e inquietudes.

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