(02 de julio, 2020) Más
de un tercio del empleo formal y un cuarto del producto interno bruto
(PIB) de América Latina y el Caribe se generan en sectores fuertemente
golpeados por la crisis económica derivada por la enfermedad del
coronavirus (COVID-19), informó hoy la CEPAL en un
nuevo estudio sobre los impactos de la pandemia en la región. Más aún,
menos de la quinta parte del empleo y del PIB se generan en sectores que
serían afectados solo de forma moderada.
La
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dio a
conocer este jueves 2 de julio su Informe Especial COVID-19 N⁰ 4
titulado Sectores
y empresas frente al COVID-19: emergencia y reactivación, el cual fue presentado por la Secretaria Ejecutiva del
organismo, Alicia Bárcena, en una conferencia de prensa virtual realizada desde su sede central en Santiago de Chile.
La
crisis económica derivada de la pandemia ha llevado a la suspensión
total o parcial de las actividades productivas.
En el informe, se identifican tres grupos de sectores según la magnitud
de los efectos de la crisis (fuertes, significativos y moderados).
Los sectores más afectados son el comercio mayorista y minorista; las actividades comunitarias sociales y personales; hoteles y restaurantes;
actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, y las manufacturas.
“La
crisis golpea con mayor intensidad a los sectores industriales
potencialmente de mayor dinamismo tecnológico y, por lo tanto,
profundizará
los problemas estructurales de las economías de la región. Esto
significa que, si no se implementan políticas adecuadas para fortalecer
esas ramas productivas, existe una elevada probabilidad de que se genere
un cambio estructural regresivo que conduciría
a la reprimarización de las economías de la región”, advirtió Alicia
Bárcena en la presentación del informe.
Según
el estudio, la gran mayoría de las empresas de la región han registrado
importantes caídas de sus ingresos y presentan dificultades para
mantener sus actividades, ya que tienen serios problemas para cumplir
con sus obligaciones salariales y financieras, y dificultades para
acceder a financiamiento para capital de trabajo. De acuerdo con
información recopilada hasta la primera semana de junio
de 2020, el impacto será mucho mayor en el caso de las microempresas y
las pymes (mipymes). La CEPAL estima que cerrarían más de 2,7 millones
de empresas formales en la región
¾ de
las cuales 2,6 millones serían microempresas¾
con una pérdida de 8,5 millones de puestos de trabajo, sin incluir las
reducciones de empleos que realicen las empresas que seguirán operando.
El impacto será muy diferente según el sector y el tipo de empresa.
Varios
de los sectores fuertemente afectados, como el comercio y los hoteles y
restaurantes, cuentan con gran cantidad de microempresas
y pequeñas empresas, que serán las más golpeadas. Por
ejemplo, el comercio perderá 1,4 millones de empresas y 4 millones de
puestos de trabajo formales, mientras que el turismo perderá por lo
menos 290.000 empresas y un millón de puestos
de trabajo.
A
partir de marzo de 2020, para sostener la estructura productiva y
evitar la pérdida de empleos y la destrucción de capacidades en las
empresas,
los gobiernos anunciaron un conjunto amplio de medidas. La CEPAL ha
identificado 351 acciones, agrupadas en seis categorías según sus
objetivos: liquidez, crédito, ayuda directa, protección del empleo,
apoyo a la producción, y exportaciones. El detalle sobre
todas ellas está disponible en el Observatorio COVID-19,
que la Comisión ha implementado al servicio de las necesidades de sus países miembros.
La
postergación de pagos y la mejora en el acceso al crédito han sido las
acciones más frecuentes para enfrentar la emergencia generada por
la crisis actual. Estas medidas suponen que las empresas generarán
utilidades con las cuales devolver los créditos y los impuestos y pagos
diferidos, pero las perspectivas no indican que eso sucederá por sí solo
en un plazo de un par de años ya que, muy probablemente,
la recuperación del sector empresarial será lenta y gradual, advierte
el organismo de las Naciones Unidas.
Ante esta situación, la CEPAL enfatiza la necesidad de dar una respuesta a gran escala
para evitar la destrucción de capacidades productivas. Para ello propone cuatro conjuntos de medidas:
2. Cofinanciar la nómina salarial de las empresas durante seis meses para evitar la destrucción de
capacidades.
3. Realizar transferencias directas a los trabajadores autónomos.
4. Apoyar a las grandes empresas de sectores estratégicos que resulten gravemente afectadas por la
crisis.
En
particular, la CEPAL promueve la postergación o cancelación de los
pagos de impuestos, imposiciones previsionales y contribuciones
territoriales,
o adelanto de las devoluciones de impuestos por lo menos hasta finales
del 2020, así como la suspensión del pago de los servicios básicos (luz,
internet y gas) sin pago de multas, hasta finales de 2020. Asimismo,
propone la flexibilización de las condiciones
de crédito aumentando los períodos de gracia a por lo menos un año y
los plazos a cinco años o más, junto con reforzar las operaciones de
crédito mediante la banca de desarrollo.
La
cofinanciación de la nómina salarial se daría en diferentes
proporciones según el tamaño de la empresa, desde 30% a las grandes
hasta 80%
a las microempresas. Se estima que esta medida tendría un costo
equivalente a 2,7% del PIB regional. Por su parte, las contribuciones en
efectivo a 15 millones de trabajadores costarían 0,8% del PIB.
Asimismo,
la Comisión resalta que es necesario tener en cuenta el rol importante
que juegan las grandes empresas ya que proveen el 39% del
empleo formal y más del 90% de las exportaciones. Entre las medidas
para la reactivación, la CEPAL incluye, además del cofinanciamiento a la
nómina y las mejores condiciones de acceso al crédito, la posibilidad
de que el Estado participe en la recapitalización
de grandes empresas de sectores estratégicos. En este ámbito, también
es relevante aumentar la eficiencia, transparencia y regulación de los
mercados de capitales.
Estas
propuestas complementan a las ya anunciadas anteriormente por la CEPAL:
la entrega de un ingreso básico de emergencia (BEI) equivalente
al valor de una línea regional de pobreza por seis meses a toda la
población de América Latina y el Caribe en situación de pobreza, y la
provisión de un bono contra el hambre equivalente al 70% de la línea de
pobreza extrema regional
El
ingreso básico de emergencia (BEI), el bono contra el hambre y los
apoyos a las empresas y el empleo son un conjunto articulado de medidas.
El BEI y el bono contra el hambre buscan proteger a los sectores
vulnerables y reducen la caída de la demanda con los consiguientes
menores impactos negativos en las empresas y el empleo. Por su parte,
las medidas de apoyo a las empresas permiten salvar empleos,
lo que evita el aumento de la pobreza y la pobreza extrema, reduciendo
así el costo de las medidas de alcance social.
Según
el informe, la crisis generará cambios al interior de las empresas y en
la organización de las cadenas productivas. Las nuevas tecnologías
serán clave en el modelo de funcionamiento de las empresas.
“La búsqueda de mayor productividad y eficiencia tiene que avanzar hacia una transformación sostenible e inclusiva.
Las políticas industriales activas
serán esenciales para evitar que la crisis lleve al cierre de empresas,
pérdida de empleos y costos para el medioambiente”, enfatizó Alicia Bárcena.
En
este sentido, la CEPAL remarca que las cadenas productivas
experimentarían una profunda reorganización. Las grandes empresas
buscarán aumentar
la resiliencia en las redes de producción diversificando proveedores en
términos de países y empresas para reducir su vulnerabilidad,
privilegiando proveedores más cercanos (nearshoring) y relocalizando procesos productivos y tecnológicos estratégicos
(reshoring). Asimismo, la ruptura de redes internacionales de
proveedores genera oportunidades para el desarrollo de capacidades
nacionales y regionales, indica el informe.
La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL remarcó finalmente que
la crisis del COVID-19 resalta la necesidad de avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo. Por ello, son necesarias “políticas
que permitan atender la emergencia e implementar una estrategia para
superar las debilidades estructurales de las economías y sociedades”, declaró.
Más información:
- TRANSMISIÓN EN VIVO.
- Documento completo. Informe Especial COVID-19 N⁰ 4 de la CEPAL: Sectores y empresas frente al COVID-19: emergencia y reactivación.
- Presentación de la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.
- Observatorio COVID-19 en América Latina y el Caribe (con acceso a los anteriores Informes Especiales COVID-19 de la CEPAL).
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