Laura
Castillo García
Vocera del Movimiento Antorchista en el
Estado de México
Sí,
como él mismo lo reconoció en su conferencia mañanera del jueves 10 de octubre,
el presidente Andrés Manuel López Obrador ya parece disco rayado: “antes había
corrupción, ahora no, no somos iguales a los conservadores; antes había
privilegios; ahora no, no somos iguales; antes había…, antes había…, antes
había; ahora no…, ahora no…, ahora no”, y así hasta el infinito.
Tal
parece que López Obrador cree -como Joseph Goebbels, el famoso ministro
encargado de la propaganda del gobierno de Adolfo Hitler, en la Alemania nazi-
que repetir, repetir y repetir una mentira, la convierte en realidad a los ojos
de la masa ciudadana a la que quiere convencer y seducir con sus dichos.
Así,
con interminables repeticiones sobre que su gobierno no puede avanzar porque
“los conservadores” le dejaron un país en ruinas, López Obrador justifica su
falta de pericia para gobernar, lo cual se mira en cualquier tema, en cualquier
asunto, por mínimo que sea, que el Presidente aborda, ya sea en las
conferencias mañaneras o en cualquier lugar del país donde se presente.
No
está a discusión la eficiencia de la propaganda lopezobradorista, fiel reflejo
de la diseñada por el fascista Goebbles: a 10 meses de su administración, y
gracias a las incontables repeticiones en contra de “los conservadores”,
millones de mexicanos aún creen en el Presidente de la República.
Pero
también hay otros tantos millones de mexicanos que poco a poco se han
desencantado, y tanto que ya hasta están pensando en que “los conservadores”
gobernaban mejor. Y es que sin justificación alguna corrió a miles de sus
trabajos; a otros les cerró las guarderías infantiles o los comedores
comunitarios; hay quienes se quejan de que no reciben el apoyo prometido en las
tarjetas de bienestar o en las becas a estudiantes; a los enfermos de los
riñones, de cáncer o de alguna otra enfermedad seria, los dejó sin
medicamentos, sin doctores, sin enfermeras, amén de que echó al bote de la
basura millones y millones de pesos al cancelar la construcción del aeropuerto
de Texcoco, y otras negativas acciones de ese estilo.
En
la suma de esas acciones negativas, millones de mexicanos también se han
desencantado con la falta de obras en sus comunidades, gracias a que el señor
presidente canceló un programa a través del cual los gobiernos estatales y
municipales resolvían problemas de ese tipo de las comunidades marginadas.
No
es todo: ahora, el gobierno de López Obrador quebranta las leyes que, en
esencia, los conservadores respetaron por estar incluidas en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
¿Acaso
el gobierno de López Obrador no viola el artículo 9o constitucional, que garantiza
el derecho de asociación y reunión pacífica de los mexicanos, al prohibir la
celebración de un festejo político por los 45 años del Movimiento Antorchista
Nacional en el sureste mexicano?
Lo
viola y lo vuelve a violar al ordenarle a los propietarios del estadio de
futbol Víctor Manuel Reyna que deshiciera el contrato firmado hacía varios
meses para llevar a cabo el evento político que reuniría a 60 mil antorchistas
provenientes de los estados de Tabasco, Yucatán, Campeche, Quintana Roo y el
mismo Chiapas.
¿Por
qué el Ejecutivo Nacional ordenó cerrar todas las puertas en el estado
chiapaneco para realizar ese festejo? ¿Acaso es porque le tiene miedo al pueblo
organizado? ¿Acaso se quiere vengar del antorchismo nacional que no permitió
que lo calumniara e injuriara en los eventos que realizó para entregar los
programas sociales de bienestar?
Dicen
los que saben que a López Obrador no se le puede contradecir porque a quienes
lo hacen los considera sus enemigos. Todo parece indicar que este sentimiento
es el que domina a AMLO cuando del Movimiento Antorchista Nacional se trata.
Nadie,
ni el propio presidente de la República tiene derecho a conculcar los derechos
constitucionales que los mexicanos hemos ganado luego de muchos años de luchar
para que la democracia se consolide en el país.
Ante
esta grave situación de arbitrariedad gubernamental, se hace más necesario que
nunca que los mexicanos se organicen, se eduquen y estén dispuestos a
conquistar el poder político nacional para que la mayoría de mexicanos tenga
seguridad de que todas las leyes y los derechos humanos universales se apliquen
conforme a derecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario