Introducción
Derivado del Covid-19 se han
realizado revisiones profundas a las estimaciones de crecimiento para
la economía mundial y de México. Aún hay mucha incertidumbre en el
entorno, por la duración voluntaria o involuntaria del
distanciamiento social, y los choques por el lado de la oferta y la
demanda.
Pronósticos Macro
2020 2021
PIB -8.70% 3.43%
Tipo de cambio $22.50 $23.00
Tasa Banxico 4.25% 3.75%
Inflación 3.27% 2.95%
Fuente: Intercam.
Estimamos una contracción de
la economía de 8.7% en 2020, principalmente por la caída en el
consumo privado, una reducción de doble dígito en la inversión
privada y menores exportaciones. Anticipamos limitada volatilidad en
el tipo de cambio y tasas de referencia a la baja dados los niveles
de inflación y la brecha negativa de producto.
Consumo
El factor dominante de la
economía mexicana se habrá de contraer 7.4%, afectado por la
pérdida del empleo y la caída en ventas al menudeo. Exceptuando el
consumo básico, las ventas de casi todos los productos se han visto
frenadas ante el cierre de la economía en los meses de abril y mayo,
por las medidas de distanciamiento social.
Datos de mayo de desempleo del
IMSS muestran una caída de 344.5 mil empleos formales. Aunque la
pérdida de empleo es menor a la de abril, los siguientes meses
seguirán sumamente afectados. Adicionalmente, el desempleo
-incluyendo el sector informal- pudiera alcanzar una tasa de doble
dígito. La pérdida de empleos esperada para el año asciende a un
rango de entre 800 mil y un millón de empleos. El IGAE, que resulta
ser una aproximación bastante certera del PIB, muestra una
contracción histórica al mes de abril de 19.9%. La caída en la
actividad económica fue mayor a las estimaciones. Podemos estimar
entonces, que en el segundo trimestre del año, la economía habría
caído el 18.3%.
Expectativas de las
principales variables mexicanas 2020 y 2021
No obstante, el consumo básico
se mantendrá resiliente, apoyado también por las remesas que se han
mantenido en crecimiento, aun considerando que en el mes de abril se
perdieron cerca de 20 millones de empleos en Estados Unidos y, aunque
han recuperado en los meses de mayo y junio, la tasa de desempleo se
ubica en 11.1%. Es posible que el buen comportamiento de las remesas
se deba a que los migrantes han recibido apoyo del gobierno, o bien
que han seguido percibiendo ingresos, al margen de la coyuntura
económica. Estimamos que las remesas pudieran seguir mostrando una
trayectoria ascendente en la medida que se espera una vigorosa
recuperación en la economía de Estados Unidos en el tercer y cuarto
trimestre del año.
Inversión privada
La inversión privada ha sido
el componente más afectado desde el 2016 y no muestra crecimiento en
los últimos años. Primero, fue afectada por factores de
incertidumbre relacionados con la elección de Donald Trump y la
renegociación del TLCAN. Más recientemente, por el cambio de
administración. En el mes de abril, la inversión fija bruta se
contrajo 36.9% mostrando una caída histórica en términos
mensuales. La incertidumbre sobre políticas públicas, las
decisiones en torno a la cancelación del NAIM, y diversos proyectos
productivos como la planta cervecera, y la más reciente sobre
energías limpias, han frenado la inversión en su totalidad y ahora
también se suma el tema de la pandemia. Ante la caída de la demanda
agregada, los agentes económicos no se han visto en la necesidad de
poner en marcha proyectos productivos. Estimamos que la inversión
privada se contraerá este año en 18.9% y la inversión fija bruta
en 16.7%.
Exportaciones
Para el sector de las
exportaciones, uno de los principales motores de crecimiento de la
economía, esperamos una contracción de (-) 5.5% anual en 2020. Las
cifras de abril y mayo mostraron importantes contracciones
(superiores a 50%) y esperaríamos ver una gradual recuperación en
la segunda mitad del año. Los estímulos monetario y fiscal en
EE.UU. ayudarán en buena medida a una recuperación rápida de
nuestro socio comercial más importante y a un resurgimiento de las
exportaciones, que creemos volverán al crecimiento en 2021 (5% e.).
Buena parte de la recuperación de las exportaciones no petroleras
dependerá de la velocidad con la que se reactive el consumo de
bienes duraderos en Estados Unidos y la reactivación de la
producción industrial en ese país. El consumo en EE.UU. se ha
logrado recuperar relativamente rápido en meses recientes, gracias a
que las ayudas del gobierno han demostrado ser capaces de incrementar
y sostener los ingresos de los estadounidenses. La producción
industrial ha sido más lenta en reactivarse, pero esperaríamos que,
sin nuevos brotes que detengan por completo la producción, esta
tenderá a recuperarse en los próximos 18 meses. En cuanto a las
exportaciones petroleras, éstas han manifestado recientemente
fortaleza, a pesar de las caídas de los precios en tiempos
recientes. Con que se mantenga una tasa moderada de expansión hacia
adelante, este rubro contribuirá también a un buen desempeño,
especialmente si la demanda no ve una nueva caída por el virus y si
se cumplen (aunque sea parcialmente) los objetivos de crecimiento de
producción en México.
El virus ha contribuido
fuertemente a generar presiones deflacionarias en la economía,
acelerando la convergencia de precios al objetivo del Banco de
México. La contracción económica ha provocado un alza en el
desempleo y menores presiones inflacionarias por el lado de la
demanda, que mantienen la expectativa de que durante 2020 y 2021 la
inflación permanezca cerca del nivel considerado estable. Con una
economía que opera por debajo de su potencial y un tipo de cambio
por debajo de los $24 pesos por dólar, la inflación tenderá a
permanecer cerca de 3%, con estimaciones de verla en 3.27% al cierre
de 2020 y 3.5% en 2021. Las alzas en precios de energéticos o bienes
importados por la
devaluación del tipo de
cambio serían más que contrarrestados por la debilidad económica,
además de los impactos de ésta sobre la demanda y los precios. El
riesgo más grande es que la depreciación del tipo de cambio se
agudice, pero esto sólo es previsible en un escenario de renovada
volatilidad a nivel global y problemas de liquidez en dólares. Dado
que la FED mantiene vigentes muchos de sus programas para atacar
estos problemas de liquidez, luce poco probable este escenario de
momento. La débil inflación a nivel global también contribuye a
esperar menores precios en bienes importados.
Tipo de cambio
Para el tipo de cambio lo peor
parece ya haber sucedido. La depreciación de marzo/abril, causada
por una ausencia de liquidez en un escenario de fuerte estrés en los
mercados, es un evento que puede evitarse de nuevo gracias a las
medidas adoptadas por la FED (swaps), que buscan impedir escasez en
mercados emergentes. Por supuesto, dado lo incierto del entorno nada
es descartable, pero al menos existen mecanismos para evitar
movimientos tan violentos en la cotización. La reducción de tasas
de interés en México también contribuye a reducir el atractivo de
activos de deuda mexicano a nivel global, pero es importante
considerar que los recortes a la tasa en México se dan de la mano de
recortes similares en dimensión en el resto del mundo; esto mantiene
las tasas relativamente altas aún en escenarios de mayores recortes
por parte de Banxico.
Por ello, esperamos
estabilidad del tipo de cambio hacia adelante, con estimaciones de
ver 22.5 al cierre de 2020 y 23 al cierre de 2021. Un escenario de
mayor depreciación es sólo concebible con nuevos brotes
generalizados a nivel global de COVID-19, que vuelvan a someter a
estrés a los mercados internacionales, además de un deterioro de
los riesgos locales. El impacto del virus en lasfinanzas públicas
será importante, pues podría descarrilar las ambiciones de
disciplina fiscal del gobierno y minar la confianza de inversionistas
locales y extranjeros, en un entorno donde el Gobierno Federal sigue
creando roces con la inversión privada. La situación de PEMEX y la
probable degradación de la calificación crediticia del país son
riesgos importantes en este sentido; aunque no los vemos detonarse
sino hasta 2022. Pero, en general, la tendencia del dólar frente a
las divisas del mundo se espera ligeramente a la baja en el futuro
visible, con crecientes déficits fiscales en EE.UU. y
unarecuperación global que históricamente suele jugar en contra de
la moneda americana.
Tasas de referencia
Dada la laxitud de las
políticas monetarias alrededor del mundo, los niveles de tasas de
interés en el mundo desarrollado y emergente, sumado a la baja
inflación en México, es previsible que la trayectoria de las tasas
de referencia en México se mantenga a la baja. Esperamos dos
recortes adicionales en el año para ubicar la tasa en 4.25% al final
del año. Un primer recorte en la siguiente reunión programada en
agosto se ha incorporado por completo en los mercados. Dada la
trayectoria de inflación y la coyuntura actual estimamos un recorte
adicional de 25 puntos base en la reunión de septiembre. Este
escenario será vigente si no existe un nuevo episodio de volatilidad
que impacte a la postre el tipo de cambio ya sea por factores
exógenos o endógenos. Las tasas en términos reales en casi todas
las economías del mundo, incluyendo las latinoamericanas, se
encuentran en cero o en terreno negativo lo que le da un amplio
margen al Banco de México para seguir relajando las condiciones
monetarias en el país.
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