Fuente: Juan Luis Ordaz, director de Educación Financiera Citibanamex
Para
evitar gastar más de lo que ganas, es recomendable apegarse a una regla
financiera básica, el monto del pago de deudas mensuales no debe ser
mayor al 35% de los ingresos descontando los
gastos fijos (aquellos que son necesarios realizar mes con mes como la
despensa, la luz, el agua, etc.), de ser así, hay un riesgo alto de caer
en una situación de incumplimiento de pago.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018, elaborada por la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores (CNBV),
en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI) más del 35% de los adultos mexicanos ha pedido dinero prestado
para cubrir gastos de comida, personales o pago de servicios, 27% lo ha
hecho para pagar gastos relacionados con la
salud, 11% para liquidar gastos de educación y 14% para solventar
alguna emergencia o imprevisto.
De
acuerdo con estimaciones del Banco de México (Banxico), 50% de los
usuarios de servicios bancarios en México tienen deudas en sus tarjetas
de crédito, hipotecas, créditos automotrices,
personales o de nómina.
Y tú, ¿estás sobre endeudado?
Estas son algunas señales que pueden ayudar a determinar si el nivel de endeudamiento y capacidad de pago están rebasados:
·
Para pagar tus deudas solicitas nuevos préstamos.
·
Sólo te alcanza para realizar el pago mínimo de la tarjeta de crédito.
·
Tienes que hacer uso de la tarjeta de crédito para financiar tus gastos corrientes.
·
Si al pagar las deudas del mes, se te va casi todo tu dinero.
Si te identificas con algunas de
estas señales, mantén la calma y elabora un plan para mejorar tus
finanzas. Mantener las deudas bajo control es posible, aquí te dejamos
algunos tips y recomendaciones que te ayudarán
a lograrlo:
·
Realiza un presupuesto e identifica gastos innecesarios, este el primer paso, te permitirá identificar los gastos superfluos
o que no son necesarios para disminuirlos o eliminarlos.
·
Aumenta pagos,
una vez que ya conoces el total de tus ingresos y cómo lo gastas, es
importante orientar el dinero al pago
de deudas. Por ejemplo, en la tarjeta de crédito no pagues solo el
mínimo porque la deuda se incrementa y se alarga. Por lo menos, trata de
pagar el doble. Una buena opción es aprovechar tus ingresos extras por
concepto de utilidades, prima vacacional, fondo
de ahorro, aguinaldo, etc. para liquidar deudas o destinar lo más
posible a su pago.
·
Cumple con todos tus créditos,
paga oportunamente
para mantener una buena calificación en el Buró de Crédito. Si te
atrasas o dejas de pagar se afectará tu historial crediticio y perderás
la posibilidad usar nuevos créditos que
podrías necesitar en el futuro para adquirir un auto o una casa.
·
Consolida tus deudas,
en el caso de tener varias tarjetas de crédito con retraso en los
pagos, consolida tus deudas en una
sola, así se podrán transferir los saldos de todas tus tarjetas a la de
menor costo financiero o menor tasa de interés, lo anterior te
permitirá concentrar tus esfuerzos de pago en un solo producto.
·
Créate el hábito del ahorro,
cuando hayas liquidado
tus deudas o la mayor parte de ellas, es probable que estés tentado a
aumentar tu gasto o a volver a endeudarte, sin embargo, lo mejor que
puedes hacer es continuar con la disciplina
adquirida y el dinero disponible lo destines al ahorro para afrontar
tiempos difíciles sin tener que recurrir a créditos.
·
Mide tu capacidad de gasto,
finalmente te
recomendamos definir tu capacidad para gastar cada mes. Para conocerla
es muy importante que consideres a tu ahorro como una cantidad fija que
destinas para este fin, utiliza la siguiente
fórmula:
Ingresos – Ahorro = Gasto
Lo que significa que mes con mes sólo puedes gastar la cantidad que quede al restar el ahorro a tus ingresos.
Una
consideración importante es que contraer deudas no es necesariamente
malo como la mayoría de las personas piensan. Si se emplea el crédito
para adquirir bienes de larga duración, para
incrementar el patrimonio o para iniciar un negocio, esta deuda es
positiva, debido a que dejará una ganancia al final del tiempo.
Un
ejemplo muy claro de una deuda buena es la compra de una vivienda que
posteriormente se puede rentar, sobre todo si la cuota a pagar mes con
mes de la hipoteca es menor a la renta, además
de que los bienes raíces tienden a aumentar su valor con el tiempo.
Lo
más recomendable es no contraer deudas que sostengan un estilo de vida
mayor al que nuestros ingresos nos lo permitan, no realizar gastos
innecesarios o compra de productos cuyo valor se
deprecia mientras los intereses aumentan.
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