Brasil
Acosta Peña
Tal
parece que al gobierno federal le importa más la economía
capitalista de un neoliberalismo desaparecido sólo en su mente, que
la vida y la salud de los mexicanos más humildes. No resiste las
presiones que le vienen de nuestro vecino país del norte, pues Trump
y los intereses de la industria norteamericana están ligados en
buena medida a la economía mexicana de exportación y presionan a
México a que abra sus ensambladoras y empresas de materias primas
para que abastezcan a las armadoras norteamericanas y puedan así
realizarse las ganancias capitalistas que, por lo visto, están por
encima de la salud de la población.
“Desde
el pasado 3 de mayo algunas armadoras de Estados Unidos comenzaron a
producir vehículos aún bajo la emergencia sanitaria por el
COVID-19, pero especialistas y líderes de la industria consultados
por El Financiero señalaron que, si las autopartes mexicanas no
regresan a trabajar, esto limitará a las armadoras en Estado
Unidos”. Por ende, la presión de Estados Unidos ya se deja sentir
en las verdades a medias del modelo matemático mal aplicado por el
gobierno federal que subestima, según especialistas, 30 veces la
realidad de lo que está sucediendo y en el reciente anuncio de la
apertura en parte de la economía según el Consejo de Salubridad
General que en su Twetter anunció las siguientes cuatro medidas:
1.
Se incorporan a la lista de actividades esenciales la construcción,
minería y fabricación de equipo de transporte por lo que podrán
reanudar operaciones.
2.
Se liberan restricciones para las actividades escolares y laborales
en municipios sin contagio que tengan vecindad con municipios también
libres de contagio.
3.
Todas las empresas y establecimientos aplicarán medidas sanitarias
de manear obligatoria en el entorno laboral, las cuales serán
emitidas por la Secretaría de Salud, el IMSS y la Secretaría del
Trabajo y Previsión Social.
4.
A partir del 1 de junio de 2020 la Secretaría de Salud definirá un
semáforo semanal para cada entidad federativa. Cada color permitirá
ciertas actividades económicas, educativas y sociales con niveles de
intensidad específicos.
Pero
en lugar de poner en riesgo a la población, como será el caso al
abrir la economía, con o sin semáforos, debería el gobierno
federal atender a los grupos más vulnerables dándoles la
oportunidad de seguir la cuarentena en casa pero con alimentos, es
decir, debería hacer caso al llamado ciudadano hecho por el
Movimiento Antorchista Nacional de instrumentar un plan nacional de
distribución de alimentos para que la gente se quede en casa y no
corra riesgo de contagio; o bien, de distribuir eficaz y
efectivamente recursos económicos a todos los mexicanos en situación
de vulnerabilidad; sin embargo, eso no está sucediendo. Lo que sí
está sucediendo es que México está cediendo a las presiones de los
intereses económicos de los Estados Unidos; lanza un decreto para
darle facultades al ejército para hacerse cargo de la seguridad
pública, es decir, estamos ante la militarización del país a la
que tanto se oponía el ahora Mario Delgado y el presidente, y que en
campaña, incluso, dijo que sacaría a los militares de las calles
para llevarlos a los cuarteles; sin embargo, como Morena y el
presidente Andrés Manuel López Obrador perciben una situación de
riesgo por el descontento social y el poco apoyo que han recibido de
su gobierno, antes de que se revele la población, Morena saca al
ejército a las calles para combatir cualquier brote de inconformidad
social.
En
efecto, Natalia Ix Chel Vázquez, coordinadora de la maestría en
Estudios de Paz de la UAEM en una nota publicada en el diario Impulso
del Estado de México, en su edición del 12 de mayo del 2020 ,
señaló que el Covid-19 ponía en riesgo la estabilidad social: “la
inconformidad ante la falta de recursos para respetar la cuarentena y
la falta de información en la población, pueden derivarse en más
hechos violentos en la entidad mexiquense, como los acontecidos en
cuatro municipios el fin de semana”. Esos brotes representan, aún
en una escala pequeña, pero significativa, el sentir de la población
ante la falta de alimentos. Pero los gobiernos, federal y estatal,
lejos de escuchar estos llamados y las alertas oportunas hechas por
el Movimiento Antorchista Nacional, prefieren sacar a las calles al
ejército vestido de Guardia Nacional para reprimir inconformidades.
Pero,
para evitarse la fatiga y la responsabilidad de distribuir alimentos,
presionados por el gobierno norteamericanos e importantes sectores
capitalistas mexicanos, el gobierno mexicano prefiere abrir la
economía, pese al riesgo social, aprovechando el hambre de la gente
que, si le dicen si prefiere ir a trabajar o quedarse en casa, para
recibir un poco de dinero y saldrán de sus casas arriesgando su vida
y la de sus familias.
Un
gobierno que se preocupe profundamente por la vida y la salud de sus
ciudadanos pondría por encima los intereses del pueblo y no los de
la empresa privada, nacional o extranjera. Un gobierno del pueblo
pondría por encima de todo, el interés del propio pueblo como le
hizo China: cerró definitivamente las ciudades en riesgo, construyó
hospitales en tiempo récord y entregó a la población recursos
suficientes para que estuviera en casa para combatir con eficiencia
el Covid-19. Estados Unidos, Italia, España, México, que no
pusieron atención a tiempo a las restricciones recomendadas por la
Organización Mundial de la Salud, que menospreciaron las
indicaciones por estar por encima de la vida de su gente el
sacrosanto interés privado por obtener la máxima ganancia, hoy
sufren las consecuencias.
El
resultado de este proceso será devastador, en la medida en que el
gobierno mexicano de Morena, de la 4ª T, no ha puesto atención a
las recomendaciones hechas por el propio pueblo que sufre, como la
distribución de alimentos. La necedad vuelta ideología está
golpeando a los más pobres con un discurso de que las cosas ya no
son como antes y de que “vamos bien”; sin embargo, en el fondo
las cosas no han cambiado sustancialmente: el escándalo de
corrupción del hijo de Manuel Bartlett en las narices de AMLO; el
doble discurso del gobierno federal que se oponía a la
militarización del país y que ahora la promueve; las acciones
precisas del gobierno tendientes a levantar las restricciones para
promover los intereses económicos de unos cuantos y no de las
mayorías, son algunas de las muestras de que las cosas no han
cambiado.
Según
la página (https://www.endcoronavirus.org/countries), México está
entre los países que aún debe tomar acciones enérgicas para
combatir la pandemia, lejos de estar pensando en abrir la economía;
sin embargo, el gobierno de México, con tantos datos lanzados como
verdades a medias; quitando a hospitales tan importantes como el ABC
la posibilidad de hacer pruebas, porque parece que exponen la verdad
y, como dijo una doctora amiga mía: “está más agresivo el
gobierno que el virus”, porque no les gusta que les digan la
verdad, está preparando el terreno para abrir la economía y dejar
que el pueblo se contagie y se muera.
Pueblo
de México, no queda de otra más que unirse, organizarse y educarse
para gobernar esta patria. Seguirlo dejando en manos de quienes no se
preocupan profundamente por los más humildes seguirá golpeándonos.
Esta pandemia, por la falta de apoyo del gobierno federal y estatal,
según el Coneval, dejará 10 millones de pobres más. Lamentable.
Estos datos son duros, pero ciertos.
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