Por Enric Corbera, conferencista, creador del
método de la Bioneuroemoción y fundador de Enric Corbera Institute.
La auténtica compasión es un estado mental en
el que utilizas correctamente la empatía. No te unes al sufrimiento de los
demás: te unes a ellos. Compartes su dolor, compartes sus vicisitudes, sus
problemas, pero no su sufrimiento.
Cuando comprendemos que la única manera de
trascender las experiencias de dolor de nuestra familia es volviéndolas a
revivir, dejamos de juzgar a las personas que creíamos que nos habían hecho
daño y vemos la situación como una oportunidad para transformar nuestra
historia.
Se ha demostrado que cuando las emociones
negativas se mantienen en el tiempo afectan nuestro sistema inmunológico y lo
debilitan. El estrés que nos genera este tipo de emociones —como el rencor o la
culpabilidad, por ejemplo— es uno de los factores principales que afectan la
salud y el bienestar.
Pero, ¿cómo podemos hacer frente a estas
emociones?
Recientemente han aparecido estudios que
demuestran que la compasión, el sentimiento que se produce cuando comprendemos
el sufrimiento de otras personas y el fundamento de diferentes tradiciones
espirituales, se asocia con estados de conciencia elevados que favorecen una
mejor respuesta ante el estrés.
Estudios científicos realizados a monjes
budistas han llegado a la conclusión que una mente cuando está en estado de
compasión alcanza la frecuencia más elevada que puede llegar a tener el cerebro
y esto repercute favorablemente en el cuerpo, ya que la mente, los sentimientos
y las emociones están interconectados.
Mediante la compasión, muestras tu
comprensión hacia las actitudes y los comportamientos de los demás,
entendiéndolas como un resultado de la educación, de las experiencias
familiares y de la información inconsciente colectiva que recibimos todos y
cada uno de nosotros.
La Bioneuroemoción estudia la influencia de
la información que reside en nuestro inconsciente individual, familiar y
colectivo, con el objetivo de comprender el origen de las actitudes y los
comportamientos de uno mismo y de los demás. De este modo, fomentamos la toma
de conciencia y desarrollamos la compasión.
La única manera de trascender las experiencias
de dolor es eliminando cualquier juicio y afrontando la situación como una
oportunidad para transformar nuestra historia. Cuando hacemos esto, la
experiencia de dificultad es pura revelación y se convierte en una experiencia
liberadora. Es entonces cuando sentimos la compasión: ya no hay nadie a quién
culpar, ya no hay nada que perdonar.
“Eleva tu conciencia a través de la
compasión”.
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