Ernesto Piedras
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El
advenimiento de la pandemia nos tomo muy mal parados como país, para la
adopción de 5G. Resulta una magnífica noticia que los dos operadores más
grandes de infraestructura para proveer telecomunicaciones móviles en
México hayan anunciado el encendido de sus redes de 5G en nuestro país,
primero AT&T y más recientemente Telcel, con lo que se comienza a
vislumbrar un escenario de avance en el aprovechamiento de las
capacidades de esta nueva generación tecnológica de servicios.
Recordemos que 5G va más allá de
habilitar una mayor velocidad, menor latencia y confiabilidad en la
transferencia de datos móviles, sino que también propiciará ahorros
energéticos, una reducción de costos, el soporte de una conectividad
masiva de dispositivos y, en general, un mundo más inteligente y mejor
conectado.
No obstante, para que esta evolución
sea efectivamente aprovechada por todos los agentes económicos:
individuos, hogares, empresas y gobiernos, se requiere de condiciones
óptimas en diferentes rubros.
Estos van desde la disponibilidad de
infraestructura y espectro radioeléctrico, hasta la tenencia de
dispositivos y la promoción de políticas públicas que impulsen el
desarrollo y apropiación de innovaciones tecnológicas.
Infraestructura y Espectro
Radioeléctrico. Para que 5G sea una realidad asequible para todos los
mexicanos, se requiere que los operadores de telecomunicaciones
extiendan su cobertura más allá de las grandes ciudades, a regiones que
han quedado desatendidas como comunidades rurales, remotas o de bajos
ingresos.
Si bien la adopción de 5G será
paulatina y, como de costumbre, iniciará por la cúpula de la pirámide
social, debe alcanzar plena cobertura nacional independientemente de la
rentabilidad y márgenes, en toda la geografía nacional.
Otro aspecto necesario es la
disponibilidad de frecuencias del espectro óptimas para el desarrollo de
5G. A la fecha, se tiene prevista la licitación de las bandas para este
propósito hasta el próximo año, calendario que ha sido aplazado por la
crisis pandémica, lo que retrasa el despliegue de redes.
Tenencia de Dispositivos Aptos para 5G.
Desde el lado de la demanda o de los usuarios, una de las barreras a
superar es la disponibilidad y adquisición de equipos con capacidad de
conexión a redes 5G.
Actualmente la mayoría de esos dispositivos son de gamas alta y premium cuyos precios superan los $10,000 pesos.
De acuerdo con The Competitive
Intelligence Unit, al 3T-2021 sólo 10.0% (12.1 millones) de los 120.6
millones de smartphones en el país corresponden a estas gamas y
capacidades susceptibles de conectarse a servicios 5G.
Promoción de un Ecosistema
Hiperconectado. Desde la perspectiva gubernamental, la implementación de
estímulos y protecciones para la investigación y desarrollo (R&D
por sus siglas en inglés) acelerará los casos de uso de 5G en múltiples
industrias como la manufactura, salud, autotransporte y la provisión de
servicios públicos.
Se requiere de la colaboración entre
entes públicos y privadas para el aprovechamiento para fines productivos
de esta nueva generación tecnológica, que tiene el potencial de
transformar los modelos de negocio, cadenas productivas y esquemas
laborales, del aparato económico de manera transversal.
De ahí la necesidad de impulsar el
desarrollo y plena adopción de 5G en nuestro país que, si bien no se
ostenta como de los primeros países en la región en realizar despliegues
de estas redes, ya nos coloca en ruta para que sus servicios y
capacidades sean aprovechados por todos en el mediano plazo.
Para ello, es crucial asegurar el cumplimiento del mapa de ruta con las condiciones referidas y más, aún.
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