Por: Luis Alberto Sánchez, Gerente General de Emailage para México y Centro América
Actualmente
estamos atravesando una etapa que ha llevado tanto a
los consumidores, como a las empresas y sus proveedores, a adoptar
nuevas medidas para mantener su relación comercial. Por lo que los
directivos de compañías deben comprender que aquellas estrategias de
ventas y seguridad que eran efectivas hace tres meses, durante la
segunda mitad del 2020 cambiarán por completo.
Los
consumidores que las empresas conocían no son los mismos de hoy, ya que
diversas circunstancias sociales los han orillado a modificar sus
preferencias y hábitos de consumo. Tanto, que aquellos clientes que
preferían comprar en tiendas físicas, el día de hoy eligen utilizar
Internet para trabajar, comunicarse, hacer ejercicio, tener diferentes
tipos de consultas médicas, y, por supuesto, realizar sus compras.
De
acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), las visitas a
sitios en línea para hacer compras del supermercado se triplicaron
durante la última semana de marzo del 2020, lo que representa una
oportunidad para que las empresas aceleren sus iniciativas de
transformación digital y las aprovechen para su crecimiento.
Sin
embargo, este incremento del comercio electrónico también se ha
convertido en una oportunidad para los defraudadores, quienes aprovechan
el ingreso imprevisto de las empresas al mundo digital y la revisión
manual, que hacen de las transacciones de compra para detectar
anomalías, para realizar estafas.
Según
el estudio El Verdadero Costo del Fraude 2019 de LexisNexis, diversos
tipos de fraude costaron a las empresas del país 1.96% de sus ingresos
durante 2019. Entre las principales transacciones fraudulentas a las que
se enfrentaron las empresas mexicanas se encuentran solicitudes de
reembolso de cheques sin fondos, mercancías robadas, toma de control de
una cuenta por personas no autorizadas, y uso de sus cuentas para el
lavado de dinero.
Esto
deja en evidencia que las empresas mexicanas, en general, no están
preparadas para detener estafas digitales al carecer de herramientas
adecuadas para identificar y anticiparse a las transacciones
fraudulentas, por esto es necesario que, al ingresar al mundo de las
ventas online, las compañías incluyan estrategias de prevención que les
permitan conocer quién está detrás de una transacción; validar
identidades digitales; optimizar procesos de revisión manual, y lo más
importante: acelerar aprobaciones de compra y mejorar la Experiencia
del Cliente.
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