Por Martín Errante*
Estamos
viviendo un momento muy desafiante y sin precedentes a nivel mundial
por causa del coronavirus. Todos sentimos por primera
vez el impacto de una pandemia que nos obligó a modificar rápidamente
varios de nuestros hábitos. Las restricciones a la circulación a las que
hemos necesitado someternos como principal medida de precaución han
provocado desde la cancelación masiva de eventos,
hasta la súbita modificación de nuestras rutinas de trabajo, consumo y
socialización.
Definitivamente
la tecnología ha desempeñado un papel importantísimo hasta ahora en la
tarea de intentar superar varios de estos retos.
En particular los smartphones nos han ayudado en diversos grados a
mantenernos informados, hacer compras online, dar continuidad a nuestras
tareas laborales, permitir a los más chicos asistir a clases
virtualmente, mantener contacto con nuestros seres queridos,
y también -muy importante- entretenernos con series, películas y por
supuesto los memes y videos caseros que intercambiamos con nuestros
amigos.
En
este contexto muchas iniciativas han surgido. Las plataformas de
comercio electrónico ofrecen descargas gratuitas de libros, las
operadoras de televisión por cable han abierto la señal de varios
canales a sus suscriptores, las aplicaciones sugieren actividades de
desarrollo y recreación para niños; las universidades nacionales e
internacionales ofrecen cursos en línea con certificados;
las plataformas de juegos electrónicos ofrecen juegos para combatir el
aburrimiento durante la cuarentena, las consultoras brindan tutoría
gratuita para que los emprendedores puedan lidiar con escenarios de
inestabilidad como el actual, los medios de comunicación
permiten el acceso a contenido gratuito por un tiempo limitado. Y la
lista podría continuar.
Todavía
no podemos predecir el resultado de este período, pero sí sería sensato
esperar que seremos llamados a repensar algunos de
nuestros actuales paradigmas relacionados con la real necesidad de
ciertos desplazamientos que hacemos cotidianamente en muchos casos por
mera costumbre, entendiendo ahora con más claridad los beneficios que
podríamos obtener si diéramos con la manera de reducirlos
equilibradamente, no sólo en términos de protección ante las actuales
circunstancias, sino de cara a posibles ahorros de tiempo y recursos, y
hasta efectos positivos en el medio ambiente y nuestra calidad de vida.
Es
indudable que la tecnología se reorientó hacia esa dirección, y jugará
también un papel clave en el período post pandemia. Específicamente
los teléfonos móviles tendrán mucho que aportar apalancados en las
mayores posibilidades de conectividad que brindarán las redes de quinta
generación que pronto comenzarán a desarrollarse en la región poniendo a
nuestra disposición anchos de banda diez veces
mayores y latencias diez veces menores a lo que estamos acostumbrados.
Será el ambiente propicio para el desarrollo de contenidos audiovisuales
mucho más elaborados, juegos más atrapantes e interactivos,
aplicaciones de realidad aumentada con información relevante
en tiempo real de aquello que nos rodea y experiencias de conexión
virtual entre personas más ricas e inmersivas que lo que nunca hemos
visto.
El
buen uso de las facilidades que la tecnología nos brinde estará en
nuestras manos. Aprender a discriminar información fidedigna
de aquella que no lo es, aprovechar las ventajas del trabajo remoto
preservando nuestro nivel de profesionalismo y cuidando el balance con
la vida personal, acercarnos virtualmente a quienes tenemos lejos
manteniéndonos a su vez conectados con quienes tenemos
cerca. Todo esto y mucho más será nuestra tarea.
La pandemia nos deja un aprendizaje concreto: si todos tomamos el compromiso de cuidar al otro, pronto generamos
un ambiente en el que cada uno de nosotros estará siendo cuidado por todos.
Sigamos
confiando en la evolución de la ciencia, que tanto contribuye al área
de la salud, y en las nuevas tecnologías que surgirán
para ayudarnos a superar la situación actual y prepararnos para un
futuro mejor. Atravesemos este período con energía y responsabilidad, y
que la época que vendrá nos encuentre más juntos y conectados que nunca.
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