La irrupción del metaverso trajo consigo la posibilidad de tener una experiencia inmersiva en diferentes ámbitos.
El real estate es uno de esos ámbitos privilegiados, aunque todavía nadie entienda bien por qué.
Casi US$2.000 millones.
Eso es lo invertido en la compra de tierras virtuales en los últimos 12 meses, mientras las personas y las empresas compiten para establecerse en el metaverso, según muestra una investigación.
Voxels es uno de las docenas de mundos virtuales que se describen a sí mismos como metaversos.
Es confuso, porque la gente suele hablar del “metaverso” como si solo hubiera uno.
Pero hasta que una plataforma comience a dominar, o estos mundos dispares se unan, las empresas están vendiendo terrenos y experiencias en sus propias versiones.
Los investigadores de la consultora de metaverso Dapp Radar dicen que el último año hubo un gasto de unos US$1.930 millones en criptomonedas para comprar terrenos virtuales, de los cuales US$22 millones se invirtieron en unas 3.000 parcelas de tierra en Voxels.
Uno de los mundos virtuales más populares es Decentraland.
Lanzado en 2020, las parcelas de tierra se venden por miles, a veces millones de dólares.
Ver más: Metaverse: Los mundos virtuales siguen estando poco poblados
Samsung, UPS y Sotheby’s se encuentran entre los que compraron terrenos y construyeron tiendas y centros de visitantes allí.
La marca de moda de lujo Philipp Plein también posee una parcela del tamaño de cuatro campos de fútbol, que espera que en algún momento contenga una tienda y una galería.
Recorrer un edificio que todavía no está hecho
La chance de visitar un desarrollo inmobiliario o una obra en construcción en la cual ni siquiera se ha colocado un solo ladrillo, hoy es posible y real.
El estudio ERKS se especializa en desarrollos en 3D aplicados a realidad virtual y realidad aumentada, con foco en la arquitectura y el real estate.
«Este tipo de herramientas son absolutamente innovadoras. Básicamente, hoy es posible hacer un tour por edificios que todavía no existen. Esto le da la posibilidad a un cliente de un desarrollo o a alguien que proyecta su casa, de visitar la obra tal y como quedaría terminada», explica el ingeniero Santiago Braña uno de sus fundadores al medio Río Negro .
«Se trata de una experiencia totalmente inmersiva. La sensación de espacios y volúmenes es real, y a eso se suman las interacciones con los objetos y con el entorno. Es posible por ejemplo encender la televisión y reproducir contenido multimedia dentro de los ambientes», agrega.
«Al ingresar al tour virtual, es posible por ejemplo prender y apagar la luz en las habitaciones, o cambiar la hora del día para observar como incide la luz en los distintos horarios, o en base a la orientación de los ambientes», se entusiasma Braña.
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