El Banco de México dio a conocer que durante el mes de
abril ingresaron a México 2,861 millones de US dólares por concepto de remesas
familiares, lo que equivale a una contracción de 2.6% respecto al mismo mes del
año anterior. Esta caída se explica por una reducción de 4.7% en el número de
transacciones, para situarse en 8.7 millones de operaciones para el envío de
estos recursos, pero la remesa promedio creció 2.2% en términos anuales para
ubicarse en 329 US dólares.
En términos reales, las remesas que llegaron a los
hogares en México (convertidas a pesos) tuvieron un crecimiento de 21.6%,
explicado por la apreciación del US dólar frente al peso.
Sobresaliente desempeño de remesas a México en abril en medio de la crisis por Covid-19, en Guatemala cayeron 20.2% y en El Salvador 40.0%
En medio de la crisis por Covid-19 que afecta a todo
el mundo, y en particular a Estados Unidos, de donde proviene gran parte de las
remesas a México, Guatemala y El Salvador, el flujo de estos recursos a México
ha presentado un desempeño muy sobresaliente en los últimos meses. En marzo,
mientras que este flujo monetario a Guatemala y El Salvador presentaron
contracciones de 9.7% y 10.7%, respectivamente, México tuvo uno de sus mayores
incrementos al aumentar 35.5%. Durante el mes de abril, se presentaron fuertes
caídas de las remesas en estos dos países Centroamericanos, de 20.2% y 40.0%
respectivamente, mientras que México solo tuvo una disminución de 2.8%, cuando
la tasa de desempleo en Estados Unidos aumentó de 4.4% a 14.7% entre marzo y
abril de 2020.
El fuerte crecimiento de las remesas a México durante
el mes de marzo se explica por la fuerte apreciación del peso mexicano frente
al dólar estadounidense (Observatorio Migración,
mayo 2020). Sin embargo, esta situación no se presentó durante el mes de abril.
De acuerdo con datos de la Current Population
Survey (CPS) de 2019, la población centroamericana en Estados Unidos
(predominantemente provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador) tenía una
mayor proporción con ciudadanía de ese país (36.4%), en comparación a la
población de origen mexicana (34.4%), lo que debería indicar una mayor
estabilidad económica y laboral para los primeros. Además, la población
centroamericana en Estados Unidos tiene en promedio mayores niveles educativos
que la mexicana: 43.2% de los migrantes mexicanos tenían escolaridad hasta
nivel secundaria, mientras que entre los centroamericanos esta cifra fue de 37.7%
en 2019.
Si se analiza la distribución de la población originaria
de México, Guatemala y El Salvador por estados, se observa que los migrantes de
estos tres países se concentran principalmente en los mismos dos estados de
destino: California y Texas. Así, las variables de porcentaje con ciudadana,
nivel educativo y estado de residencia no parecen explicar por qué las remesas a
México no se han visto tan afectadas como el flujo de estos recursos a
Guatemala y El Salvador. Habría que analizar con mayor profundidad otras
variables sobre las características demográficas y económicas de los migrantes
de la región para poder entender las diferencias en el comportamiento de las
remesas. Posiblemente, también habría que analizar las características de la
población de ascendencia mexicana nacida en Estados Unidos que también son
importantes emisores de remesas a nuestro país.
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