*En plena contingencia por el
coronavirus, necesario un plan de distribución de alimentos para las personas
vulnerables: Héctor Javier Álvarez Ortiz
Cuautitlán
Izcalli, México.- Con base en la gestión ante las autoridades del municipio de
Cuautitlán Izcalli y la colecta de víveres entre la misma ciudadanía, el
Movimiento Antorchista entregó apoyos alimentarios a las familias más
vulnerables de las colonias populares, como Lomas del Rosario y Ejido
Guadalupe, señaló el dirigente social en el noroeste mexiquense, Héctor Javier
Álvarez Ortiz.
Sin embargo -dijo- esta ayuda que el
Movimiento Antorchista gestionó y logró para subsanar la alimentación de las
familias de estas dos comunidades no es suficiente, cierto que cubre por una
semana los requerimientos de comida para un hogar, pero para garantizar que
llegue alimento a todos los hogares que lo necesitan, es de suma prioridad que
el gobierno federal, que dirige Andrés Manuel López Obrador; el gobierno
estatal, que administra Alfredo del Mazo Maza y los gobiernos locales
implementen un plan nacional de distribución de alimentos para las personas que
no reciben recursos fijos durante la cuarentena.
No solo los habitantes de Cuautitlán
Izcalli -aseguró- están pasando hambre, cálculos de investigadores
independientes nos indican que, al pararse la economía por la pandemia, 80
millones de personas en todo el país que han permanecido en sus hogares para no
contagiarse, no tienen recursos para comprar comida, pagar la luz y el agua
potable, esto, a más dos meses, se convierte en una cuestión de sobrevivencia.
Todo indica que pasarán otros dos meses
-vaticinó- por lo menos para que los mexicanos salgan de sus hogares, retomen
sus actividades y “vuelvan a la nueva normalidad”, pero para muchos de los
obreros, empleados y comerciantes informales la “nueva normalidad” será que sus
fuentes de trabajo en donde laboraban ya no existan, debido a que uno de los
estragos del coronavirus, además de ser un virus mortal, es que dañó la
economía, rubro que el gobierno federal no supo o no quiso rescatar, por ello,
entre 10 y 12 millones de personas, al quedarse sin trabajo, seguirán pasando
hambre; por eso el plan nacional de distribución de alimentos debe de aplicarse
durante y después de la pandemia con suma urgencia.
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