Hace unos días el Instituto
Federal de Telecomunicaciones emitió un boletín donde anunció haber recibido
las contraprestaciones por 32 concesiones para operar similar número de canales
en 29 zonas de cobertura que tocan 21 estados del país. Este comunicado cierra
un proceso licitatorio que representa una interesante oportunidad para el
crecimiento de la industria de la televisión abierta, que muchos daban por
agonizante.
Por principio de cuentas, hay que
decir que la industria de la televisión abierta ha crecido desde inicios de
siglo. Los censos económicos realizados por el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI) en 2004, 2009 y 2014 indican que a mediados de
la década pasada existían poco más de 15 mil personas trabajando en la
industria de la producción y transmisión de contenidos para televisión abierta,
en 2014 el personal ocupado en esta industria había crecido hasta superar las 28
mil personas.
Este cuadro resume en forma
esquemática el crecimiento del sector en la última década:
A esto le podemos sumar el muy
saludable crecimiento de los ingresos del sector en los últimos dos años
posteriores al último censo económico.
La industria de la producción y
transmisión de contenidos en televisión abierta ha crecido impulsada tanto por
el crecimiento de la economía como por la necesidad de las personas para
informarse y entretenerse en un medio que sigue siendo punto de referencia para
dos tipos de contenidos clave: noticias y deportes.
La licitación cuyo final anunció
el IFT (realmente sólo queda entregar a los concesionarios los documentos que
acrediten la posesión de la concesión durante diciembre) representó un buen
deal para las autoridades hacendarias mexicanas: más de 1,650 millones de pesos
se depositaron en las arcas públicas por parte de las 11 empresas y dos
personas ganadoras de la puja en la licitación. Lo más interesante es que, de
acuerdo con el IFT, tres empresas y una persona serán nuevos jugadores en esta
industria. Adicionalmente, en la Ciudad de México, quizá el mercado de medios
más disputado del país verá el arribo de dos competidores: una empresa
periodística nacional y un radiodifusor quien perdió en una licitación anterior
la posibilidad de hacerse con una cadena nacional de TV.
En esta ocasión las concesiones
beneficiaron principalmente a estados del centro, occidente y norte del país,
con la excepción de estados en la península de Yucatán.
El reto para los competidores
emergentes será hacerse con una porción del pastel publicitario en televisión
abierta. Para ello tendrán que ofrecer a sus audiencias contenidos de calidad
que puedan competir no sólo con otras empresas del mismo sector, sino con
nuevas opciones de entretenimiento que van de las redes sociales hasta los
videojuegos. En este aspecto, las inversiones en contenido serán sustanciales y
quizá deberán recurrir a otras empresas especializadas en la producción de
contenido audiovisual lo cual seguro pondrá a prueba sus modelos de negocio.
Algo que caracteriza a estos
nuevos competidores es que, a diferencia de licitaciones anteriores, donde el
IFT estuvo más interesado en crear una cadena nacional de televisión, en esta
ocasión la licitación fue organizada para que los interesados pujaran por la
cantidad concesiones de su interés. Esto abrió las puertas a empresas de medios
regionales y locales que potencialmente podrían aprovechar su condición de
local para hacerle llegar al público contenidos más cercanos al interés de su
audiencia, aunque esto sólo se sabrá una vez que inicien sus operaciones en
2018.
Las empresas mexicanas han
decidido lanzar su sombrero al ruedo de la televisión abierta en cierta medida
confirman lo que dijo el escritor americano Mark Twain en el siglo XIX, “los
rumores de mi muerte han sido exagerados”. Los niveles de audiencia en la
televisión abierta siguen siendo más altos que en los medios digitales y aunque
quizá la situación cambie en los años por venir, lo cierto es que la televisión
abierta es una plataforma de información y entretenimiento básica para
cualquier empresa que decida entrar seriamente al sector de los medios de
comunicación.
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