Por: Marcelo Fondacaro, COO de VeriTran.
Hoy, a
mediados del año 2020, podemos justamente calificar esta temporalidad
como uno de los años más sorprendentes de la historia. Y es que la
pandemia del COVID-19 se perfila a ser un parteaguas en la historia
de la humanidad, que ha transformado la realidad de todos en diversos
frentes. La aceleración digital del ecosistema financiero es sin duda,
una clara prueba de ello.
Aunque la
pandemia ha sido un impulsor de la digitalización, podemos reconocer que
el dinero físico ya se encontraba en un contexto de cambio. De hecho,
es una práctica que inició a mediados de los noventa y que
ha ido evolucionando y ganando fuerza, de a poco, en formato de pagos
electrónicos.
Es así
como el Internet de las cosas (IoT), las aplicaciones móviles, el avance
en los cifrados de alta seguridad y otros factores han propiciado que
este ecosistema tome forma y madure al punto de cuestionar
la vigencia del efectivo como tal.
En América
Latina ya existe un mayor entendimiento de la necesidad de migrar hacia
un modelo de pagos digitales y eso significa que los países tienen que
tomar decisiones para hacer que el pago sea asumido por
todo el ecosistema, para que todos los integrantes de este puedan
participar.
De acuerdo con la Asociación de Bancos de México (ABM), actualmente
existen 51 millones de usuarios mexicanos de banca por Internet, un
crecimiento de más de 100% en los últimos cinco años.
Coronavirus vs. Efectivo
Hoy la
contingencia provocada por el COVID-19 es un motivo para continuar
apostando por dicho cambio a favor de los pagos móviles, esta vez bajo
el amparo de acciones remotas y ‘sanitarias’ que favorezcan el
decrecimiento
de la curva de contagios a nivel mundial. Ciertamente el sistema de
pago tradicional se ha convertido en una amenaza para la salud pública,
incluso si se tratase de tarjetas, una escena donde los expertos prevén
un reemplazo más inmediato, en gran medida por
el empleo de soluciones móviles.
Prueba de ello es que en estos días de cuarentena hemos visto un
incremento en la aparición de soluciones digitales, tanto en bancos
tradicionales como en mercados locales. Pagos digitales, billeteras
electrónicas y más servicios están al alza. Tal es así,
que en tan solo tres meses hemos registrado un incremento del 180% en
el uso de billeteras digitales en Latinoamérica.
El mejor
aliado: el smartphone, el cual ha tomado protagonismo como un canal de
banca móvil y pagos digitales; inmediato, simple y seguro, aunque esta
última cualidad aún no sea completamente admitida por gran
parte de la población. Basándonos en datos de la Asociación de
Bancos de México (ABM), hoy hay 25 millones de apps bancarias
descargadas entre los usuarios de servicios financieros de México, un
crecimiento de más de 100% en los últimos cinco años.
Regreso a una realidad nueva
En todo el
mundo, los gobiernos han generado distintas estrategias e implementado
diversas políticas a fin de contrarrestar el impacto global que afecta a
diversos sectores del mercado y reactivar la economía
sin ignorar las medidas sanitarias necesarias en la nueva realidad que
nos espera. Sin embargo, aun habiendo una gran diversidad de ideas,
ninguna de estas acciones apunta a moderar el retiro o uso de efectivo.
Es un
hecho que la coyuntura del coronavirus ha puesto sobre la mesa la
premura de la transformación en el sistema financiero, y es también una
realidad que, aunque ha habido una aceleración en el proceso, aún
queda un largo camino por recorrer.
Lo primero
por armar es un buen ecosistema donde todos los actores estén
involucrados, pensar en sus diferentes necesidades – ya que no serán las
mismas las de los bancos que las de los comercios de proximidad,
por ejemplo - y recordar que esta atmósfera digital ya contaba con
estímulos previos que permitían hablar sobre un cambio necesario en el
comportamiento financiero. Desde reducir la economía informal hasta
incursionar en la nueva apertura de mercados financieros.
También
debe tomarse en cuenta que un ecosistema financiero no solo es la forma
de cobrar y pagar; un ecosistema digital financiero completo, universal e
interoperable incluye bancos, empresas, puntos de venta,
emisores de tarjetas de crédito, clientes, entre otros. El sector debe
priorizar su desarrollo y necesita considerar tres factores clave para
hacerlo:
- Regulación por parte de los gobiernos: la industria financiera es un servicio público y los gobiernos tienen que propiciar que los sistemas de pagos digitales tengan un standard de interoperabilidad.
- Un claro modelo de negocio que permita reducir el costo de los aranceles: los comercios necesitan sentir que la diferencia entre cobrar en efectivo y cobrar con medios digitales es prácticamente nula. De esta manera, fomentará el uso del pago digital.
- Establecer un estándar técnico de integración.
¿Se acerca
entonces la extinción del efectivo? No, pero es certero afirmar que nos
encontramos ante un panorama de transformación gradual inminente, un
cambio que no solo le compete a los comercios o entidades
financieras, sino también a los gobiernos actuales que trabajan en
implementar nuevas políticas que velen e incentiven un ecosistema de
pagos móviles con el fin de brindar una solución flexible y pragmática,
en tiempos de crisis o no.
Acerca de VeriTran
VeriTran
es una compañía global que acelera y simplifica la construcción de
aplicaciones digitales de negocios a través de su plataforma Low-Code.
Con el
objetivo de impulsar la transformación digital, la compañía integra
nuevas tecnologías en sistemas heredados para mejorar los tiempos de
implementación y costos de desarrollo de aplicaciones innovadoras
sin necesidad de escribir ni una sola línea de código.
La
plataforma de VeriTran es utilizada por más de 50 clientes alrededor del
mundo, alcanzando a más de 15 millones de usuarios que ejecutan de
forma segura más de 10 mil millones de transacciones anualmente.
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