● Activistas por los derechos
de los animales se unen a las exigencias de los defensores del medio ambiente que han
expresado su preocupación y denunciado la creciente presencia de macrogranjas de cerdos en Yucatán, México.
● El sector porcino en México es altamente industrializado y está dominado por grandes empresas que operan granjas de
cerdos a gran escala como Kekén en la Península
de Yucatán, sus graves impactos al medio ambiente, a la salud humana y las terribles condiciones en que mantienen
a los animales no pueden seguir bajo la omisión de las autoridades.
Ciudad de México, 23 de
marzo de 2020.- En México las macrogranjas se han
expandido rápidamente en los últimos
años, son grandes instalaciones que albergan miles de cerdos destinados a la producción de carne con
implicaciones urgentes de atender. Los activistas y los habitantes locales argumentan que la expansión de estas
instalaciones está teniendo graves consecuencias para el medio ambiente y la salud pública.
Entre las preocupaciones citadas por los activistas se encuentran la contaminación del aire y del agua, la deforestación y la pérdida de
biodiversidad, y el maltrato y abuso de los cerdos. Según los defensores de los animales, los cerdos en estas macrogranjas son mantenidos en condiciones de hacinamiento y estrés, lo que a menudo lleva a enfermedades y sufrimiento.
Además, las macrogranjas de cerdos producen grandes
cantidades de desechos que desembocan en los acuíferos locales y
emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye significativamente al cambio climático. Los defensores del medio ambiente
argumentan que la expansión de estas instalaciones también está causando
la deforestación de áreas
naturales y la pérdida de hábitats para especies en peligro de extinción.
Los activistas están pidiendo a las autoridades estatales
de Yucatán que tomen medidas para
frenar la expansión y el apoyo a estas macrogranjas de cerdos. También están
instando a los consumidores a considerar alternativas a la carne para
proteger el medio ambiente
y frenar la matanza de los animales.
Según los datos de la Secretaría de Agricultura y
Desarrollo Rural (SADER) de México, en 2020
se mataron un total de 19,484,108 cerdos en todo el país para la producción de
carne. Cabe señalar que esta cifra
es una estimación basada en los registros oficiales, y puede haber variaciones en los números reales
debido a factores como la informalidad en la
industria de la carne y la falta de monitoreo riguroso. Sin embargo,
esta cifra da una idea aproximada de
la magnitud de la industria porcina en México y el número de animales que se matan anualmente para la producción de carne.
Los cerdos tienen una gran capacidad de aprendizaje y
memoria, y pueden reconocer a otros
cerdos y a las personas. También pueden aprender a resolver problemas y
realizar tareas complejas.
Además, los cerdos son animales muy sociales y disfrutan
interactuando con otros cerdos y personas.
Estos animales son capaces de sentir emociones como el placer, el dolor, el miedo y la alegría,
y pueden mostrar comportamientos complejos como el juego y el cuidado
maternal.
En este tipo
de granjas industriales, los cerdos son confinados en espacios
reducidos y se les niega cualquier
forma de realizar comportamientos naturales. Además, se les puede mutilar sin anestesia para evitar peleas y
lesiones debido al hacinamiento, lo que causa
mucho dolor y sufrimiento.
Los cerdos son a menudo sometidos a prácticas de
alimentación forzada para aumentar su peso
rápidamente, lo que puede causar problemas de salud a largo plazo. Los animales también pueden ser trasladados y
manipulados con fuerza, lo que puede causar lesiones y estrés.
Otra práctica común en las granjas industriales de cerdos
es la separación temprana de los cerditos
de sus madres, la castración, el corte de cola y la extirpación de dientes sin anestesia.
Junto a la comunidad de Sitilpech, las organizaciones en favor de la
protección y defensa de los animales,
abajo firmantes, hacemos un enérgico llamado para que Kekén y empresas como éstas dejen de instaurar granjas; y que
las instituciones públicas y privadas
promuevan la transición a un sistema alimentario a base de plantas, sostenible, respetuoso con la
vida de los animales, el medio ambiente y la
salud humana.
-
Alianza Alimentaria y Acción Climática
AC
-
Amor Canino
-
Animales y Praxis
-
AnimaNaturalis
- APASDEM
-
Callejeritos Tuxtla
-
Casa Animal Morelia
-
Coalición de activistas por los Derechos
de los Animales del Estado Veracruz
- Colectivo Cultura
Animalia
-
Generación Vegana
-
Gente por la Defensa Animal
(GEPDA)
-
Igualdad Animal México
- Justicia y Dignidad Animal
AC
- Naturaleza Animal
-
Proyecto ARPA
-
Veganiza tu Vida
-
Xalapa por la Vida Digna
Animal
“Para ayudar a los pueblos
indígenas y detener este ecocidio, es necesario dejar de apoyar a industrias
cómo éstas antes de que sea muy tarde. La industria ganadera es especista,
reprime y violenta”, explica Jessica González Castro, Directora en México de Generación Vegana, ONG
internacional que promueve el veganismo sin fines de lucro.
Antecedentes
En la Península del Yucatán, en México, existen más de 200
granjas porcinas, muchas de ellas ubicadas
en áreas protegidas. Su funcionamiento ocasiona
terribles daños ambientales por la cantidad de olores, gases, partículas sólidas y líquidas que
emiten a la atmósfera, por el consumo
desmedido de agua y manejo de residuos
que pueden contaminar los acuíferos y ponen en peligro
los cenotes, lugares sagrados para los mayas e
importante fuente de agua para la población.
Desde hace más de 4 años, la empresa líder en producción y
comercialización de carne de cerdo
“Kekén” se instaló en a 1 kilómetro de la comunidad maya de Sitilpech,
municipio de Izamal, Yucatán, de
apenas 1,400 habitantes, desde ese entonces la comunidad ha tratado de defender su territorio de todas las
afectaciones sin embargo la lucha se acentúe en julio del año pasado cuando las autoridades le otorgaron un permiso
para duplicar el número de cerdos, desde 22,000 hasta 48,000 que había en la granja.
Ante esta situación diversas
organizaciones, incluidas organizaciónes Antiespecistas y civiles se han unido contra la granja porcícola de la
empresa Kekén, la mayor explotadora de cerdos de México. Argumentando que el
proyecto asentado en Sitilpech (y demás comunidades
indígenas de la zona) con mega granjas de cerdos en territorios sagrados llenos
de agua, son ya una práctica muy usual sobre las poblaciones indígenas de México,
y representan una amenaza para la salud
humana, para el planeta y para los animales.
Pues, se usa indiscriminadamente el agua que es un recurso natural
indispensable para la vida humana, ya
que para producir un kilo de carne de cerdo, se necesitan 12 mil litros de agua potable. En cifras nacionales, la
crianza de cerdos para consumo humano, representa la utilización del 4% de toda el agua potable
renovable de nuestro
país.
Pero, además de gastar millones de litros de agua potable,
estas granjas porcícolas la contaminan.
El mal manejo y la falta de tratamiento de las heces y orina de los animales es un importante factor de contaminación del
suelo y del agua, y una fuente de enfermedades
infecciosas para los humanos.
Los estanques aledaños a las naves porcícolas llenos por la
acumulación de excretas que producen
gases de efecto invernadero, provenientes de la orina y las heces de los cerdos, son un caldo de cultivo
perfecto de enfermedades.
Generación
Vegana
Es
una asociación sin ánimo de lucro dedicada a educar sobre los beneficios
medioambientales, éticos, personales y de salud pública de adoptar un estilo de
vida vegano. Dan orientación en nutrición y
apoyo a quienes comienzan a conocer el veganismo con desafíos de 7 y 30 días que
son únicos e inspiradores. También realizan acciones de solidaridad alimentaria
y brindan comida a personas trabajadoras y comunidades en situación vulnerable
en 20 países, mientras que realizan campañas de millón de dólares, las cuales
llegan a los medios de comunicación de todo el mundo.
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